La sanantonina que invita a atreverse con sabores diferentes
Desde la exquisitez del rincón donde nacen sus masas, Ana Soto Canales asegura que sus preparaciones están hechas para equilibrar el cuerpo y el alma. En esta crónica nos explica cómo. Buen provecho.
Siempre supo que cocinar era lo suyo, o dicho de otra manera, siempre supo que sería chef.
Fueron los sabores y aromas de su abuela Marta, que pasaba jornadas enteras en ese lugar sagrado que era su cocina, desde donde salían las preparaciones que deleitaban a la familia. Y desde una esquina, o arrimada al mesón, con sus grandes ojos de niña de 6 años, la sanantonina Ana Soto Canales soñaba con que fueran sus manos las que se movieran por los alimentos con la maestría de la abuelita.
Y lo logró.
Esta vecina del cerro Placilla tiene varios años de experiencia como chef en Santiago y distintos lugares del Litoral Central, y desde su casa en la calle San Miguel cuenta su recorrido por el mundo de la gastronomía y su más reciente apuesta: "Sabores del Alma".
Sus inicios
Sobre su punto de partida Ana relata que "cuando era chica me acercaba a la cocina de mi abuela y me llamaba la atención cómo ella preparaba los platos para la familia, los pasteles los postres; esa dedicación y cariño con que lo hacía. Quedaron unas muy buenas recetas por ahí, secretos de familia que pude heredar".
Y fue así como "de a poco a través de recetas fui cultivando mi interés, también en el Colegio Cristo Rey donde estudié. Más adelante, en las cafeterías donde trabajaba, miraba las recetas, las copiaba y después las adaptaba hasta que llegué a estudiar gastronomía en el Inacap", explica.
"Sabores del Alma"
Aprovechando su destreza en la preparación de toda clase de masas, con especialidad en variedades de pan, la cocinera hizo caso de los consejos de su familia y lanzó al mercado local la línea de productos "Sabores del Alma". En el repertorio culinario de este nuevo emprendimiento destacan los panes, los galletones de avena, los queques en distintas preparaciones y los quiches que, de verdad, son toda una experiencia para el paladar.
"En mi familia empezaron a motivarme, me decían que mis masas son muy buenas, que los sabores son únicos y todo ese apoyo hizo que tomara la decisión, porque entregando los productos que hago llevo como dos años, pero esto de la marca y el emprendimiento es todo nuevo", afirma sobre este negocio que tímidamente se abre paso en el mercado local del reparto a domicilio.
-De todo lo que preparas, ¿qué es lo que más te gusta hacer?
-Los panes, eso es lo que más me gusta hacer porque, por ejemplo, tenemos tres tipos de panes que son bien distintos: uno integral, pero con aceite de coco, bicarbonato y sal del Himalaya; el pan integral con aceite de oliva normal, levadura y sal normal; y el integral, pero con aceitunas y aceite de oliva. Entonces, cuando la gente se pregunta si uno es más sano que otro, yo les explico que el pan con bicarbonato a diferencia del que lleva levadura, es más saludable.
Sus Preparaciones
Los sabores que propone esta chef placillana van mucho más allá de una cuestión meramente estética, ya que desde el punto de vista gastronómico, la preparación de estos productos también está pensada para cumplir con el estándar de comida saludable.
Al respecto, la repostera y panadera explica que "las personas también nos piden cosas específicas por ciertas condiciones de salud. Pasa que este tipo de preparaciones también nacen por la alergia alimentaria que tuvo mi hijo cuando bebé y eso hizo que me metiera a investigar sobre esto y descubrir otros tipos de harinas, de leches. Eso fue hace muchos años, y ahora toda nuestra familia está en un ámbito de alimentación muy saludable con medicina integrativa y eso conecta con una conciencia que se ha generado al respecto".
-Se dice en general que comer saludable es comer desabrido. ¿Cuánto mito o realidad hay en esa afirmación?
-Hay harto mito. Lo que pasa es que a nosotros nos cuesta aceptar nuevos gustos porque somos del gusto adquirido, como, por ejemplo, cuando decimos que nos gustan las cosas como las preparaba la mamá, pero se nos olvida que nos podemos hacer cargo de nosotros mismos, de qué comemos, de cuánto nos queremos cuidar porque este también es un tema de salud que va mucho más allá de si una preparación tiene sal o azúcar.
Vencer el temor
Para esta chef experta en masas, abrirse a probar nuevos sabores pasa por superar "las creencias, esos estereotipos, los prejuicios que tenemos. Si nos apartamos de esas creencias preestablecidas que son limitantes, vamos a encontrar desde pensar diferente hasta cuestiones diversas, como las harinas que salen de moler las lentejas y el arroz, y no solamente de trigo. Entonces abrirse a eso, atreverse a probar cosas nuevas no significa dejar de lado la comida tradicional".
-¿Con qué se va a encontrar la gente que pruebe tus preparaciones?
-Se va a encontrar con preparaciones hechas con mucho amor, con sabores del alma, con harta dedicación, con calidad, con un buen precio y también con una diferencia porque nuestro emprendimiento busca atraer a los clientes a través de nuestras preparaciones y del sabor.
Claro que para descubrir este nuevo mundo de sabores hay que "atreverse y enfrentar el cambio. Esto tiene que ver con cómo equilibramos nuestro cuerpo con nuestra mente, porque la alimentación influye en la forma que tenemos de pensar y de actuar", asegura remarcando cada una de sus palabras.
Y para terminar de convencer enfatiza que "la vista también tiene una forma de sentir y esa forma de sentir nos puede llevar a no querer probar ciertas cosas nuevas y el miedo hay que mirarlo de frente. Hay un miedo que nos hacer decir '¿Y esto qué es?, no se ve rico', pero si uno se atreve a aceptar el desafío, a tomar el riesgo, se abrirá un mundo nuevo, a una conciencia nueva".
"Entregando los productos que hago llevo como dos años, pero esto de la marca y el emprendimiento es todo nuevo",
Ana Soto
"Cuando la gente se pregunta si uno es más sano que otro, yo les explico que el pan con bicarbonato, a diferencia del que lleva levadura, es más saludable".
"Esto tiene que ver con cómo equilibramos nuestro cuerpo con nuestra mente, porque la alimentación influye en la forma que tenemos de pensar y de actuar".