Madre e hija pusieron las manos en la masa para emprender
Elena Covarrubias y su hija Sofía Vera hicieron empanadas para las pasadas Fiestas Patrias. Tuvieron tanto éxito que decidieron crear una tienda de tortas y pasteles para seguir unidas en el lugar que más les gusta: la cocina.
E n septiembre del año pasado Sofía Vera (16) y su madre Elena Covarrubias González (56) se atrevieron con una idea que le propusieron los hermanos mayores de la joven.
Eran los días previos a Fiestas Patrias y ante las complicaciones económicas producto de la pandemia, ambas pensaron que podía ser una buena oportunidad para emprender.
"Mis hermanos mayores nos dijeron a mi mamá y a mí que por qué no vendíamos empanadas para septiembre, principalmente para el 18. Llevábamos harto tiempo pensando qué podíamos hacer para generar recursos y esta era una buena idea", cuenta Sofía.
Con anticipación empezaron a promocionar sus empanadas para que la gente pudiera hacer sus encargos. Así, con mucha fe y esperanza en que todo resultaría bien, pusieron las manos en la masa y crearon la tienda virtual Azúcar Moreno.
-Sofía, ¿cómo les fue con la venta de las empanadas?
-Hasta ese momento poca gente nos conocía, entonces tuvimos que hacer harta promoción. A pesar de todo, nos fue mucho mejor de lo que nosotras esperábamos, porque solo durante Fiestas Patrias vendimos más de 80 empanadas, algo que de verdad nunca pensamos que pasaría.
-¿Cuáles eran sus expectativas?
-Es que uno se mentaliza con que va a funcionar. Nosotras pensamos que quizás íbamos a tener pedidos de conocidos o amigos, pero mucha gente supo de nosotras y ahí todo comenzó a crecer.
Otros pedidos
Después de las Fiestas Patrias, muchos clientes les empezaron a preguntar si hacían otro tipo de preparaciones. La mayoría consultaba por los tradicionales chilenitos y otros productos dulces. A ellas no les quedó otra alternativa que responder a las inquietudes del público.
"Nos mentalizamos en hacer lo que la gente nos pedía y comenzamos a hacer chilenitos, profiteroles (pasteles pequeños con crema pastelera), llegando incluso a las tortas. De ahí no paramos porque la gente nos empezó a conocer", indica la joven de 16 años.
-¿Habrían hecho esto si no hubiera sido por la pandemia?
-Creo que no. Una vez habíamos tratado de tener un emprendimiento, pero no funcionó. Esta vez veníamos más dispuestas o mentalizadas a que iba a resultar. Creo que esa fue la clave, pero sin la pandemia, creo que no lo habríamos pensando.
Sofía asegura que al principio partieron elaborando clásicos de la pastelería, como una forma de llegar a un mayor número de público, lo que les dio buen resultado. Aunque claro, como todo negocio, también han tenido complicaciones en medio de la emergencia sanitaria.
"Había días en que no teníamos pedidos al principio, pero fuimos pacientes y nunca pensamos en que no iba a funcionar. Hay que tener mentalidad positiva", sostiene esta novel amante de la cocina.
Familia
Sofía es la menor de tres hermanos. Los mayores tienen 36 y 32 años y, por razones de trabajo, ambos residen hace algunos años en Valparaíso. Relata que siempre han sido unidos y, por lo mismo, ellos les sugirieron vender empanadas para generar más ingresos familiares.
"Todo el tiempo contamos mucho con el apoyo de mis hermanos y de mi papá, pero quizás con mi mamá necesitábamos que alguien nos impulsara para hacer esto. Antes no nos habíamos visto en la necesidad de generar más ingresos", comenta la joven de Llolleo.
-¿Cómo se sienten las dos con este éxito que han tenido?
-Es un poco raro, porque hasta antes de esto, yo me dedicaba solo a estudiar y mi mamá era dueña de casa, entonces los ingresos que teníamos eran los que generaba mi papa. Ahora si falta algo para un pedido, vamos y lo compramos con la plata que nosotras mismas ganamos.
-¿Se han vuelto más independientes en el sentido económico?
-De todas maneras, y no es solo eso, sino que además podemos aportar más a la casa y uno se va dando cuenta que fue una buena decisión la que tomamos. Implica sacrificios, como cualquier cosa, pero no nos podríamos arrepentir con todo lo que nos ha dado.
Tradición
Los pasteles y la cocina siempre han atraído a Sofía y a su madre Elena. "Desde muy chica me ha gustado el tema de la cocina, al igual que a mi mamá. Siempre me acuerdo de estar en la cocina con ella queriendo ayudarla y que me dejara hacer cosas. Era algo que nos unía y que ahora nos tiene con nuestro propio emprendimiento, que solo nos ha dado alegrías", sostiene la estudiante que este 2021 cursara su cuarto medio.
Otra cosa que recuerda es que su madre, cada vez que tenía una nueva idea para cocinar, trabajaba con ahínco hasta conseguir los mejores resultados.
"Mi mamá no se quedaba en el queque para la once, todo el tiempo iba más allá, con ideas de nuevas preparaciones, y ahí estaba yo, tratando de aprender o viendo qué era lo que hacía. Mi mamá es muy autodidacta y al parecer lo heredé, porque juntas vamos aprendiendo de todo", indica entre risas.
Colegio
Cuando comenzaron a vender sus productos, Sofía tuvo que empezar a compatibilizar sus estudios escolares -estaba en tercero medio- y el tiempo que le dedicaba al emprendimiento.
"En algunas ocasiones tuve que dejar algunas clases para poder ayudarle a mi mamá. Pero como todo lo del colegio era online, no tenía los mismos horarios, entonces podía organizarme", apunta la joven, quien pasó de curso con buenas calificaciones.
Reconoce además que el emprendimiento la ayudó a confirmar su verdadera vocación profesional. "Cuando chica, muchas veces pensé en estudiar gastronomía, porque siempre me ha gustado la cocina, pero a uno le dicen que tiene que estudiar otra carrera que le dé más dinero y esas cosas. Ahora tengo todo claro y el próximo año estudiaré gastronomía", anuncia con convicción.
-¿Cómo piensan continuar si entras a estudiar gastronomía?
-Nuestro mayor sueño es continuar en esto y que los conocimientos que yo adquiera nos ayuden a crecer aún más y, ojalá, llegar a tener un local. Siento que con organización y con empeño podemos hacerlo.
Sofía y su madre reciben los pedidos a través de Facebook o Instagram (@_azucar_moreno_) con entre uno y tres días de anticipación, dependiendo del producto.
"Nos gustaría agradecer a mis hijos Carlos y Nicole, a mi esposo Carlos, a nuestra familia que siempre nos apoyó y nos alentó, a nuestros clientes y amigos que siempre están atentos para compartir nuestros productos y nos han ayudado a crecer", manifiesta Elena, la madre de Sofía.
Como invitación especial para sus seguidores, Elena indica que "quedan todos invitados a seguirnos en Facebook e Instagram, porque pronto vienen muchas sorpresas para San Valentín, así que estén atentos porque no pararemos con esto".
"Nos mentalizamos en hacer lo que el público nos pedía y comenzamos a hacer chilenitos, profiteroles (pastelitos rellenos con crema pastelera), llegando incluso a las tortas. De ahí no paramos",
Sofía Vera,, emprendedora de 16 años
"Desde muy chica me ha gustado el tema de la cocina, al igual que a mi mamá. Siempre me acuerdo de estar en la cocina con ella queriendo ayudarla y que me dejara hacer cosas",
Sofía Vera
"Nuestro mayor sueño es continuar en esto y que los conocimientos que yo adquiera nos ayuden a crecer aún más y, ojalá, llegar a tener un local",
Sofía Vera