El matrimonio que dio un ejemplo de superación en plena pandemia
María Celeste Díaz Briceño (41) y su esposo quedaron sin trabajo en medio de la crisis, pero no se desanimaron. Juntos, emprendieron con un negocio de repostería al que denominaron "Ositos de Chocolate".
María Celeste Díaz Briceño (41) y su esposo Osvaldo quedaron cesantes en medio de la pandemia por el coronavirus. Ese fue el momento preciso para intensificar una idea que hace rato venía dando vueltas en sus mentes.
"Con mi marido trabajábamos en una empresa de buses y quedamos sin empleo. Uno puede tener ahorros, pero se van agotando, y aunque no se quiera, van saliendo distintas deudas. Con el tema de la pandemia, se volvía difícil encontrar trabajo y además no queríamos exponernos", cuenta María Celeste desde su hogar en el sector Alto Mirador.
En enero de este año y solo como un hobby, María Celeste, con la ayuda de su hermana Nicole, creó un fanpage de Facebook donde ofrecía pasteles, tortas y otros productos de repostería, como kuchen, pie y tartaletas.
Herencia familiar
En la familia de María Celeste la cocina siempre fue un espacio especial, donde las mujeres pasaban muchas horas del día preparando distintas cosas. Por eso, la repostería era algo que ella conocía hace bastante tiempo. Y en esa área decidió emprender cuando creó su negocio Ositos de Chocolate.
En un principio, como suele ocurrir, fueron sus familiares y amigos más cercanos quienes comenzaron a probar sus dulces productos.
"Al comienzo con mi marido veíamos todo esto como un ingreso extra, porque teníamos trabajo, pero uno siempre puede tener una deuda o algo así, y se necesita más dinero. Él se había operado de la columna, entonces no nos venía mal otra entrada", agrega.
-¿Cómo vieron en su familia el emprendimiento?
-Tenemos la suerte de que nuestras familias nos apoyan mucho y, de hecho, ellos fueron nuestros primeros clientes. Eso pasa harto en los emprendimientos, porque la gente que te conoce quiere ayudarte y todo lo demás, pero fue bueno. Después comienza el tema del boca a boca y siento que en ese momento estamos nosotros.
La ayuda
Para María Celeste, su mayor apoyo, además de su esposo, es su hermana Nicole, quien a diario los está motivando a incursionar en nuevas cosas.
Debido a que la sanantonina solo se manejaba en Facebook, su hermana ofreció ayudarla con la gestión de Instagram y así llegar a otro tipo de público, más juvenil.
Esto se debía a que cuando María Celeste y Osvaldo quedaron cesantes, continuaron recibiendo pedidos de pasteles, llegando incluso a ofrecer cajas de productos en Pascua de Resurrección.
"Fue pasando el tiempo durante la pandemia y nosotros seguíamos de forma bien baja. Yo creo que al igual que todos, pensamos que esto solo duraría un par de meses, y por lo mismo, no queríamos arriesgarnos. Ahora tomamos pedidos durante varios días y la gente nos prefiere", explica la emprendedora.
-¿Cómo ha sido contar con la ayuda de su hermana en todo esto?
-Ella ha sido vital. Es la que nos dice que probemos nuevas recetas, que si tenemos una idea la implementemos. Además, que ella nos manejara las redes sociales fue súper importante, porque quizás solo con el Facebook no habríamos conseguido el éxito que tenemos ahora.
-¿Cómo piensan perfeccionarse?
-Lo estamos haciendo poco a poco. Cuando partimos yo lo hice solo con los conocimientos que tenía de mi familia, pero ahora estoy haciendo un curso de repostería online, y durante el verano mi esposo hizo un curso de tortas. Eso nos ha ayudado mucho.
Fue recién a inicios de julio pasado cuando el matrimonio decidió potenciar aún más su emprendimiento, que ya suma una larga lista de clientes frecuentes.
"Mi hermana Nicole no solamente nos ha impulsado o ayudado en este tiempo, sino que es mi mano derecha. Mi sueño es que las dos podamos trabajar juntas con mi esposo y posicionarnos. Lo que quiero es que tengamos nuestra propia cafetería y que la gente pueda aprovechar nuestros ricos productos", dice entre risas y con gran ilusión la emprendedora.
Los temores
Si bien todo está funcionando de la mejor forma, esta aventura no ha estado exenta de temores.
El principal fue que podría no funcionar, sobre todo por la alta competencia que existe en este rubro.
"Era usual ver en las redes sociales gente que vendía pasteles o hacía tortas, algunas hasta con estudios, y nosotros solo teníamos los conocimientos que el tiempo nos había dado, porque esta siempre fue mi pasión, pero no la había explorado. Entonces teníamos la inversión, pequeña, pero no estábamos para desperdiciar ese dinero", asegura María Celeste.
-¿Cómo ha ido creciendo la tienda?
-Recuerdo siempre una anécdota bastante particular al respecto. Cuando partimos y nos llegaba, por ejemplo, un pedido de un pastel que requería seis huevos, los comprábamos y cocinábamos, pero siempre con miedo a que algo no se concretara. Ahora una caja de huevos se hace poco.
-¿Qué estarían haciendo si no se hubiesen dedicado a los pasteles?
-La verdad, no lo sé bien. Yo estudié técnico en enfermería, pero solo egresé de la carrera, nunca me titulé. Si me pongo a pensar, la carrera no me llenaba tanto como lo hace la repostería. Ahora este es nuestro trabajo y nos apasiona.
Redes sociales
Si bien las redes sociales no eran el fuerte de María Celeste ni de su esposo, asegura que fueron el mejor medio para comenzar a emprender.
"No toda la gente se maneja con Facebook y lo mismo pasa con Instagram, entonces, además de que la gente nos recomiende o algo así, tenemos que llegar a otros públicos y que la gente nos conozca también por su propia experiencia", puntualiza.
El sello de Ositos de Chocolates es que "la atención del cliente siempre tiene que ser la mejor". Los pedidos deben hacerse con un día de anticipación.
"Uno puede tener ahorros, pero se van agotando, y aunque no se quiera, van saliendo distintas deudas. Con el tema de la pandemia, se volvía difícil encontrar trabajo y además no queríamos exponernos",
María Celeste Díaz
"Tenemos la suerte de que nuestras familias nos apoyan mucho y, de hecho, ellos fueron nuestros primeros clientes",
María Celeste Díaz