Llolleína emprendió vendiendo la ropa de su propio clóset
Patricia Jiménez es asistente dental, pero renunció a su trabajo para estudiar otra carrera relacionada con el área de la salud. Hace poco se convirtió en madre y abrió una tienda online donde ofrece prendas de confección nacional.
Llegó un momento en que el panorama se veía bastante complejo para la llolleína Patricia Jiménez Martínez (27).
Había dejado su trabajo como asistente dental para estudiar laboratorista dental, pero en medio de ese proceso quedó embarazada.
A pesar de ello, nada le impidió continuar estudiando e incluso llegó a defender su título con su bebé en el vientre.
"Me convertí en laboratorista dental y ya estaba embarazada cuando defendí mi título. La complicación estuvo en que no tenía trabajo y sabía que pronto sería mamá. Por eso tenía que hacer algo", explica Patricia, quien siempre ha tenido una mentalidad positiva y decidió llevar un embarazo tranquilo mientras se le ocurría qué hacer.
Venta de clóset
Cuando nació su pequeña Magdalena, esta joven madre no estaba recibiendo ingresos, pues se había retirado de su último trabajo antes de quedar embarazada. Además, llegó justo la pandemia del covid-19 y su pareja se encontraba ad portas de defender su título, por lo que tampoco tenía empleo.
"Cada vez que mi pareja postulaba a un trabajo le decían que por la pandemia todos los contratos estaban suspendidos y que no lo podían contratar. Siempre hemos contado con el apoyo de nuestras familias, pero nosotros ya somos grandes y teníamos que encontrar la forma de mantenernos", apunta esta laboratorista dental.
Patricia siempre había sido una amante de la ropa y en muchas ocasiones utilizó su Instagram personal para vender diferentes prendas de su propio clóset.
En ese momento pensó que no sería mala idea retomar la venta de vestuario para generar recursos desde su propia casa, sin descuidar a su pequeña hija.
"Más de una alguna vez vendí las cosas que ya no usaba de mi clóset, porque estaban en buen estado y quizás a alguien más le podían servir. Esta vez fue algo similar", agrega.
-¿Y qué hiciste?
-Esta vez también tenía cosas que ya no usaba y que estaban muy buenas, pero no solo era un ingreso extra para mí, sino que era un aporte para la casa. Ahí pensé que quizás podía hacer una inversión para mantenernos por más tiempo.
Palo al gato
La venta de su ropa fue todo un éxito y con ese dinero hizo la primera inversión con la esperanza de tener la mejor recepción por parte del público.
Apuntó a la ropa que fuera de su estilo, porque sabía que era del gusto de la gente, aunque todavía tenía desconocimiento acerca de cómo funcionar.
"Creé el Instagram (@lamagdatienda) y el 24 de abril del año pasado comencé con todo con esto, con miles de temores. Uno está con harta fe, pero no sabía qué iba a hacer si algo salía mal. Había hecho una inversión y no podía perderlo todo", asegura.
-¿Fue muy arriesgado?
-Es que en ese momento no sabíamos tanto acerca del virus ni qué iba a pasar con la pandemia. No sabía si uno se podía contagiar con las cajas de ropa, y yo tenía que tomar más precauciones porque tenía a mi hija que era muy pequeñita.
Sus miedos eran constante, porque no quería exponerse a un contagio y tampoco contaba con muchos seguidores en las redes sociales. De hecho, luego de recibir las encomiendas con ropa, Patricia desinfectaba la caja, luego sacaba y sanitizaba una por una las prendas, y por último las planchaba a vapor para así no correr riesgos.
"A veces tenía que estar hasta las tres de la mañana separando la ropa y haciendo todo el proceso para tenerla lista. Entre medio de eso, había gente que a veces me hablaba por productos y como no podía perder una venta, si eran las cinco de la mañana, a esa hora respondía", sostiene.
-¿En qué momento la tienda tomó mayor fuerza?
-Ni siquiera me di cuenta de cuándo fue el cambio. Una amiga me fue asesorando con el tema de las redes sociales para saber manejar todo y llegar a más público, y una emprendedora de Llolleo me enseñó mucho también. Esas son cosas que agradezco y que sin duda fueron el motor para surgir en todo esto.
Confección nacional
Al poco tiempo de haber iniciado la venta de ropa en La Magda Tienda, nombre en homenaje a su hija, la joven decidió optar por la comercialización de prendas que solo fueran de confección nacional.
Además, al ir creciendo pudo habilitar en su casa su propio espacio para su tienda, siempre con miras a tener un local para recibir al público.
"Traía ropa y al poco tiempo conocí el tema de la confección nacional y me pareció la mejor idea para seguir con la tienda. Eran varias las personas que preferían la confección nacional y yo pensé que era algo bueno. Lo mejor es que de esta forma apoyamos a otros chilenos", comenta Patricia.
"Las fábricas extranjeras hacen ropa a gran escala, y en Chile tenemos a mucha gente que está trabajando para hacer estas prendas. Todos los días hay alguien cortando, cosiendo, marcando moldes. Eso es algo que no vamos a ver en una fábrica de grandes tiendas", añade.
A pesar de que Patricia era una fanática de la ropa y le iba bastante bien cuando realizaba las ventas de clóset, nunca antes se planteó la idea de un emprendimiento, mucho menos cuando tenía un empleo estable.
"Creía que era innecesario tener un emprendimiento, porque tenía un trabajo estable y creía que no lo necesitaba. Ahora que lo tengo, claro que ha sido muy bueno y me ha servido mucho para pensar en mi futuro también", acota la emprendedora.
Cómo sigo
Hace pocos días su pareja recibió la noticia de su primera entrevista de trabajo. Sin importar eso, ella pretende mantener la tienda el mayor tiempo posible.
Lo primero que espera es, una vez que pase la pandemia, conseguir un lugar que se convierta en su tienda física y tratar de delegar algunas tareas para dedicarle más tiempo a la maternidad.
"Mi pequeña Magdalena tiene 11 meses y me gustaría disfrutarla un poco más. Ahora que es un poco más grande requiere más atención y yo quiero estar con ella, pero no dejar a mis clientas fieles. Me da miedo volver a trabajar en este instante, por la pandemia y más que nada para protegerla a ella", puntualiza.
-¿Te gustaría volver a ejercer tu profesión cuando la pandemia esté controlada?
-De todos modos. Lo más lindo que me ha pasado es ser mamá y, si no me hubiera tocado ahora, me encantaría estar luchando en la primera línea de la salud, pero sin duda más adelante me gustaría volver a ejercer, sobre todo ahora que saqué la carrera de laboratorista dental.
-¿Qué es lo más destacable de esta etapa de tu vida?
-Mi crecimiento, el de la tienda y el darme cuenta de todo el apoyo que tengo de parte de mi familia y de mi pareja. Sin duda, si uno quiere emprender, va a ser difícil, pero poniéndole ganas, todo es posible.
"Creé el Instagram (@lamagdatienda) y el 24 de abril del año pasado comencé con todo con esto, con miles de temores. Uno está con harta fe, pero no sabía qué iba a hacer si algo salía mal",
Patricia Jiménez
"A veces tenía que estar hasta las tres de la mañana separando la ropa y haciendo todo el proceso (de sanitización) para tenerla lista",
Patricia Jiménez
"Lo más lindo que me ha pasado es ser mamá y, si no me hubiera tocado ahora, me encantaría estar luchando en la primera línea de la salud".