Laguna de cerro Alegre alberga vida a pesar del daño humano y la sequía
Experta en fauna silvestre confirmó que hay sapitos de cuatro ojos en el lugar. La presencia de los anfibios confirma alta calidad del agua. Pobladores iniciaron campaña para resguardar la inusitada reserva natural.
Durante años la laguna del cerro Alegre, frente al cementerio Parroquial, fue un elemento natural del paisaje, pero la expansión urbana y las dañinas consecuencias de la acción humana terminaron por hacerla desaparecer.
O al menos eso creía, porque siempre la naturaleza busca la manera de abrirse paso. Y así lo confirmaron las observaciones que hace pocos días realizó en terreno la médica veterinaria Melissa Cancino, especialista en fauna silvestre y estudiosa de anfibios exóticos y nativos.
Invitada por la agrupación de voluntarios ecologistas Ojos de Mar de San Antonio, Melissa Cancino llegó a la zona para observar la biodiversidad en la laguna del cerro Alegre y en los Ojos de Mar, junto a la playa de Llolleo.
Sapito de cuatro ojos
En conversación con Diario El Líder, la científica experta en anfibios relató que "me contactaron para comentarme sobre la posible presencia de la especie conocida como 'sapito de cuatro ojos' en la laguna del cerro Alegre".
"Inmediatamente vinimos con mi equipo para apoyar a la comunidad y recabar información, tanto de las larvas como de individuos adultos. Hemos hecho un monitoreo de anfibios nativos y otras especies", añadió.
Sobre sus observaciones en el humedal ubicado a un costado de la cancha del club Pedro Aguirre Cerda, Melissa Cancino detalló que "estos espacios naturales por sí solos deben ser motivo de preservación ambiental, pero la presencia de anfibios nos indica que es un lugar apto para la vida que presenta una alta calidad de agua. Además, los anfibios nos sirven como bioindicadores, es decir, nos indican si es que las condiciones ambientales son o no adecuadas. Por lo tanto, tener presencia de anfibios nativos en San Antonio le agrega mucho valor ecológico al sector".
"Un poco de pena"
Respecto a las condiciones actuales en las que se encuentra la laguna, la experta comentó que "lo visto en el cerro Alegre me da un poco de pena por la basura que hay en el lugar, pero me llena de esperanza y me alegra mucho ver a un grupo de vecinos tan interesados en la preservación de ese espacio y muy empoderados con la problemática ambiental. Eso indica que se pueden lograr los cambios porque los vecinos están dando todo para solucionar estos problemas, y los científicos y los investigadores tenemos que estar al servicio de las comunidades".
Hay vida
Para documentar las observaciones que se mantendrán por varios meses a partir de ahora, el equipo de la médica veterinaria trabajó "durante la noche buscando individuos adultos de anfibios nativos y también para escuchar las vocalizaciones, porque los anfibios, como son muy sensibles a los efectos del ambiente, prefieren salir de noche; así que lo más probable es que los veamos de noche alimentándose o también en actos reproductivos".
Y el trabajo de los expertos dio resultados, ya que se confirmó la presencia del sapito de cuatro ojos, acompañado de biodiversidad que se desarrolla en torno al espejo de agua que se pensaba que estaba muerto y desaparecido.
"Esto indica que a pesar de todo el daño que puede generar el ser humano la naturaleza es resiliente y se adapta a esta actividad antrópica. Entonces, el llamado es a proteger estos lugares, valorar la biodiversidad y también a ocupar estos espacios como sitios de descanso, de observación y de cuidado del medio ambiente", manifestó Melissa Cancino
Vecinos se organizan
Dany Morales vive en la calle Infanta Isabel del cerro Alegre. Sobre las observaciones de la experta en la laguna de su barrio, reconoció que los vecinos "estamos muy felices de haber encontrado el sapito de cuatro ojos, que es un anfibio endémico de nuestro continente que está en vulnerabilidad. Eso quiere decir que si no se protegen sus ecosistemas, se va extinguir, y si eso pasa, sería una pérdida irreparable para la humanidad".
Insistió en que "es súper importante resguardar la laguna y estamos comprometidos con la protección del lugar. Pusimos letreros para sensibilizar a la gente sobre este humedal urbano y para que lo cuidemos entre todos. La idea es que la gente no bote basura y que resguardemos esta reserva natural que tenemos en nuestra población y corresponde que la cuidemos".
Operativo de limpieza
Los propios vecinos organizaron una limpieza del sector de la laguna y además instalaron señaléticas que advierten a los visitantes sobre la fauna silvestre, aves y flora existente en el lugar que ahora representa un verdadero oasis en la ladera sur del cerro Centinela de San Antonio.
Erick Vidal reside hace 50 años en la esquina de Asturias Calle Norte, justo frente al humedal. Cuenta que "esta laguna era muy bonita, tenía como 300 metros desde allá (apunta hacia el camino que pasa frente al cementerio hacia Pelancura) hasta esta orilla, y en el invierno con las lluvias se expandía mucho más. De hecho, nosotros cuando éramos niños nos bañábamos aquí y veíamos las garzas y los patos que llegaban. Saber que la laguna sigue viva es bonito, aunque cuesta creerlo".
Y aunque a este hombre criado desde hace medio siglo frente a la laguna le cueste creerlo, lo concreto es que los datos de los observadores son concluyentes respecto a los anfibios encontrados en el lugar y la biodiversidad abriéndose paso en pleno cerro Alegre, entre las canchas frente al cementerio y las dunas de la población El Faro.
Ranas cantando
El vecino Erick Vidal se entusiasma con el tema y cuenta que "yo pensaba que eran ideas mías cuando en las noches me asomaba al balcón y escuchaba las ranitas cantar. Llegué a pensar que no podía ser porque uno ha visto tantos años sin vida este lugar que saber que se puede recuperar es una alegría muy grande".
Añadió que "aquí todos los vecinos nos tenemos que organizar para cuidar, y ojalá que las autoridades nos ayuden porque sería algo muy lindo, no solamente para nuestra población sino que para todo San Antonio. Tenemos que recuperar este lugar para que se convierta en una especie de parque aquí en el cerro".
Erick no es el único vecino que sueña en grande, ya que Dany Morales dice que en el cerro van a "seguir trabajando por mantener limpio y sacar toda la basura que hay que sacar porque la idea es que se declare como un humedal urbano con el informe que van a entregar los expertos. No podemos permitir que este espacio se pierda, que siga contaminándose. Esto tiene un valor muy grande que tenemos que cuidar".
Melissa Cancino, la médica veterinaria a cargo de los estudios, concluyó que "la comunidad debe valorar este espacio porque esta biodiversidad es única. Hay que pensar que a los humedales de los Ojos de Mar, por ejemplo, llegan especies migratorias desde Alaska, desde Estados Unidos, a vivir por algunos meses. Hay que proteger eso para conocer. Eso es lo más importante y esa es la tarea que debe asumir la comunidad, igual como lo han hecho ya las organizaciones comunitarias de San Antonio".