El joven chef sanantonino que tiene una clara vocación social
José Ignacio Farías trabaja en la fundación Paternitas y elaboró un libro para recaudar recursos que permitan ayudar a las familias de personas privadas de libertad.
Con una humildad sorprendente, Jose Ignacio Farías Rojas, un llolleíno oriundo de la población San Pedro, confiesa que ha conseguido mucho más de lo que esperaba en su corta carrera profesional.
Cuando egresó de la enseñanza media, tomó una gran decisión: quería convertirse en chef internacional, pero en San Antonio no existía un centro de estudios para concretar ese sueño.
"Cuando salí de cuarto medio, en el año 2007, San Antonio no ofrecía la oportunidad de estudiar algo como gastronomía, por lo que me fui a Santiago, al Duoc de San Carlos de Apoquindo. Ahí me convertí en chef internacional", cuenta el sanantonino de 33 años.
Estudios
La carrera tiene una duración de cuatro años y medio, y existía la posibilidad de acceder a una pasantía en el extranjero. Juan Ignacio no desaprovechó la opción y durante cinco meses estuvo capacitándose en México.
"Allá pude trabajar gracias a la pasantía y fue una gran oportunidad para enfrentarme a mi carrera en un lugar que no fuera Chile", afirma.
-¿Qué pasó cuando regresaste?
-Bueno, tomé la decisión de volver a San Antonio por un tiempo para estar con mis papás, pero ahí también comenzó mi búsqueda de trabajo. El problema estuvo en que en San Antonio no encontraba, así que comencé a trabajar en Santiago.
-¿Sientes que te desligaste de San Antonio?
-Para nada, yo siempre he tenido la concepción de que quienes nacen en una ciudad cercana al mar, nunca se desligan del todo, porque como que uno lo necesita. Si bien ahora trabajo en Santiago, trato de ir a ver a mis papás al menos tres fines de semana al mes. Necesito mi dosis sanantonina.
Área social
José Ignacio es hijo de un suboficial de Carabineros en retiro y de una dueña de casa, quienes siempre le inculcaron la pasión por el servicio al prójimo.
Por lo mismo, se ha dedicado durante gran parte de su carrera al servicio social, con la finalidad de que otros puedan recibir ayuda cuando lo necesiten.
"Cuando estaba en la universidad, participaba de la organización Techo para Chile y siempre estuve ligado a cosas de ese estilo. La diferencia es que después comencé a trabajar en organizaciones de este tipo, como chef", relata.
Tras titularse, realizó un postgrado en Liderazgo Positivo en Europa, específicamente en Ciudad del Vaticano.
Fundaciones
En esa búsqueda por convertirse en un aporte para la comunidad llegó a ser parte de la fundación Paternitas, la cual ayuda a las familias de personas privadas de libertad.
Se trata de una organización santiaguina de carácter católico que está presente a lo largo de todo el país. A través de los años ha ayudado entregando capacitación, rehabilitación y reinserción a personas en conflicto con la ley.
"El trabajo en fundaciones implica un esfuerzo en la parte sicológica, tanto de quienes están en situación de cárcel como de sus familias. En otras fundaciones se tratan otras temáticas y cada vez uno va conociendo más realidades", sostiene.
-¿A qué te refieres con la parte sicológica?
-Lo que pasa es que las personas en ocasiones traen consigo una carga emocional muy grande y, por lo mismo, buscan ser escuchadas o tener una distracción. Ahí estamos nosotros, que queremos ser el oído y la mano amiga que ellas necesitan.
Con la pandemia del covid-19, las capacitaciones que realizaba José Ignacio en centros penitenciarios de la capital debieron suspenderse por el riesgo de un eventual contagio de coronavirus.
En ese momento, todo el equipo de Paternitas debió idear estrategias para continuar con la ayuda que ofrecen a las familias de los internos.
"La agrupación decidió que subvencionaríamos los almuerzos de las familias de los reos a los que ayudamos y esa fue la acción que realizamos por casi seis meses", explica el chef.
Acción social y libro
Frente al nuevo desafío de la fundación, José Ignacio fue uno de los principales encargados de la ejecución del proyecto, lo que significaba una responsabilidad importante para que todo funcionara correctamente.
"El presupuesto diario para el almuerzo de cada familia era de 2.500 pesos. En su mayoría son familias de cuatro personas, entonces teníamos que aprender bien a hacerlo para que ellos lo pudieran poner en práctica en sus casas", asegura.
-¿Cómo fue implementar este proyecto social?
-El lema de este proyecto fue "Más que un almuerzo, un respiro". Y por seis meses nuestro equipo ha sido ese respiro para estas familias. Como el chef de Paternitas, yo soy el encargado de gestionar las recetas, pero de todos modos trabajamos en conjunto con un nutricionista para que los almuerzos sean balanceados día a día.
Una de las principales metas que han conseguido es que las dueñas de casa beneficiadas han tenido una ayuda para saber qué cocinar día a día y a bajo costo.
A través de la cuenta de Instagram de El Más Social (@elmasocial.paternitas), José Ignacio y su equipo comenzaron a hacer transmisiones en vivo para que la gente pudiera seguir al pie de la letra sus recetas.
"Cuando ya llevábamos un tiempo en esto, pensé en llegar a más gente con mis recetas. Aunque estas son muy populares, les he ido dando un toque especial y enseñando cómo se preparan. Ahí se me ocurrió hacer en un libro con todas las recetas que habíamos hecho en este tiempo", dice el chef, quien lleva un año y medio trabajando en la fundación.
-¿Fue inmediata la idea?
-Por más que tuviera la idea, sabía que necesitaba un patrocinio para llevarla a cabo y ahí decidí hablar con la directora de la fundación. Ellos me dieron el respaldo de inmediato y les expliqué que, si ellos me patrocinaban, yo esperaba que todas las ganancias del libro fueran en pro de continuar con esta labor social.
-¿Cómo recibió la gente esta ayuda que le dio la fundación?
-Fue algo muy bueno para ellos. Cada caso iba siendo monitoreado por sicólogos y trabajadores sociales de Paternitas, entonces siempre trabajamos en pro de ser una ayuda para ellos. Lo que más les aportábamos era una buena comida, pero también estaban aprendiendo a ahorrar.
El libro "Recetas ricas, corazón contento" puede ser adquirido en preventa en la página web de paternitas (www.paternitas.cl) a un valor de 10 mil pesos. Todo lo recaudado será destinado para futuros proyectos de la organización.
El futuro
El chef sanantonino asevera que en el mundo de la gastronomía no suele verse la ayuda social. Por lo mismo, siente que ha roto un estigma con su trabajo, que, sin duda, no culmina con la publicación de este libro.
"Siempre fui de un perfil muy social y, por lo mismo, veo futuro en esto, principalmente porque lo ligué a un área que no siempre se dedica a ayudar. Esto era importante para mí. Siento que estoy en la cuenta regresiva de la gastronomía para dedicarme de lleno a mi rol social, aunque ambas cosas siempre estarán unidas".
"Si bien ahora trabajo en Santiago, trato de ir a ver a mis papás al menos tres fines de semana al mes. Necesito mi dosis sanantonina",
José Ignacio Farías,, chef
"La agrupación decidió que subvencionaríamos los almuerzos de las familias de los reos a los que ayudamos y esa fue la acción que realizamos por casi seis meses".
"Siempre fui de un perfil muy social y, por lo mismo, veo futuro en esto".