Una joven pareja de Barrancas encontró en el pan la forma de generar más plata para su hogar
Hoy ofrecen pan y otros productos dulces y aseguran que su perseverancia y fe fue lo más importante para salir adelante con este emprendimiento.
La vida del joven matrimonio de Paula Saldia Torres (36), más conocida como Poly por sus amigos, y Ronald Valenzuela Doyhambore (28) está marcada por el trabajo que cada uno desarrolla.
Cada acción que ellos realizan busca el bienestar de Josefa, la pequeña hija de 3 años que tienen.
Ronald es profesor de Educación Física, pero nunca pudo ejercer. Poly en febrero de 2019 creó un emprendimiento que le ha permitido generar ingresos con una actividad tan noble y milineria como es hacer pan.
"La familia de Ronald siempre se ha dedicado a la mar, al trabajo como pescadores artesanales y él como nunca pudo ejercer su profesión, decidió que los ayudaría y se dedicaría a eso, porque tenemos una hija pequeña y no podemos dejar de generar ingresos", explicó Poly sobre la realidad laboral de su pareja.
Ejercer
Pese a ser profesor de Educación Física, Ronald nunca pudo ejercer su profesión, por lo que comenzó a trabajar en la pesca junto a su padre. Aparte desarrollaba otros trabajos esporádicos, debido al mal momento que pasa la actividad de la pesca artesanal.
Por su parte, Poly es técnico sicosocial, pero tampoco ejerció nunca y tuvo que encontrar otras fuentes de ingresos, para juntos mantener su casa y a su hija.
"El trabajo de Ronald, es uno que tiene muchos altos y bajos, por así decirlo, porque hay temporadas de pesca mejores que otras. Está la de la jibia y la merluza. Cuando están buenas implica que se vaya un día y no vuelva hasta dos días después, pero esos son los sacrificios que uno tiene que hacer a veces", contó Paula.
-¿Usted tampoco pudo ejercer?
-No, nunca se dio la oportunidad y después tuve a mi pequeña, entonces comencé a dedicarme a ella al 100 por ciento, pero ahí vienen los problemas, porque solo teníamos un solo sueldo y la plata empieza a faltar para mantener nuestra casa.
Hagamos pan
En medio de la encrucijada de no llegar a fin de mes con un solo sueldo, Paula y Ronald se las tuvieron que ingeniar para hacer rendir el presupuesto.
Por lo mismo y como Paulina estaba siempre en casa, decidió que lo mejor era ahorrar dinero en cosas básicas.
"Mi suegra me había enseñado a hacer pan y yo dije que si no nos alcanzaba la plata para comprar pan, quizás era más barato comprar harina y hacer pan para varios días, porque al final había que economizar en lo que más se pudiera", recordó Paula como empezó con esta actividad.
-¿Cómo le quedó la primera hornada de pan?
-Bastante bien, yo creo que es porque aprendí de la mejor manera a hacer pan. Poco a poco fui aprendiendo la receta y dominándola. Ahí nos fuimos ahorrando esa plata, pero igual nos faltaba plata como para el día a día, para el almuerzo o para algo para la once, cosas así.
Mucho pan
Paulina comenzó a hacer pan y a medida que perfeccionaba su técnica, comenzó a sentir que hacía mucho pan y eso podría perjudicar su salud.
Por lo mismo, optó por comenzar a hacer pan integral, cosa que podía ser más beneficiosa para ella y su familia.
"Me acuerdo que quería bajar de peso después de mi embarazo, entonces creí que si ya había dominado la receta del pan corriente y que me quedara rico, pensé que entonces no era tan distinto hacer pan integral, que al final era más sano", agregó la emprendedora.
Crear y atreverse
Si bien, el matrimonio capeaba un poco las complicaciones para llegar a fin de mes, les seguía faltando el dinero para comprar algunas cosas del día a día.
Ahí comenzaron las conversaciones de "quizás podríamos vender pan". Tenían la idea, pero nunca la concretaban.
"Nos pasaba mucho que cuando venía algún familiar o amigos a tomar once y comían del pan que yo hacía, me decían que estaba rico y la característica principal, es que, aunque los tuviéramos una semana, podíamos calentarlos un poquito y quedarían como recién hechos, eso me motivaba aún más", agrega.
-¿Cuándo se decidieron a comenzar con el emprendimiento?
-Como contaba antes necesitaba tener dinero para el día a día, entonces, pensé que el pan me podía dar ese dinero. De un día para el otro lo comencé a concretar, pero fue en febrero del 2019. Como no llegaba a tanta gente le consulté a mi hermana si le podía preguntar a sus compañeras de trabajo si querían comprar.
-¿Y cómo le fue?
-La verdad sentí que fueron horas de nervio y en realidad fueron solo algunos minutos. Ella consultó y al ratito me dijo que tenía tres pedidos, no podía más del nervio y la emoción. Solo partí con pan amasado integral, así fue creciendo el emprendimiento, que llamamos Vida Mía.
Vida mía
Una de las mayores virtudes que siente el matrimonio que ha puesto en práctica en este emprendimiento es su confianza y perseverancia para que funcione y crezca.
Pasaron casi dos años desde que Paula y Ronald se atrevieron a crear Vida Mía y la emprendedora asegura que han puesto mucho sacrificio y compromiso.
"Esto no solo ha implicado un crecimiento como emprendimiento, porque la recepción de la gente desde siempre fue muy buena, sino que también hay mucho sacrificio de parte de nosotros. Hay muchas veces en que hemos trasnochado, sobre todo por el trabajo de Ronald, por ejemplo, pero todo nos ha resultado muy bien gracias a la ayuda de Dios", aseguró
-¿Pensaron en crecer con el emprendimiento?
-La verdad sí, sobre todo pensé que teníamos que tener algo más que ofrecer y ahí se me ocurrieron los queques y en el verano fue con la mermelada. Mi mente nunca deja de trabajar y si se me mete la idea de que tenemos que buscar algo más, lo voy a encontrar.
-¿Tenía conocimientos de pastelería por ejemplo?
-Para nada, con suerte sabía cocinar. Aprendí a hacer pan por mi suegra, mi sobrina me enseñó a hacer un queque a través de una videollamada, pero yo no tenía conocimiento de estas cosas, quería hacerlas, pero no tenía mayor noción de cómo se hacían.
A casi dos años de sus inicios, en Vida Mía ofrecen pan amasado integral, chilenitos, galletas, brownies, barritas de brownies y alfajores marplatenses (blandos y típicos de Argentina).
Nunca pensaron que el emprendimiento funcionaría y que se proyectaría. "Después de un tiempo de haber iniciado, invertimos en una batidora, pero no una profesional o semiprofesional, una lo más simple, para que yo no tuviera que hacer todo a mano. Ahora invertimos en un horno, para tener más producción, pero nuestra inversión no es tanta", precisó Poly.
Un gran privilegio y honor siente Paula, porque muchos sanantoninos prefieran sus productos. Ahora agendan los pedidos con al menos, tres días de anticipación a través de Instagram (@vidamia.pan).
"Siempre me pregunté cómo los emprendimientos conseguían tantos seguidores. Una vez participamos de un concurso de emprendedores y ahí nos dimos cuenta cómo todo crecía. Dios está detrás de nosotros en cada paso y eso es lo que nos fortalece", puntualiza.
El matrimonio realiza los repartos a domicilio desde Santo Domingo a Algarrobo, ya que "donde nos pidan, nosotros vamos. Principalmente trabajamos de jueves a sábado, pero todo depende", explicó.
"Nos pasaba mucho que cuando venía algún familiar o amigos a tomar once y comían del pan que yo hacía, me decían que estaba rico",
Paula Saldia,, emprendedora.
"Aprendí a hacer pan por mi suegra, mi sobrina me enseñó a hacer un queque a través de una videollamada
Paula Saldia
"La familia de Ronald siempre se ha dedicado a la mar, al trabajo como pescadores artesanales",
Paula Saldia, de Vida Mía