Descarados delincuentes saquearon casas en medio del voraz incendio
Vecinos del Cerro Alegre denunciaron una serie de robos que se produjeron en medio de la emergencia. Delincuentes robaron maquinarias, televisores, computadores, enseres y hasta dinero de las casas asediadas por el fuego.
La adversidad suele sacar lo mejor de la condición humana haciendo que afloren valores como la solidaridad, la cooperación y la empatía. Pero también sale lo peor de las personas, como el aprovechamiento, el saqueo y el pillaje.
En ambos casos se trata de comportamientos humanos que se han visto y se ven en situaciones de tragedia, como la ocurrida el viernes pasado en Cerro Alegre donde las llamas arrasaron con 16 hogares y gatillaron la respuesta espontánea de cientos de personas que se sumaron al combate del fuego y se pusieron al servicio de los vecinos que querían salvar sus enseres.
Lo malo de esta historia es que en el mismo momento de la emergencia, mientras hombres y mujeres luchaban contra el avance implacable de las llamas; al tiempo que decenas de personas ayudaban en la evacuación de las viviendas en peligro, funestos rateros se dedicaban a saquear lo que pudieran aprovechándose de la tragedia.
Christin Duarte vive en el pasaje Asturias de la población Santa Laura en Cerro Alegre, a metros de las casas arrasadas por el fuego y en medio de la emergencia sacó sus enseres a la calle pensando que el fuego se llevaría también su casa. Como ella, decenas de vecinos dejaron sus cosas en la vía pública, porque el cálculo rápido les hizo pensar que de avanzar el fuego al menos las pérdidas no serían totales.
"Mucha gente llegó a ayudar de distintos lugares y nos ayudaron a sacar las cosas a la calle, pero entre esa gente también llegaron delincuentes que lo único que querían era robar lo que pudieran. Me robaron una máquina bordadora semi industrial que no cuesta menos de 2 millones de pesos, la sacaron cuando estaban mis cosas en la calle y es triste porque sé que mis vecinos perdieron todo, pero hay muchos vecinos que sufrieron robos y de eso no se ha dicho nada", reclamó Christin que en algún momento se quebró, porque con mucho esfuerzo sacó su taller adelante y la máquina robada es parte de su sustento.
Camas se robaron
Paulina Espinoza también vive en el sector y al volver a entrar sus cosas a la casa se dio cuenta que le habían robado las camas. "Tuvimos que sacar todo a la calle, y además de todo lo que se rompió o se mojó por el agua que se usó para apagar el incendio, sufrimos robos. Me di cuenta ahora cuando voy a armar las piezas que me robaron dos camas. Aquí todos estamos afectados de una o de otra manera, porque fueron muchos los robos".
La vecina Berta Núñez vive con su madre a pocos metros de las casas arrasadas y cuenta que "esa tarde cuando estábamos tratando de salvar nuestras cosas encontramos a un tipo con una mochila adentro de la casa, no estaba ayudando en nada, lo que estaba haciendo era robarse lo que podía, y como en nuestra casa, en las otras casas también entraron delincuentes que se llevaron televisores, computadores y hasta plata de los cajones".
Se llevaron plata
Ese es el caso de la vivienda contigua, en Infanta Isabel 735 donde Wilson Castillo relató que "entraron unos tipos a dar vueltas los cajones. De mi casa se llevaron un notebook y también se robaron plata, no sabemos cuánta porque el vecino no lo tiene claro, pero andaban organizados robando, ya que a todos los que sacamos las cosas a la calle nos robaron algo y si no entraron a las casas a robarse lo que podían".
La señora Lusdenia Ramírez vive en el 741 de Infanta Isabel y como todos sus vecinos sacó sus cosas a la calle sin pensar que le robarían los dos cilindros de gas que tenía para el uso diario. Su hijo Juan Manuel Estay confirmó lo que denunciaron varios vecinos: "andaban unos tipos con mochilas entrando a las casas, robándose lo que podían, los vimos cuando salieron arrancando con una tele, pero todos estábamos preocupados de parar el incendio".
Rosa Jiménez tiene hace 27 años un almacén en Infanta Isabel 747 y su propiedad es justo hasta donde llegó el fuego. "Sacamos los cilindros de gas del negocio a la calle para evitar una explosión o algo así, pero resulta que se los llevaron todos, eran 15 cilindros de gas de 15 y 11 kilos y quiero creer que alguien los guardó, pero hasta ahora no han aparecido", relató.
Y ahí en plena calle algunos de los vecinos y vecinas que fueron víctimas del nefasto saqueo perpetrado en medio del incendio de Cerro Alegre finalmente agradecieron no haber sufrido consecuencias tan terribles como las de las familias que perdieron todo. "Del incendio nos salvó la "Gracia de Dios" dijeron, aunque del robo impune y descarado no pudieron salvarse.