La vecina de La Campiña que deleita con sus productos de repostería
Miriam Arce elaboraba pasteles, queques y tortas para su familia desde antes de la pandemia , sin embargo, la cuarentena la obligó a emprender.
La pandemia del covid-19 golpeó la economía del hogar de Miriam Arce Menares (45 años), vecina de La Campiña, en el sector alto de Llolleo, por lo que tuvo que emprender con tartaletas, tortas, pan integral, queques y, este último tiempo, con pan de pascua. En pocos meses se ha ganado la confianza y el paladar de sus clientes.
"Siempre me ha gustado la repostería, preparo mis propias recetas. Comencé haciendo para la casa, eventos familiares y beneficios, también para el colegio de mis hijos. Siempre con muy buena aceptación y acogida. Todos alababan mi mano y me decían que los productos que fabrico son una tentación, y algo así como una adicción. Yo, humildemente siempre sonreía, cuando decían eso porque en verdad lo hago con cariño, y en ese tiempo era para satisfacer a los que más quiero", explica Miriam Arce.
Manos a la masa
Pero hace poco más de seis meses tuvo que comenzar a dedicarse seriamente a la repostería, como una forma de entrada económica, luego de que bajaran significativamente los ingresos en su hogar.
"Decidí emprender porque, como les pasó a muchas familias en el país y el mundo, los ingresos se redujeron. Yo trabajaba atendiendo y haciendo aseo en una casa de adultos mayores. Por el coronavirus, todo eso se redujo obligatoriamente para evitar contagios", comenta.
Miriam recuerda que buscó y analizó varias ideas que tenía para comenzar a trabajar desde la casa y se decidió por la repostería.
"Siempre he trabajado y estoy acostumbrada a estar en movimiento. Estar en la casa sin hacer nada no es lo mío y, obviamente, ver reducido el presupuesto, se convierte en un problema", aseguró.
Como sus pasteles y tortas siempre han tenido muy buena aceptación, emprendió con Mili.Tentaciones. "Decidí probar y cada vez me piden más cosas. He ido ampliando el número de productos y espero seguir así", manifiesta con satisfacción.
Insiste en que se sintió confiada por las constantes buenas opiniones e incentivo por parte de su familia. "Disfruto haciendo pasteles, tartaletas, pan de pascua. Me gusta dedicarles tiempo y cariño a cada cosa que hago. Esto me entretiene y me mantiene ocupada, ya que el encierro y la pandemia me estaban afectando un poco", declara.
Días top
Las fechas de mayor venta coinciden con celebraciones importantes como los días del padre o la madre. "También me llegan muchos pedidos los fines de semana, aunque es relativo, puede ir variando. Durante la semana el horario de entrega es entre las 10.00 y 12 del día", indica.
Miriam tiene la esperanza de que, poco a poco, su emprendimiento vaya creciendo. "Disfruto tanto haciendo mis preparaciones que decidí tomar cursos para aprender otras cosas y entregar un mejor servicio".
Agrega que su sueño es tener una tetería o cafetería donde sus productos puedan ser disfrutados por un mayor número de personas. "Más que una idea futura sería un sueño hecho realidad. Me encantaría atender a mis clientes y deleitarlos con mis recetas, que sea algo pequeño y acogedor donde puedan disfrutar de mis tentaciones. Solo me falta un poco más de confianza porque querer es poder y algún día podré lograrlo".
"No me manejo mucho en internet y las redes sociales, por lo que se me ha hecho un poco más difícil llegar a la comunidad. Poco a poco he ido aprendiendo e interiorizándome porque sé que es necesario como medio de comunicación con los clientes y para dar a conocer los productos", asegura.
Mientras, sus hijos Ignacio y Gabriel son el principal apoyo en redes sociales. "Crearon el Instagram Mili.Tentaciones para dar mayor visibilidad a mí y mis productos, lo que sirvió un montón porque aumentaron en gran cantidad los pedidos. Así que, por lo mismo, estoy a tope trabajando y, al mismo, aprendiendo a usar las redes sociales. También ocupo mucho el WhatsApp +569 88698145", señala.
"Decidí emprender porque, como les pasó a muchas familias en el país y el mundo, los ingresos se redujeron",
Miriam Arce