Con aplausos despidieron a la "Nanita", la querida suplementera de Centenario
Eliana Suazo Améstica falleció a los 87 años dejando un legado de amor por sus hijos y de cariño por la vecindad que ayer le brindó el último adiós a esta "canillita" que por más de tres décadas repartió el diario todas las mañanas.
La señora Margarita Ramírez se acompañó de su hermano Arturo para llegar hasta la esquina del pasaje Suazo con la Avenida Centenario, donde su querida vecina Rosa Eliana Suazo Améstica (87) estaba siendo despedida.
Otros vecinos del barrio hicieron lo mismo. Llegaron hasta el frente de la calle, o se mantuvieron en los frontis de sus casas para despedir a la "Nanita", querida vecina del sector que en los últimos años se hizo popular entre los locales de repuestos de automóviles de Centenario, puente Arévalo, Balmaceda e incluso del Mercado, donde ella misma repartía los diarios cada mañana.
"Era como una 'canillita' porque ella misma salía de la casa a repartir los diarios y los comerciantes se acostumbraron a verla llegar todas las mañanas. Salía de aquí hacia el puente Arévalo, seguía por la calle Balmaceda, pasaba al Mercado y terminaba aquí mismo, daba la vuelta a toda la manzana. Aquí la querían mucho porque además aprovechaba de conversar con la gente", relató a Diario El Líder Fabiola Ramírez, la mayor de los seis hijos de la conocida suplementera que falleció el sábado en el hospital local tras sufrir un accidente vascular.
Funeral
Mientras el cortejo se alejaba de la vivienda signada con el número 442, donde Eliana Suazo residió durante toda su vida, en la puerta su querida hermana Silvia la miró partir con sus añosos ojos llenos de lágrimas. "No pude ir al cementerio porque tengo una pierna mala y me cuesta mucho moverme. Me da pena no haber ido, pero esta pena tan grande que uno siente se soporta con el cariño tan lindo que los vecinos y tanta gente le demostraron a mi hermana", confesó Silvia Suazo sobre el dolor que le causó la irreparable pérdida de su hermana, con quien tenía solo un año de diferencia.
A la misma hora que los restos de la "Nanita" eran sacados de su casa para enfilar rumbo al cementerio Parroquial, su vecina de toda la vida, Margarita Ramírez, no pudo aguantar la pena. "Era una buena vecina, una muy buena amiga. Nos criamos juntas en esta calle, de niñas jugábamos en este pasaje y ahora toca despedirla y por eso vinimos a mirar aunque fuera de lejitos porque se nos va una vecina muy querida por todos los que somos históricos en este barrio".
Arturo Ramírez también llegó a despedir y aplaudir a su vecina, tal como lo hicieron otros residentes y comerciantes del barrio. "Somos nacidos y criados en estas calles y es triste despedirla así con todo lo que está pasando, pero fue una muy buena vecina, una persona muy querida aquí en nuestro sector".
Fernando Olguín, secretario del Sindicato Independiente de Suplementeros de San Antonio, lamentó la muerte de su querida socia y, en nombre del gremio, envió las condolencias a toda la familia.
Fabiola Ramírez recordó que su madre "vivió toda la vida en esta casa donde antes vivían nuestros abuelos. De hecho aquí en esta misma calle mi mamá conoció a mi papá (Eduardo Ramírez Rojas) que era camionero y venía de Rapel a vender chicha. Muy tempranamente mi mamita quedó viuda con seis hijos y como mi papá trabajaba en Rayonhil, ella se hizo cargo del casino".
Histórica
Tras la desaparición de la fábrica Rayonhil, Eliana Suazo tuvo que buscar nuevos rumbos y fue así como a mediados de los '80 ingresó al Sindicato de Suplementeros de San Antonio.
"Instaló su quiosco aquí en la misma casa, pero agarró la costumbre de repartir el diario entre los negocios. Lo hizo hasta que le dieron sus fuerzas, y en la medida que estaba más cansadita mi hermano y yo le empezamos a ayudar porque ella nunca quiso dejar su trabajo que lo mantenemos hasta ahora", relató su hija mayor.
La histórica suplementera tuvo seis: Fabiola, Edgardo, Luz Eliana, Lorena, Juan Eduardo y Yohana, todos ellos muy apegados a su madre, con excepción de Edgardo, quien está radicado hace más de 20 años en Houston, Estados Unidos.
En julio de 2019 la "nanita" venció todos sus impedimentos y viajó a Norteamérica solo para ver a su hijo. "Fue una alegría muy linda que pudimos darle, y lo mejor que lo hicimos en el momento justo. Ella disfrutó ese viaje como una niña, fue algo muy lindo que pudimos hacer por mi mamita que estaba muy feliz de volver a encontrarse con su hijo".
"Era como una 'canillita' porque ella misma salía de la casa a repartir los diarios y los comerciantes se acostumbraron a verla llegar todas las mañanas",
Fabiola Ramírez,, hija mayor