Nicolás Labra G.

Otra insólita jornada vivió el fútbol sudamericano, la que tuvo como protagonista a Coquimbo Unido, después de que Conmebol decidiera suspender su partido por la semifinal de ida de la Copa Sudamericana ante Defensa y Justicia, que debía disputarse a las 21:30 horas en el Estadio Nacional.

De hecho, el plantel coquimbano llegó al estadio, caminaron por el césped y todos juntos se sacaron una foto en el arco sur del recinto. Antes, el capitán Matías Cano reunió a los jugadores y hablaron por cerca de 15 minutos. "Ellos saben que están haciendo historia, me enorgullezco de ellos. Llegaron acá, nunca una mala cara, los vieron en la cancha, querían jugar", dijo el gerente Pablo Morales.

Todo surgió cuando se confirmaron tres casos positivos en el plantel argentino de los jugadores Washington Camacho, Francisco Pizzini y Rafael Delgado. Hasta ese momento se jugaba considerando que se ampliaron las listas de buena fe de cada equipo para que los positivos no sean factor de suspensión.

Pero en la tarde vino un nuevo giro. La Seremi Metropolitana consideró en cuarentena a los 56 integrantes de los argentinos por ser contactos estrechos y ante eso la Conmebol golpeó la mesa y en un escueto comunicado decidió suspender el encuentro y programarlo el martes 12 en Asunción (Paraguay), en una sede por definir.

La determinación pilló de sorpresa a los "Piratas" y su presidente Jorge Contador no descartó pedir los tres puntos al considerar que sí se presentaron en el recinto. "Pedir los puntos es lo que corresponde de acuerdo a los protocolos y reglamentos que la propia Conmebol decretó para este tipo de situaciones. Estamos sorprendidos por esta decisión, estamos evaluando todas las situaciones y vamos a defender los intereses de Coquimbo como corresponde", dijo a radio Cooperativa.

La Seremi, en tanto, dijo que la decisión de suspender solo recae en la Conmebol y Diego Lemme, encargado de fútbol del club argentino, dijo a radio ADN que "estábamos preparados para salir al partido". Morales, gerente "Pirata", añadió que elevarán una queja formal a través de la ANFP. "Siempre hemos sido los últimos en tomar conocimiento de todo. Esto no tiene precedente".

El incentivo económico o "bono" de 300 millones de pesos que propuso el presidente de Blanco y Negro, Aníbal Mosa, para el plantel de Colo Colo en modo de premio si es que el equipo logra zafar del descenso, recibió un duro rechazo en la votación de ayer que realizó la directiva alba.

Esto, porque la idea fue rechazada por un claro 6-3 en la votación, ya que Mosa no contó con el apoyo del Club Social y Deportivo como en otras ocasiones. Así, solo él, el vicepresidente Harold Mayne-Nicholls y Alejandro Ascuí lo aprobaron. El rechazo corrió por cuenta de Alfredo Stohwing, Angel Maulén, Carlos Cortés y Diego González, más Edmundo Valladares y José Miguel Sanhueza del CSD.

"Entendemos y empatizamos con la legítima molestia de muchos ex jugadores y grandes referentes de la institución, y de muchos miles de socios, socias e hinchas a lo largo del país, para quienes resulta difícil de comprender que la conservación de la categoría sea un objetivo suficiente para ser recompensado con montos similares a los que en otros momentos de la historia se han ofrecido por metas tales como ser campeones o lograr éxitos a nivel internacional", expresaron en el Club Social.

Posteriormente, el propio presidente de ByN, Aníbal Mosa, reconoció que la idea también fue rechazada por los jugadores. "Esteban Paredes (el capitán) me manifestó que tuvieron una conversación y que van a rechazar el bono y no lo van a aceptar. Le dije que más allá de que el directorio lo haya denegado, yo tenía la intención y el compromiso. Me dijo que me apoyan pero que el tema del bono no es tema y no se habla más".

Mosa, derrotado, también está preocupado por el rendimiento del equipo, pese a que entregó su apoyo a Gustavo Quinteros. Lo de ayer en Valparaíso fue muy duro, veníamos de hacer tres buenos partidos y rescatando puntos importantes. Creo que tenemos para más, ayer no se vio eso, pero vamos a encontrar los partidos donde rescatemos puntos".

Del DT añadió que "todo el directorio tiene confianza en el trabajo de Quinteros" e insistió en que "no vamos a descender, la situación es complicada pero con el cuerpo técnico y los jugadores vamos a sacar la pega adelante".

300 millones, era el bono que Aníbal Mosa pretendía dar al plantel por salvarse del descenso.

El volante de O'Higgins, Ramón Fernández, se refirió al momento que vive el equipo de Rancagua desde la llegada Dalcio Giovagnoli a la banca del conjunto celeste y al posible descenso de la U y Colo Colo, dos camisetas que ya vistió en el pasado."Estamos contentos por el momento, por cómo repuntamos gracias a un buen entrenador que nos supo sacar rendimiento", dijo Fernández en radio Agricultura.Por la situación de los dos equipos grandes, el capitán de O'Higgins dijo que "yo jugué en ambos equipos, me trataron muy bien y no me gustaría que descendieran". "Los dos equipos están hechos para pelear por cosas importantes. Uno se pone a pensar que van a salir en este partido, en este otro partido, pero cada vez queda menos", agregó.