La joven y talentosa abogada que busca aportar al futuro de San Antonio
Javiera Madrid, de 24 años, fue reconocida por el Colegio de Abogados de Valparaíso como la Mejor Licenciada en Ciencias Jurídicas 2019. Ahora realiza la última parte de su práctica profesional en la oficina de la Defensoría Laboral.
Javiera Madrid Pino decidió mantener una tradición familiar que ya lleva varias generaciones. Esta sanantonina, al igual que gran parte de su familia, estudió Derecho y hoy está efectuando su práctica profesional.
Egresó de la carrera en la Universidad Santo Tomás en 2018, y el año pasado rindió su examen de grado.
"Ahora me encuentro realizando mi práctica profesional en la oficina de la Defensoría Laboral de la comuna de San Antonio, que se extiende por tres meses y de forma totalmente online. La primera práctica que hice, porque en Derecho dura seis meses, fue en la fiscalía, lo cual fue una experiencia única", asegura.
Tradición
Con solo 24 años, Javiera se convirtió en la nueva abogada de su familia. Su madre, su abuelo, tíos, primos y otros parientes cercanos comparten la misma profesión.
"Si bien la mayoría escogió el Derecho, nunca me dijeron que yo debía seguir el mismo camino. Estoy segura de que si les hubiera dicho que quería ser sicóloga o profesora, por ejemplo, el apoyo habría sido el mismo. Pese a que nadie me presionó para estudiar esta carrera, siento que no causó gran sorpresa, quizás lo presentían", afirma entre risas.
Esta vecina de Barrancas estuvo desde sus primeros años de estudio ligada al ámbito judicial, debido a que su familia tiene un estudio jurídico y un centro de mediación familiar.
"Al principio de la carrera pude ayudar en el estudio jurídico de mi familia, en un área que me interesa mucho como la mediación familiar. Poco a poco pude ir aprendiendo más y poniendo, de alguna forma, en práctica los conocimientos que adquiría en la universidad", sostiene.
En el Estudio Jurídico y Centro de Mediación Familiar Guillermo Pino la joven pasa gran parte de sus días realizando los trabajos que implica su práctica profesional.
-¿Esperas trabajar en el estudio jurídico de tu familia?
-De presentarse una buena oportunidad aquí, por supuesto que me quedaría, pero mi gran meta está en el servicio público. Por ejemplo, me encantaría trabajar en la fiscalía. No me cierro a ninguna posibilidad, pero de todos modos busco algo en que pueda aprender mucho y llenarme de nuevas experiencias.
Logros
Una de las ventajas que tuvo al ingresar a la universidad fue su capacidad de organización y su método de estudio. "Siempre fui súper aplicada en el colegio. Estudié en el Movilizadores Portuarios y después en el Fénix, donde salí de cuarto medio. Soy súper organizada, entonces no me costó tanto el tema de la universidad, aunque por supuesto uno se enfrenta a una realidad distinta a la del colegio".
El año pasado Javiera obtuvo el premio a la Excelencia Académica en su quinto año universitario y este año, en una ceremonia en línea, recibió el reconocimiento del Colegio de Abogados de Valparaíso a la mejor Licenciada en Ciencias Jurídicas 2019 de la Universidad Santo Tomás, sede Viña del Mar.
-¿Fue muy difícil estudiar Derecho?
-Entré a la carrera con 17 años y sabía a lo que me iba a enfrentar. Mi mamá me tuvo a temprana edad y siempre la vi estudiando, porque ella también es abogada, entonces yo sabía cómo serían las cosas y no fue un desafío tan terrible.
"Había escuchado que el promedio para que una persona sacara la carrera era de 10 años. Me parecía mucho tiempo, pero como entré a la universidad con solo 17, pensé que igual egresaría a buena edad. Pensé también que me echaría un ramo como se dice, pero eso nunca pasó", añade.
Desafíos
Javiera Madrid insiste en su deseo de desempeñarse en el servicio público, ojalá en su natal San Antonio.
"Yo nací y crecí aquí. Este es realmente mi hogar y me gustaría poder hacer mi vida en San Antonio y aportar a su crecimiento, que desde hace algunos años se nota mucho. De todos modos, sé que uno en esta carrera nunca termina de aprender y, por lo mismo, ahora estoy haciendo un diplomado", explica.
-¿Tiene una carga emocional trabajar en casos de mediación familiar?
-Por supuesto, y desde que me dedico a esto lo he notado. En casos de mediación familiar o de violencia de género hay muchas experiencias y uno se pone en el lugar del otro. Las primeras veces uno llega con muchos sentimientos encontrados a su casa, pero hay que tener cuero de chancho como se dice popularmente, porque tenemos que seguir ayudando.
"Siento que San Antonio ha crecido mucho en los últimos años y los jóvenes profesionales somos quienes debemos aportar para que seamos más de lo que ya somos. No me cierro a otras posibilidades, pero en este instante, San Antonio es mi lugar", concluye.
"Mi gran meta está en el servicio público. Por ejemplo, me encantaría trabajar en la fiscalía",
Javiera Madrid