Abecedario constituyente
por Jean Flores Quintana, politólogo.
El 11 de abril del próximo año elegiremos por primera vez a los hombres y mujeres que redactarán una nueva constitución política que conduzca el futuro del país.
Esto es de importancia histórica porque ninguna de las anteriores "cartas magnas" que han regido los caminos de nuestra nación -las constituciones de 1833, 1925 y 1980- ha contado con la participación de los chilenos y las chilenas, sólo han sido redactadas por un puñado de hombres, santiaguinos, blancos, abogados de la élite política y económica, salvo el caso particular de la abogada y empresaria de la educación Alicia Romo Román, quien fue la única mujer titular entre ocho hombres en participar de la "comisión Ortúzar" que diseñó la constitución de Augusto Pinochet.
Ahora bien, ¿qué es una constitución política?
Pensemos en el fútbol, el deporte rey. Este tiene reglas que valen para todos y todas por igual. Gana el que mete más veces la pelota en arco del otro equipo, se le da con el pie, son once jugadores por lado, los límites de la cancha están marcados con tiza, existen penales, tiros libres, tarjetas rojas y amarillas según la gravedad de la falta, y otras reglas que permiten un juego parejo para ambos equipos. Pues del mismo modo, una constitución política democrática establece una cancha pareja donde se mantengan reglas que les den a todas y todos la posibilidad de desarrollarse plenamente. Las actuales reglas no emparejan la cancha, por el contrario, aumentan la desigualdad. En el Chile del 2019 el 10% de la población concentró el 66,5% de la riqueza neta del país, y el 1% más acomodado acumuló el 26,5%. Ese mismo año se alcanzó la cifra récord de cien mil personas viviendo en campamentos; 9.742 personas murieron esperando atención médica; y más 230 mil niños, niñas y adolescentes se encontraban trabajando. El actual diseño político e institucional no garantiza el ejercicio de los derechos fundamentales a la ciudadanía, pero lo que sí asegura es que unos pocos privilegiados hagan negocios con cada uno de los derechos.
En consecuencia, una constitución política distribuye el poder en la sociedad por medio del Derecho: dice quién puede hacer qué y cómo se hace. Esta institución reconoce y consagra derechos fundamentales estableciendo sus mecanismos de tutela y protección. La Constitución no es más que el reflejo del acuerdo social en un momento histórico determinado sobre un mínimo o básico. Un acuerdo sobre lo fundamental.
"Una constitución política distribuye el poder en la sociedad por medio del Derecho: dice quién puede hacer qué y cómo se hace".