La sanantonina que lleva 11 años deleitando con los sabores de su cocina
Luz Leiva, vecina de Llolleo alto, elabora pan de pascua, empanadas, pastel de choclo y pan amasado, entre otras exquisiteces que causan furor entre sus fieles clientes.
En todo un éxito se ha transformado para Luz Leiva Valdivia su negocio de pan de pascua, un emprendimiento familiar que comenzó hace cinco años y que se complementa con su emprendimiento de panadería y cocina en general que partió en 2009.
Fue en esa época y gracias a la postulación a un programa de apoyo del Fosis cuando esta sanantonina de esfuerzo comenzó a forjar esta carrera como cocinera y panadera independiente, sacando adelante a su familia y deleitando los paladares de muchos habitantes de nuestra zona.
"Yo comencé con este emprendimiento en 2009 y los últimos cinco años he estado haciendo pan de pascua en estas fechas. Para la víspera del '18' (de septiembre) hago empanadas, en el verano pastel de choclo y antes de eso comencé haciendo pan amasado. Cuando comencé con el pan entregaba en la feria y en diferentes negocios, y además les vendía a mis vecinas acá en Llolleo alto", recuerda esta reina de la cocina que encanta con sus sabores.
-¿Cómo le ha ido con el negocio del pan de pascua este año de la pandemia?
-La venta del pan de pascua ha estado espectacular. Yo comencé en octubre a hacer pan pascua y con los años la red de amistades y clientes ha ido creciendo, por lo que me ha ido muy, muy bien. Mis clientas me contactan por Whatsapp y hacen sus pedidos, porque yo trabajo por encargo.
-¿Cómo ha ido evolucionado el negocio desde sus inicios?
-Cuando empecé a hacer empanadas yo salía a vender puerta a puerta mis productos, pero con los años ya no lo hago. Hoy en día me llaman, es más, tengo un par de empresas que me encargan grandes números de empanadas. Por ejemplo, este año hice 500 empanadas, una cifra baja en comparación a otras temporadas.
-¿Qué más destacaría de sus inicios y de su presente?
-Yo emprendí porque me dieron la opción en el Fosis. Primero recibí los insumos y la capacitación. Luego pude acceder a comprar mi horno. De ahí, gracias a la venta del pan amasado, logré comprarme una sobadora y la revolvedora, es decir, me he ido implementado y creciendo en estos años.
-¿Con quien más trabaja en este emprendimiento?
-Este es un negocio familiar, porque en las empanadas recibo la ayuda de Cristina y Almendra, mis hijas, lo mismo con el pan de pascua y el pastel de choclo. El pan es algo que hago sola, pero los demás productos los hacemos juntas. Si bien este no es un negocio grande, debo decir que me ha ido muy bien, no me puedo quejar, al contrario, estoy feliz de aquello.
-¿Cuál sería su principal sueño?
-Me encantaría tener un restaurant y poder cocinar yo cada plato que se sirva. Es que me fascina la cocina y sería muy lindo poder compartir mis platos con más gente.