Murió vecino de Tejas Verdes que trabajó 30 años en Gendarmería
Tras contraer el covid-19, Fernando Bustos sufrió una serie de complicaciones de salud que apagaron su vida la noche del domingo.
Fernando Bustos Barrera fue un luchador y un amante de la institución a la que sirvió gran parte de su vida: Gendarmería.
En 2008, cuando ya estaba jubilado, sufrió un accidente vascular que lo tuvo al borde de la muerte. Permaneció varios meses hospitalizado y luego cumplió un riguroso tratamiento que le permitió aprender a hablar nuevamente y recuperar parte de su movilidad.
Pese a que quedó en silla de ruedas, salió adelante gracias a su esfuerzo y a sus ganas de vivir. Sin embargo, en junio pasado comenzó una pesadilla que concluyó con su muerte la noche del domingo recién pasado.
"Mi papá sufrió una infección al riñón y lo atendieron en el hospital Dipreca, donde se contagió el coronavirus. El 26 de junio lo mandaron a la casa y al otro día empezó con los síntomas del covid", recordó Teresa Bustos, la menor de los dos hijos que tuvo el gendarme.
"A principios de julio lo llevamos al hospital Claudio Vicuña, donde estuvo tres semanas y cuatro días. Yo creo que él murió por las negligencias que sufrió cuando estuvo en el hospital, porque me lo entregaron con toda la piel escarada, con hematomas por golpes y con la piel con necrosis", complementó Teresa, asistente social que trabaja en un programa de ayuda a jóvenes infractores de ley con consumo problemático de alcohol.
Mas complicaciones
Según el relato de su hija Teresa, tras salir del hospital local, donde estuvo conectado a ventilación mecánica, "mi papá nunca más se pudo recuperar. A los pocos días le apareció una infección en su pierna izquierda, que finalmente se la tuvieron que amputar en el hospital Dipreca". Ahí permaneció internado hasta el 13 de octubre pasado, cuando los médicos resolvieron enviarlo a su casa en Tejas Verdes para que pasara sus últimos días junto a su hija y su esposa Manuela Retamales Cisternas.
Sus fuerzas comenzaron a decaer el viernes pasado y ya el domingo despertó complicado, con problemas para respirar. Esa misma noche, cerca de las 21 horas, el corazón del gendarme se detuvo para siempre. Tenía 70 años.
Sus restos están siendo velados en su domicilio particular de la calle Alonso de Ercilla 284, a pasos de la colonia de Gendarmería. A las 11.15 horas de hoy será trasladado al cementerio Parque del Sendero, donde será sepultado al mediodía.
Su vida
Fernando Bustos nació y se crió en Mulchén, en la Región del Bío Bío. En la década del '60 decidió ingresar a Gendarmería y, según cuenta su hija, la cárcel de San Antonio fue su primera y única destinación hasta 1999, cuando salió a retiro como suboficial mayor.
En San Antonio se enamoró de Manuela Retamales, a quien conoció hace 45 años mientras ella trabajaba en el hospital Claudio Vicuña. Fruto de ese amor nació Teresa, quien hace casi cuatro años los incitó a que ambos contrajeran matrimonio.
Su mayor pasatiempo era practicar la pesca deportiva y la caza, afición que lo llevó a convertirse en presidente del club Los Linces. También fue miembro del círculo de exfuncionarios de Gendarmería.
"Fue un siete como papá y un hombre muy correcto y responsable. A mí, que era su regalona, siempre me inculcó la importancia del trabajo y de los estudios profesionales. Siempre me decía que tenía que ahorrar y pensar en el futuro", resumió su hija Teresa, quien agradeció las muestras de afecto recibidas en las últimas horas.
70 tenía Fernando Bustos, quien falleció la noche del lunes. Hoy será su funeral.