El día más solitario para la Virgen de Lo Vásquez por la pandemia del covid-19
Pese al llamado de las autoridades, uno que otro peregrino llegó hasta el santuario para cumplir sus mandas.
Francisca Palma S.
La tan esperada peregrinación al Santuario de Lo Vásquez, cada 8 de diciembre, es para los creyentes una de las festividades más anheladas año a año.
Cumplir mandas, caminar en medio de la carretera e incluso avanzar con las rodillas hasta la entrada de la iglesia son algunas de las imágenes que se veían de forma habitual en una de las celebraciones religiosas más masivas del país, durante el Día de Inmaculada Concepción. Pero ayer el escenario fue completamente distinto.
A primera hora de ayer, una vez que la ruta 68 habilitó el tránsito en ambos sentidos para vehículos motorizados, uno que otro ciclista se veía en medio de la carretera, pese a los riesgos y las restricciones pues, según la normativa dictaminada por la autoridad, no se permitió el tránsito de ciclistas ni peatones. Aún así, uno que otro peregrino iniciaba su travesía entre el asfalto y el calor.
Mientras, el santuario de Lo Vásquez, a lo lejos, se veía vacío, sin aglomeraciones ni visitantes. La mayor parte de los fieles había hecho caso a las medidas aplicadas por las autoridades.
Cerrado
Cada una de las entradas al santuario se encontraban cerradas con barreras que bloqueaban el paso, al igual que las pasarelas, para evitar el tránsito de los devotos que cada año llegan a cumplir sus mandas a la Virgen de Lo Vásquez.
A eso de las diez de la mañana solo un pequeño grupo de personas intentaba convencer a Carabineros para acercarse a la tan querida Virgen, cuya imagen venerada permanecía al interior del templo, completamente cerrado, pues no hubo procesión y las tradicionales misas se realizaron vía online.
"Yo vengo de Santiago todos los años a cumplir una manda personal. Salí a las 7.30 de la mañana. Es importante para mí venir un día 8, no otro día, sino que este 8 de diciembre. Para los que no son católicos no entenderán la importancia que tiene venir en esta fecha, tiene un significado importante para los creyentes. No me dejaron pasar y no sé qué haré", comentó en la mañana un angustiado Paolo Gutiérrez, uno de los peregrinos que intentó pasar por la caletera.
Tal como Paolo, un grupo de ciclistas santiaguinos también deseaba visitar el santuario, pero el verdadero desafío era llegar hasta la zona, sin importar el ingreso.
"Vengo de Talagante a cumplir una manda con un grupo de amigos. La meta era llegar hasta la iglesia y con eso estamos satisfechos. No nos dejaron ingresar, pero no es tema para mí, porque la idea era llegar hasta donde se nos permitiera el paso. Compraremos agua, comida y de vuelta a la casa", contó Luis Contreras.
Comercio
Mientras algunos hacían hasta lo imposible para acercarse al Santuario, el poco comercio que quedó instalado a las afueras de la iglesia se veía cabizbajo y claramente, sin ninguna venta a eso del mediodía de ayer.
"Ha sido un año completamente diferente a los otros. No entiendo por qué tienen abiertos los malls y no dejaron venir a los peregrinos este 8 de diciembre, es un poco contradictorio. Una buena solución hubiese sido un ingreso controlado, con una fila, con aforos, entrega de alcohol gel, porque la cuarentena nos ha afectado mucho a nosotros", indicó Osvaldo, uno de los locatarios de Lo Vásquez.
Un poco más allá, en la zona de comida, estaba la comerciante doña Tila, quien ya tenía asumido el escenario del día. "No anda nadie, es como para contarlo y no creerlo, pero es entendible con todo lo que ha pasado. Todos sabíamos que esto iba a ser así", se lamentó.
"Es importante para mí venir un día 8 (...), venir en esta fecha tiene un significado importante para los creyentes".
Paolo Gutiérrez
3.000 fieles llegaron hasta el santuario entre el sábado y ayer martes, según Carabineros. En tiempos normales, la cifra superaba las 800 mil personas.