Sanantonino busca a su hermano sacado de Chile hace más de 30 años
Equipo de Diario El Líder dio con la historia de Claudio Altamirano, cuyo hermano salió del país en 1989 cuando tenía dos años en un caso que es parte de las cientos de "adopciones ilegales" que investiga la justicia.
El sanantonino Claudio Andrés Altamirano Santis (32) nunca imaginó que la muerte de su madre en el año 2013, abriría en su vida un laberinto por el que ha tenido que transitar en busca de un hermano que fue separado de su familia alrededor del año 1989 y cuyo caso ya forma parte de las más de 500 denuncias que desde 2019 investiga el juez Jaime Balmaceda.
Claudio Altamirano recibe a Diario El Líder en su departamento de la población Baquedano III en la calle Olegario Henríquez del sector alto de Llolleo. Tiene sobre la mesa los únicos papeles que confirman la existencia de su hermano José Bernardo Altamirano Santis, nacido el 18 de julio de 1987 en San Antonio y que, según él mismo pudo investigar, salió de Chile con un pasaporte rumbo a Argentina cuando apenas tenía 2 años.
Para este extrabajador de Coresa, todo partió el año 2013 con el fallecimiento de su madre.
La dura infancia que este sanantonino pasó en el hogar de Menores "Fundación mi Casa" lo mantuvo desde muy pequeño alejado de su familia.
"Mis padres tenían problemas de alcoholismo y cuando estábamos chicos las asistentes sociales me sacaron de la casa en El Carmen y me pusieron en la fundación, crecí en un hogar porque mi papá y mi mamá no nos cuidaban ya que consumían alcohol y drogas", relata Claudio mientras sus manos recorren los únicos papeles que tiene sobre la identidad de su hermano desaparecido.
El hallazgo
Fue así como tras la muerte de su madre en el año 2013, Claudio Altamirano inició los trámites de la posesión efectiva cuando con sorpresa descubrió que uno de los herederos del terreno de su madre en la población El Carmen era un hombre con el mismo nombre que su padre, salvo por el último apellido.
Argentina
Recién el año 2019 Claudio consiguió información de la PDI que daba cuenta de la salida del niño sanantonino con pasaporte rumbo a Argentina en el año 1989, apenas 24 meses después de haber nacido. Una dirección en la calle Máximo Humbser en Santiago; donde hay un hotel, fue su último domicilio conocido en nuestro país.
Según cuenta Claudio, a través de familiares cercanos pudo establecer que su hermano "estaba internado en Conin (Corporación para la Nutrición Infantil, que hasta los años 90 funcionaba en las dependencias del actual Consultorio del hospital Claudio Vicuña, en la esquina de Lucía Subercaseaux con Blanco Encalada) y me cuentan que fue la visitadora a la casa donde vivían mis papás en El Carmen para decir que tenían uno o dos días para hacerse cargo de mi hermano o lo darían en adopción. Entonces ellos, que tenían problemas de consumo de alcohol y drogas seguramente no hicieron caso y fue así como se lo llevaron".
Muchos casos
Lamentablemente la historia de este sanantonino no es única, ya que en Chile, desde fines de la década de 1960 y hasta principios de 1990, pero con mayor fuerza durante la Dictadura; la complicidad de religiosos, médicos, asistentes sociales, jueces y abogados, generó una red que entregaba niños y niñas de manera ilegal a familias de extranjeros adinerados que querían tener hijos.
Sin conocer ningún detalle de esta verdadera red de tráfico de niños, adopciones ilegales y en algunos casos hasta robo de menores; Claudio se encontró el año pasado con el perfil de Facebook del grupo denominado "Hijos y madres del Silencio", que se dedica a buscar personas desaparecidas en las circunstancias ya relatadas.
Con el apoyo de Carolina López Madariaga el sanantonino consiguió que su testimonio fuera recogido por la Brigada de Derechos Humanos de la PDI, que colabora con la investigación del magistrado Balmaceda.
De hecho el ministro de la Corte de Apelaciones de Santiago, Jaime Balmaceda tiene una causa con más de 500 denuncias por presunta sustracción de niños entregados a matrimonios extranjeros.
Desde el año 2019 ha ordenado más de 1.500 diligencias y ha oficiado a hospitales, cementerios y tribunales, para que entreguen información en el contexto de una investigación que ha estremecido a todo Chile.
"Si mi hermano está vivo quiero conocerlo, él merece saber que tuvo una familia en San Antonio y los errores que hayan cometidos nuestros padres no tienen por qué separarnos para siempre. Tengo la esperanza de encontrarlo, de conocerlo algún día y decirle que soy su hermano", dice Claudio desde su departamento en Llolleo, mientras se aferra a una pequeña fotografía en blanco y negro que le dieron en la PDI.
La foto que Claudio tanto atesora, es la foto del pasaporte con el que su hermano José Bernardo Altamirano salió de Chile cuando tenía apenas 2 años.
Esa foto es lo único que Claudio Altamirano Santis tiene de su hermano José Bernardo.
Una pequeña foto en blanco y negro y la esperanza de algún encontrarlo y poder contarle esta historia.
"Mis padres tenían problemas de alcoholismo y cuando estábamos chicos las asistentes sociales me sacaron de la casa en El Carmen",
Claudio Altamirano
Judicial
A nivel judicial, las averiguaciones sobre sustracción de menores las llevan dos ministros: Mario Carroza, quien apunta al periodo de la dictadura (1973 - 1990) y Jaime Balmaceda, quien ve los años previos y posteriores al periodo. El caso llegó al Congreso, donde se realizó una investigación y se creó una "Comisión Nacional de Verdad sobre Adopciones Irregulares", con un funcionamiento como los de las comisiones Rettig y Valech. El número de personas adoptadas ilegalmente no se sabe a ciencia cierta, pero se estima que pueden ser unas 20 mil.
1989 el hermano de Claudio Altamirano salió del país con un pasaporte hacia Argentina.