Vecinos de El Quisco protagonizan obra online sobre vivencias de la tercera edad
"Ilusión marina" es el nombre de la pieza teatral que aborda los difíciles momentos que están sobrellevando muchos adultos mayores producto de la pandemia.
Nunca es tarde para conseguir los sueños y arrojarse a lo desconocido. Al menos de eso dan cuenta los protagonistas de "Ilusión marina", una obra de teatro que surgió en plena pandemia del covid-19 bajo el alero del Centro Cultural Camilo Mori (Cccm), perteneciente a la Municipalidad de El Quisco, y que se estrenará mañana a las 20 horas a través de una plataforma online.
El gestor cultural Diego Cabrera comentó que "desde el 2019 el centro cultural venía desarrollando un proyecto para la formación de un elenco teatral estable para la comuna. Lamentablemente, la crisis sanitaria no permitió realizar esta convocatoria y la única aproximación que se tuvo a este proceso fue un taller de expresión corporal para las agrupaciones folclóricas de adultos mayores. Con este antecedente, el equipo del centro decidió retomar la iniciativa, llamando a los integrantes de dichas agrupaciones a realizar la primera obra teatral conformada exclusivamente con habitantes de la comuna".
El elenco
Tras un proceso de inscripción y las primeras clases online, Jovita Alveal Villagrán (78), Ana Bustamante Jiménez (71), Anaedda Díaz Ulloa (79) y Manuel Olivar Alarcón decidieron comprometerse con el desafío de dar forma a la obra, dirigida por Nicole Rencoret y Manuel Pacheco, actores de profesión y gestores del centro.
El montaje, grabado con todas las medidas sanitarias, se sitúa en el actual contexto de la pandemia y cuenta la historia de Mariluz, una jubilada con Alzheimer que dedicó gran parte de su vida a su negocio, la cantina "Ilusión Marina". Para ayudar a Mariluz a sobrellevar su enfermedad y el encierro, sus amigos Rosaura (Anaedda), Gonzalo (Manuel) y Erika (Jovita) organizan una videollamada para compartir con ella y hacerle creer que nada ha cambiado, que su amada cantina sigue funcionando y que la vida sigue su curso normal.
El estreno de la obra será con cupos limitados, por lo que los interesados deben escribir a cultura@elquisco.cl y luego recibirán un link para verla vía Zoom. Desde el Cccm pretenden hacer una temporada online, que informarán a través de las redes sociales del municipio.
Nueva experiencia
La mayoría de los integrantes del elenco jamás había actuado. Ese es el caso de Manuel Olivar, quien a sus 75 años se atrevió a despegar a un mundo desconocido. "Esto es una novedad para nosotros. Nunca imaginé que iba a actuar", afirma el hombre, quien trabajó toda su vida como supervisor de mantenimiento de aviones.
Anaedda era la única que contaba con experiencia en la actuación. "Yo soy profesora normalista, con mucha honra, y cuando trabajaba con un grupo de colegas hicimos teatro para niños. Lo pasé súper bien y ahí descubrí que me gustaba. Pero solo lo hacíamos dentro del colegio. Siempre quise actuar, pero por falta de tiempo no pude", señala.
Por eso, en cuanto se enteró del taller del Cccm, Edda, como la conocen sus amigos, se matriculó de inmediato: "Fui a la primera clase y cuando vino todo esto de la pandemia y no pudo continuar, quedé súper frustrada, al fin podía ir a un taller de teatro y sucede esto. Para mí esto tenía una connotación muy sentimental, porque siempre había querido hacer teatro".
-¿Cómo ha sido el proceso de la obra?
-Manuel: Ha sido una experiencia muy buena, porque con mi pareja, Jovita (también actriz del montaje), pudimos interactuar con personas de otros lados, nos conectábamos los cuatro más los profesores para hacer el drama de la obra. Nos aprendíamos el libreto y luego ensayábamos todos juntos.
-Edda: Fue un proceso sorprendente, cuando supe que se iba a hacer este tipo de taller online yo decía: "¿cómo? si el teatro es estar ahí". Primero me sorprendió porque no me lo podía imaginar y después seguí sorprendida porque encontré que era bastante exigente: daba harta tarea personal, cada uno tuvo que trabajar y buscar técnicas, fuimos descubriendo cosas y mejorando de una manera sorprendente.
Los avances que consiguieron desde julio a la fecha los tienen felices. "El otro día le mandé a los chicos algunas grabaciones que hicimos al principio para memorizar. Veíamos las diferencias de los primeros a los últimos ejercicios y era otra cosa", sostiene la actriz.
Otro desafío
Además de memorizar sus líneas y actuar, tuvieron que sortear el desafío de la tecnología. "No sabía nada de estos medios online, tuve que aprender y la hija de mi pareja nos ayudó, le pega harto a esto de la computación y gracias a ella pudimos hacer todos los ejercicios. Ahora logramos aprender a meternos nosotros también", comenta Manuel.
Por su parte, Edda cuenta que "todos tuvimos que pedir ayuda. Cuando uno aprende el mecanismo no es difícil, lo difícil es cuando las señales son malas, porque como una no es experta se desespera y no sabe si es el computador o qué está pasando".
A causa de este desconocimiento del área computacional, las familias de cada integrante se volvieron fundamentales en el proceso. "Hay mucho apoyo de los familiares de los que actuamos, quienes tuvieron paciencia y eso es importante. La obra no son solo los que se ven, sino todos los que están detrás y alrededor", manifiesta agradecida ella.
Confianza
Manuel y Edda, junto a sus compañeras, pertenecen al club folclórico del adulto mayor Quisolmar, donde se mantienen activos gracias al baile y al canto. "Hay que reintegrarse de nuevo a la vida, vivir plenamente, ir a todas las actividades que hacen las municipalidades. Nosotros, por ejemplo, estamos haciendo un curso de contabilidad en línea. Aprovechamos de mantenernos activos, porque quedarse en la casa sin hacer ejercicio y sin usar la mente a la larga nos atrofia", dice ella.
Él revela que "al principio me dio miedo actuar en la obra, porque uno es medio vergonzoso o cree que no tiene el desplante, pero ahora ya no, porque uno se va familiarizando con el papel. Me tiene muy contento haber participado, me sacó de la rutina, de todo esto que era el coronavirus y me permitió vivir más la vida diaria. Yo tengo 75 años, pero me siento totalmente joven".
-Manuel, ¿le gustaría seguir actuando?
-Sí, por supuesto, porque es muy bonito ponerse en el papel de otra persona, uno así aprende. Esta misma obra nos enseñó que hay que valorar mucho más al adulto mayor, brindarle más oportunidades. Se deberían hacer más cursos de computación, porque como uno no sabe se va alejando del computador y debería ser todo lo contrario. Todos los adultos mayores deberíamos aprender para participar en los eventos, porque ahora son todos en línea.
La falta de oportunidades que les entrega la sociedad a los adultos mayores es una de las temáticas que emerge en la obra. Aunque ambos actores están agradecidos y destacan que en su comuna hay espacios para las personas de su edad, concuerdan en que la realidad general es otra. "Creo que la obra que hicimos nosotros de cierta forma tiene un mensaje, cuando la vean se van a dar cuenta. Los adultos mayores necesitan sentir que la gente confía en ellos", manifiesta Edda, ad portas del gran estreno.
"Esto es una novedad para nosotros. Nunca imaginé que iba a actuar",
"Aprovechamos de mantenernos activos, porque quedarse en la casa sin hacer ejercicio y sin usar la mente a la larga nos atrofia",
Anaedda Díaz Ulloa (79)