Estilista aprendió a hacer tortas y pasteles con tutoriales de internet
El covid-19 obligó a cerrar la peluquería donde trabajaba Camila Catalán, quien buscó alternativas para conseguir dinero durante la pandemia.
La vida cambió para muchos este año 2020. La pandemia del covid-19 afectó los trabajos de muchas personas. Uno de esos casos es el de Camila Catalán Maulén (32).
Hace 14 años que esta mujer llolleína se dedicaba a su trabajo como estilista en una peluquería de la calle Santa Lucía. Sin embargo, primero la contingencia socio-política del país y luego el embate del virus y sus consecuencias, principalmente sanitarias y económicas, cambiaron completamente su fuente de ingresos.
"Durante el estallido social la gente comenzó a venir poco a la peluquería, porque le costaba llegar por las marchas y tenía miedo de salir e incluso por un tema económico, entonces todo fue a la baja", describió Camila.
La situación parecía mejorar en los meses del verano, pero llegó la pandemia y con ello otra complicación, para ella y su jefa con quien trabaja desde hace 14 años.
"Todos fuimos testigos de que durante el verano parecía que la vida volvía a ser normal, pero llegó la pandemia y con eso también vinieron los miedos y también la ignorancia, porque nadie era experto o se había enfrentado a algo así jamás" relató sobre los primeros meses de la pandemia.
Cesantía
Por el temor de la gente de salir de sus casas por el riesgo de un posible contagio las atenciones en la peluquería llolleína volvieron a decaer y de paso disminuyeron los ingresos de las trabajadoras.
"Uno al principio de la pandemia pensaba que con solo salir a la calle nos contagiaríamos y ahí caíamos en la ignorancia, porque con precauciones eso no pasaba. La gente con mayor razón no quería salir y por ende nos vimos muy afectadas", explicó la estilista de la comuna puerto.
La incertidumbre se propagó en el trabajo de Camila, porque nadie sabía qué pasaría. Las clientas dejaron de ir al local, hasta que tomaron la de bajar las cortinas de la peluquería.
-¿Existieron muchas complicaciones las primeras semanas de la pandemia?
-De todos modos, la gente poco iba a la peluquería y algunas clientas pedían que solo las atendiéramos a ellas, entonces trabajábamos menos y solo en un horario determinado. La gente también estaba cuidando los ahorros, porque nadie sabía cómo serían los próximos meses.
El 30 de marzo, la peluquería de calle Santa Lucía en Llolleo, cerró sus puertas al público, instancia en la que ella y su jefa, Lorena Duarte, quedaron de brazos cruzados sin una fuente de ingresos en medio de una crisis sanitaria y económica.
Tutoriales
Al ser una trabajadora independiente, Camila no podía acceder a ningún beneficio estatal. Estaba cesante y sin opciones de optar a algún ingreso de emergencia.
"Cuando cerramos, realicé algunos trabajos a domicilio, pero fueron pocos y tampoco generaban tantos ingresos. Si bien la gente puede tener ahorros para tiempos complicados, esos no son eternos y la pandemia ha durado casi todo el año", contó sobre las consecuencias de los efectos del covid-19.
Si bien, Camila tenía ganas de continuar trabajando, la emergencia sanitaria no se lo permitía y, por ende, estaba de brazos cruzados, sin ingreso alguno.
"Mi pareja continúa trabajando, pero como familia estábamos organizados para vivir con dos sueldos. No era millonaria con lo que ganaba en la peluquería, pero me daba para vivir tranquila y eso es lo que importa. Sin embargo, ahora no concebía la idea de estar en mi casa sin hacer nada y sin generar ningún peso", aseguró.
-¿Qué decidió hacer entonces?
-Empecé a ver muchos tutoriales en Youtube, pero de repostería, porque era algo que me gustaba y pensé que quizás podía hacer algo así y un día me atreví simplemente.
Dulce Camil
En los orígenes de su emprendimiento de pastelería no tenía muchos clientes. Principalmente eran familiares quienes la apoyaban en esta nueva aventura.
Poco a poco se fue atreviendo a probar más y la primera torta que hizo fue para el cumpleaños de su hijo de seis años.
"Todo era un poco de ir aprendiendo siempre. Mi mamá me compraba, igual mis tías y otros familiares. Cuando fui como soltando la mano hice una página en Instagram, fui subiendo algunas de mis creaciones y llegando de la mejor forma posible a la gente", relató sobre el comienzo del negocio.
-¿Cómo se fue haciendo de clientela?
-Todo fue gracias a la misma peluquería. Tantos años trabajando ahí me hice de clientela, entonces les fui hablando de lo que ofrecía y partió el boca a boca, la gente me empezó a contactar poco a poco y ahora hay semanas en que hago hasta seis o siete tortas.
A través del Instagram @dulce_camil muestra sus creaciones y sus clientes pueden hacer los pedidos con al menos un día de anticipación.
Complementar
Después que terminó la cuarentena en su trabajo de la peluquería pueden recibir público, por eso adecuaron sus horarios para retomar sus actividades.
"El aforo del local es de cuatro personas, por lo que solo podemos atender a dos clientes a la vez, ya que somos dos las que trabajamos allí. Así nos vamos acomodando para que la gente pueda venir, siempre tomando hora previa y con los resguardos necesarios", acotó.
-¿Puede compartir su tiempo entre el trabajo de la peluquería y su emprendimiento?
-Al principio atendíamos en la mañana y en las tardes hacía los pedidos de tortas, kuchenes, pies u otra cosa que me pidieran. Después vino el tema de las clases online con mi hijo, entonces nos tuvimos que acomodar para estar en ambas cosas.
-¿Cómo reparte su tiempo?
-Ahora durante las mañanas estoy en casa ayudando a mi hijo y coordinando los pedidos de la tienda y por las tardes estoy en la peluquería, pero como siempre estamos con poco público, todo se puede, solo es cosa de querer.
Renacer
Los primeros meses de este emprendimiento de pastelería no fueron de ganancias, por el contrario fueron más de gastos por la inversión que tuvo que hacer Camila Catalán para confeccionar las tortas y las otras delicias que prepara.
Además, ha notado que pocos locales sanantoninos venden productos para realizar pasteles con especialidades, como para diabéticos o celíacos.
"Solo he realizado dos tortas para diabéticos, pero los insumos son más caros y por ende yo tengo que cobrar más. Pese a que ahora estoy nuevamente en la peluquería, los ingresos no son los mismos y por lo mismo no dejaría esto", afirmó.
-¿Le ha servido esta nueva aventura?
-Siento que no solo en el área económica. Este ha sido mi nuevo renacer y he podido darme cuenta de que soy capaz de mucho más. No estoy encasillada en un solo ámbito como el estético, sino que también en el de la repostería.
"Al principio de la pandemia, pensaba que con solo salir a la calle te contagiabas y ahí caíamos en la ignorancia, porque con precauciones eso no pasaba",
Camila Catalán
"No era millonaria con lo que ganaba en la peluquería, pero me daba para vivir tranquila y eso es lo que importa",
Camila Catalán
"Este ha sido mi nuevo renacer y he podido darme cuenta de que soy capaz de mucho más",
Camila Catalán