Productora de eventos se reinventa con venta de cajas con productos gourmet
Ivonne Aguirre nunca imaginó que sería contemporánea de una de las peores crisis económicas a nivel mundial derivada de una pandemia.
Hace cinco años que Ivonne Aguirre Cáceres tiene un emprendimiento relacionado con la producción de eventos para empresas y colegios, oficio que comenzó a realizar luego de probar con la venta de tartaletas en el Café Paulina y en el Café Más Rico del sector Hospital, sus principales clientes, como también a pedidos. Le fue tan bien que se convenció que tenía buena mano en la cocina y se lanzó con la coctelería.
En eso estaba en octubre de 2019, comenzando la mejor época del año para los realizadores de eventos. Pero sus anhelos se truncaron cuando comenzó el estallido social y se suspendieron todas las actividades por seguridad.
"En coctelería, los mejores meses son octubre, noviembre y diciembre, temporada de licenciaturas, despedidas de cuarto medio y fiestas de fin de año en las empresas. Debido a los desórdenes que hubo por el descontento social, todo se fue suspendiendo, lo que fue realmente desastroso para mí y para muchos emprendedores y comerciantes de la zona", recuerda.
Todo peor
Cuando llegó el verano y decayeron las manifestaciones, Ivonne supuso que volverían los eventos y su trabajo en la producción. Se sintió esperanzada de que su emprendimiento retomaría su curso normal, mientras, siguió promoviendo sus tartaletas a través de sus redes.
"En marzo se hacen muchos desayunos, en el hospital, también en empresas, se retoman cursos, reuniones, talleres, vuelve el movimiento luego de las vacaciones de verano. Tenía la ilusión de comenzar con eventos y muchas expectativas del 2020. Cuando creí que comenzaría a retomar todo, se declara una pandemia que, en verdad, nunca pensé que fuera a llegar a Chile, pero llegó", reconoce.
Cuarentena
El primer mes de encierro fue como tomarse días libres para ella y su familia. Su marido cerró el Café Paulina -de propiedad familiar-, que por normativa no podía funcionar; su madre de 82 años que la ayuda en la preparación de la coctelería también se tomó un merecido descanso, y junto a su hijo de 26 años, se aislaron los cuatro en su casa, respetando la cuarentena y saliendo solo si era necesario.
"El primer mes no hice nada, todo se cerró y nos enclaustramos en la casa. Reconozco que lo disfruté. Nos reuníamos al desayuno, preparábamos cositas ricas para comer y descansamos. Pinté y restauré unos muebles, pero luego de dos meses uno se empieza a desesperar, a pensar en los compromisos económicos, a estresarse por no saber lo que puede pasar ni hasta cuándo va a durar la situación, y aparece la ansiedad por querer volver a la normalidad", manifiesta.
Una idea
Como Ivonne ya no podía hacer eventos y las tartaletas solo eran a pedido, redireccionó su emprendimiento hacía la venta de cajitas de regalo con coctelería gourmet, dulce y salada, con vino o espumante, y chocolates.
Comenzó con cajas de desayunos para el Día de la Madre. Luego, para el Día del Padre las modificó con productos salados, salame, aceitunas y vino, algo más de gusto de hombres, pensó.
"Después comenzaron a pedirme cajas para cumpleaños a las que les agregaba o cambiaba algo. A medida que la gente iba pidiendo cosas especiales, iba modificando la entrega. Así lo hago ahora, tengo opciones. Mi trabajo siempre se ha destacado por el cariño que pongo a lo que hago, siempre con detalles y me gusta todo bonito, pensado como si fuera para mí", asegura.
La última creación de Ivonne es una caja de cumpleaños o para fin de semana con coctelería surtida y gourmet para compartir. La entrega con pocillos de greda con pastel de jaiba, ostiones gratinados, camarones al pil pil, ceviche, choritos en salsa verde, tostadas y chocolates más una botella de espumante o vino dulce.
"Es un picoteo para tres o cuatro personas. La publiqué en las redes sociales y fue todo un éxito. En verdad este tiempo ha sido de puro reinventar las cosas, pero siempre poniéndole amor a lo que hago porque me gusta agradar", recalca.
"Antes del estallido social y la pandemia creía que lo mejor era dedicarse a una sola cosa y hacerla bien, ahora con todo lo que ha pasado, creo que uno tiene que aprovechar todas las oportunidades que se presenten. Si tengo que hacer cajitas, coctelería, tartaletas y además vender cuchuflí, lo voy a hacer porque siento que no se pueden poner todos los huevos en una sola canasta como se dice. Hoy sabemos que hay imprevistos que uno jamás pensaría que pudiesen pasar, y sí, pasan", concluye.