El llolleíno que se abre camino en el mundo del estampado
Ariel Vargas aprendió la técnica "mirando" y al principio comenzó con un pequeño puesto en la feria libre. Ahora tiene un local en un céntrica galería.
El llolleíno Ariel Vargas González (27) se convirtió en emprendedor hace dos años y cuenta que sus inicios fueron literalmente en el suelo.
Previamente, realizó una capacitación en metal mecánica, pero nunca ejerció en esa área. Tuvo distintos trabajos hasta que poco a poco fue encontrando su vocación, que está íntimamente ligada a sus pasatiempos.
"Siempre he sido muy autodidacta, por lo que sentía que no me iba a costar buscar algo para hacer, que me gustara, pero en lo que además fuera bueno. Creo que la perseverancia fue vital y aquí estoy", afirma con convicción.
Sus Productos
Su emprendimiento, bautizado como Emil Shop, ofrece poleras, tazones, marcapáginas, entre otros productos estampados con las imágenes de distintos personajes.
"Al principio compraba poleras usadas y las mandaba a estampar, y como no eran las poleras usuales que se vendían, atrajo muy bien a la gente. Les permitía salir de lo común, pero con productos estampados con sus personajes favoritos", comenta.
-¿Y dónde partiste vendiendo las poleras?
-Comencé trabajando en la feria. No era mucho lo que tenía para invertir porque uno además no sabe si va a tener éxito. Partí en el suelo con un paño y mis poleras. No sabía si este proyecto iba a resultar, pero la vida me sorprendió.
Lentamente fue haciéndose conocido entre un nicho de personas adherentes a los personajes que se estampan en los productos.
-¿El crecimiento en qué momento llegó?
-Lo que pasa es que cuando empecé, partí con muy poco, solo con ese paño y vendiendo en mi puesto de la feria, pero crecer siempre estuvo en mis planes. Con lo mismo que iba ganando, compré una mesa, un toldo y así seguí trabajando, hasta este año de la pandemia.
"No hago estampados en cualquier cosa, sino en géneros en particular, que son los que a mí me gustan, porque esa es la gracia que tienen mis productos", sostiene.
Animé, kpop y videojuegos son las tres áreas que le entregan el material gráfico para sus artículos estampados que vende a través de las redes sociales.
-¿Por qué solo estas tres temáticas?
-A mí me atrae mucho el mundo de los videojuegos y de la cultura asiática, entonces está todo ligado a mis gustos personales. Me he dado cuenta también que a muchos jóvenes les gusta cada vez más el kpop y, por lo mismo, conmigo pueden tener prendas de sus artistas favoritos, que es lo que ellos buscan.
Trabajar en solitario
"Al principio vendía lo que mandaba a estampar y siento que quizás no llegaba tan bien al público, porque había muchas personas que buscaban un diseño en particular. Pero todo cambió cuando se presentó un problema con quien realizaba los estampados", recuerda Ariel Vargas.
-¿Qué problema ocurrió?
-Lo que pasa es que el lugar donde mandaba a estampar se quemó y, por ende, perdieron toda la maquinaria. Yo ya estaba afirmándome en esto y sabía que no podía dar un paso atrás por lo que le había pasado a mi proveedor. Ahí pensé que yo tenía que hacerlo.
-¿Sabía algo sobre el estampado?
-Como dije antes, soy súper autodidacta, entonces pensé que no sería tan difícil aprender y que solo sería cosa de empeño. Fui varias veces a Santiago, a Patronato específicamente, para encontrar proveedores de poleras y aprender un poco más.
Con el dinero de las mismas ventas, pudo comprar la maquinaria para continuar con el estampado, pero esta vez, haciéndolo él mismo.
No aprendió la técnica a través de un curso o una capacitación, sino solo observando.
"En ese momento pensé que sería bueno aprender de primera mano cómo se hacía esto del estampado. Fui al lugar donde venden más poleras estampadas, en Santiago, y me quedé mucho rato mirando. Allí me enseñaron lo básico que tenía que saber para comenzar. Lo demás lo aprendería con el tiempo", asegura el emprendedor llolleíno.
-¿Fue muy difícil aprender la técnica?
-Para nada, pensé que sería un poco más complicado, pero no, todo se dio de la mejor forma. Con el tiempo comencé a ver videos en internet y así fui incorporando cada vez más conocimientos para producir más y con mejor calidad.
Un local
El crecimiento que ha experimentado su negocio tiene sorprendido y realizado a Ariel.
"Yo sabía que podía hacer esto, porque tenía las habilidades necesarias, pero nunca pensé que, por ejemplo, iba a ser yo el que estamparía las poleras. Fuera de que llegar a eso fue por una eventualidad, me ha permitido crecer y darme cuenta que soy capaz de mucho más de lo que uno cree", reflexiona.
Por estos días Ariel se encuentra realizando modificaciones y reparaciones en el que será su primer local físico para la venta de sus artículos, en el segundo piso de la galería Sevilla (avenida Los Aromos 317, Llolleo).
Es por estas mismas remodelaciones que solo está atendiendo en horario de tarde, desde las 14.00 hasta las 19.30 horas, de lunes a sábado.
"Este es un paso grande que no se me pasó por la cabeza cuando empecé, pero ahora que lo veo, es un sueño cumplido y deja ver todo lo que me he esforzado y perseverado para entregar un producto que quizás es común, pero es de calidad y lo hago con pasión", apunta.
-¿Cómo ha resultado todo este proceso?
-Esta fecha en general es desgastante y requiere un trabajo que no se detiene para cumplir con todos los pedidos, pero es gratificante de todos modos, porque veo la preferencia del público. Mis clientes más antiguos se asombran también un poco con todo este crecimiento. Creo que todo el sacrificio de estos dos años ha valido la pena completamente.
Área visual
Mirando hacia el futuro, Ariel cuenta que su deseo es seguir expandiéndose para cubrir otras necesidades de sus clientes.
"No sé si estudiaría la carrera profesional de diseño, pero sí me iría capacitando un poco más. Además, quiero incorporar otros productos, como pósters y pendones, siempre con la temática que he trabajado desde el inicio", dice sin transar.
"Siempre he sido muy autodidacta, por lo que sentía que no me iba a costar buscar algo para hacer, que me gustara, pero en lo que además fuera bueno",
Ariel Vargas
"Partí con muy poco, solo con ese paño y vendiendo en mi puesto de la feria, pero siempre estuvo crecer en mis planes",
Ariel Vargas
"Este (su local) es un paso grande que no se me pasó por la cabeza cuando empecé, pero ahora que lo veo, es un sueño cumplido",
Ariel Vargas
"Pensé que sería bueno aprender de primera mano cómo se hacía esto del estampado. Fui al lugar donde venden más poleras estampadas, en Santiago, y me quedé mucho rato mirando. Allí me enseñaron lo básico".