El astrónomo sanantonino que busca financiamiento para seguir estudiando
El anhelo de Jaime Gianneloni es especializarse en una universidad española para traer más conocimientos sobre la materia a San Antonio y así motivar a que más jóvenes locales se acerquen al fascinante mundo de la astronomía.
Hace pocos meses el sanantonino Jaime Gianneloni Lizana (32) se convirtió en licenciado en Astronomía de la Universidad Andrés Bello.
Este logro demoró cerca de nueve años, debido a que, por motivos económicos, este vecino de Llolleo Alto tuvo que congelar sus estudios superiores en más de una ocasión.
De hecho, esta no fue su primera carrera. Antes había estudiado cinco años ingeniería electrónica.
"Me pasó lo mismo que a muchos jóvenes. Cuando uno comienza a estudiar en la universidad, piensa en una carrera que le dé un buen pasar económico. Nos dejamos llevar mucho por la opinión de la familia, de los conocidos que ya estudiaron, y yo no fui la excepción", apunta el llolleíno.
-¿Nunca te gustó la ingeniería electrónica?
-No diría que nunca, porque estuve cinco años estudiando. Solo me faltó la práctica y la defensa del título, pero de alguna forma siento que no era lo que yo quería para el resto de mi vida, porque desde muy pequeño tuve varias cosas muy claras.
Buscar respuestas
Jaime Gianneloni cuenta que desde niño fue muy curioso y le gustaba descubrir por su propia cuenta algunas preguntas que le aparecían en el camino.
"Siempre quise buscar respuestas a las interrogantes sobre lo que nos rodea o saber por qué pasan ciertas cosas. La astronomía me permitía solucionar esas interrogantes y encontrar más de una respuesta, pero desde el lado científico y no quizás desde el religioso o algo así", explica.
-¿Cómo fue dejar la ingeniería después de cinco años estudiando?
-Las interrogantes seguían en mí y por lo mismo tomé la decisión de cambiarme de carrera. Me enfrenté a muchas personas que me miraron mal por la decisión que tomé, pero yo sabía que esta no era una mala opción y también que no estaba tirando mi futuro por la borda, como muchos dijeron.
-¿Te arrepientes de no haber terminado la carrera?
-Para nada. Me convertí en licenciado en Astronomía, que era lo que quería. Me demoré, lo sé, pero de verdad no hay día en que no agradezca la decisión que tomé.
Los costos
Junto con enfrentar los prejuicios y las críticas de algunos de sus cercanos por cambiarse de carrera, Jaime también debió lidiar con los costos que significa estudiar la licenciatura en Astronomía.
"Durante toda la carrera viajé todos los días a clases. Me levantaba a las cuatro y media de la mañana para tomar el bus y llegar a la hora. Después regresaba a las cinco de la tarde, para llegar a trabajar, porque si no trabajaba, no me alcanzaba para pagar los estudios", cuenta.
-¿En qué trabajabas mientras estudiabas?
-A lo largo de toda la carrera fui garzón en un restaurante de Santo Domingo, llamado Juan Pescador. Llegué a ser administrador del local. A los dueños les debo mucho, porque fueron mi mayor apoyo mientras estudiaba.
"Si no hubiera trabajado todos esos años, quizás habría sido más difícil. Yo vengo de una familia humilde y soy hijo único. Entonces trataba de ayudar en lo que más podía a mis padres con el gasto de la universidad", dice el licenciado.
Alma
Para realizar su práctica profesional, en 2019 decidió postular a la convocatoria Alma (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array), una asociación internacional entre países de Europa, Norteamérica y Asia del Este, con la colaboración de Chile.
Según cuenta el profesional sanantonino, actualmente es el mayor proyecto astronómico del mundo y está ubicado en San Pedro de Atacama, en el norte del país.
La convocatoria anual para la práctica es a nivel mundial y participan 200 postulantes, de los cuales solo tres son seleccionados.
"Pensé que no perdía nada con postular, pero sabía que las posibilidades eran escasas. Estamos hablando que esta convocatoria es a nivel mundial y, por supuesto, con estudiantes de universidades del extranjero de más alto nivel que nosotros, pero yo insistía en que no perdía nada con postular", admite entre risas.
En diciembre de ese año Jaime tenía que recibir la respuesta para saber si había sido uno de los tres seleccionados. Al principio creyó que no tendría chances, pero pocos días después fue contactado para una entrevista.
"Finalmente fui seleccionado para hacer allí mi práctica profesional por el verano del 2020. Este es el observatorio más grande en radioastronomía (rama que estudia los objetos celestes y los fenómenos astrofísicos midiendo su emisión de radiación electromagnética) y a mí me ayudó mucho haber estudiado la ingeniería eléctrica en el proceso de selección", asevera.
Profesor
Gracias a sus conocimientos y a su buen rendimiento académico, hace tres años está haciendo clases de física y matemáticas en el colegio Cristo Rey de Llolleo.
"Esta oportunidad de ser docente me ha permitido abrir más la mente de los alumnos para que no tengan miedo al interesarse por materias como la astronomía y quizás optar por ellas como una carrera universitaria", sostiene.
Falta de oportunidades
Luego de su práctica en Alma, le recomendaron realizar un doctorado o un magíster en universidades internacionales, ojalá en España, donde están más avanzados en el estudio de este campo.
"España es más apto, debido a que se especializan más en radioastronomía, que es en lo que se concentra Alma. Mi problema con estas recomendaciones está en el financiamiento. Yo por más que junte dinero, sería para vivir allá, pero tener los recursos para pagar un magíster o un doctorado se me hace imposible", confiesa.
-¿Qué pasa con los financiamientos estatales?
-Antes uno recurría en estos casos a Conicyt (Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica) para el financiamiento y lo conseguía. El problema está en que eso ahora depende de Anid (Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo de Chile) y solo financia postgrados en universidades chilenas.
-¿Se cierra un poco la posibilidad de especializarse en el extranjero?
-Se vuelve algo súper frustrante, porque me he esforzado mucho para obtener logros como estos. No todos califican para estas oportunidades y yo no las puedo tomar porque no tengo los recursos. Creo que me lo merezco y espero en algún momento, ojalá pronto, tener la ayuda para cumplir esta nueva meta.
Jaime Gianneloni piensa que si él accede a un doctorado o un magíster en el exterior más jóvenes sanantoninos se atreverían a incursionar en estas áreas e incluso la comunidad podría acceder a mayores conocimientos sobre la astronomía.
"Los jóvenes sanantoninos, al darse cuenta que otra persona lo logró, podrían querer estudiar algo como esto. Es una carrera complicada, todas lo son, pero si los muchachos de aquí se nutrieran previamente, quizás lo estudiarían y no desertarían", puntualiza.
"Siempre quise buscar respuestas a las interrogantes sobre lo que nos rodea o saber por qué pasan ciertas cosas. La astronomía me permitía solucionar esas interrogantes y encontrar más de una respuesta",
Jaime Gianneloni
"Me convertí en licenciado en Astronomía, que era lo que quería. Me demoré, lo sé, pero de verdad no hay día en que no agradezca la decisión que tomé (cambiarse de carrera)".
"Si no hubiera trabajado todos esos años, quizás habría sido más difícil. Yo vengo de una familia humilde y soy hijo único. Entonces trataba de ayudar en lo que más podía a mis padres con el gasto de la universidad".