Madres sanantoninas hablan de lo bueno y lo malo de la crianza en la pandemia
Sicóloga entregó recomendaciones para que los papás puedan aplicar.
Dayana de La Cruz (38) trabaja en una empresa en Valparaíso por lo que de lunes a viernes debía salir muy temprano de su casa. En marzo y por tener hijos pequeños, de 8 y 5 años, su jefatura decidió enviarla a su hogar para que pudiera seguir con sus labores sin exponerse a un posible contagio.
Reconoce que, en un principio todo era "color de rosa" dentro de su hogar. "Los niños hacían las tareas solitos, ordenaban su pieza y la verdad es que no daban muchos problemas, pero con el pasar de los días la convivencia se fue tornando cada vez más compleja, sobre todo porque no estábamos acostumbrados a estar todos juntos por tanto tiempo y porque los horarios y las reglas de la casa pasaron al olvido (ríe)", cuenta esta vecina de El Quisco.
"Pero a pesar de todo, creo que estar con mis hijos las 24 horas ha sido una bendición. Hemos peleado, pero también es cierto que hemos jugado, nos hemos reído, hemos visto películas. Ha sido una linda experiencia para todos y afortunadamente todos nuestros seres queridos están bien", agregó Dayana.
Astrid Fantoval es madre de Simón (9) y Julieta (3). Para esta sanantonina estar "encerrada" ha sido uno de los temas difíciles de enfrentar en pandemia.
"Fueron cinco meses de encierro total. Me las arreglé inventando cosas para no aburrirnos. Vimos cómo hacer un huerto, cocinaban conmigo, pintamos piedras", explica Astrid.
Las tareas escolares también fueron tema en muchas familias sobre todo por el estrés que generó en muchos progenitores.
"Simón tenía clases por Zoom todos los días y Julieta no entendía que teníamos que estar solos un ratito para que su hermano pudiera concentrarse. Ella se ponía a llorar y el nivel de estrés cada vez era peor, hasta que entendió. Julieta tenía una actividad semanal como hacer galletas, pintar un cuadro. Eran cosas más entretenidas y las podíamos hacer los tres juntos", detalla Astrid.
La segunda encuesta de "Crianza en Pandemia" del programa Chile Crece Contigo, perteneciente al Ministerio de Desarrollo Social, desarrollada a final de 2020 y principios de 2021, reveló que más de un sesenta y cuatro por ciento de las familias que tenían niños menores de 5 años, consideraban (a pesar de todas las dificultades) que la crianza en pandemia había tenido un efecto positivo para los niños.
Regalones
Durante estos meses de pandemia, Dayana ha notado varios cambios en sus hijos, pero sin lugar a dudas, asegura que el estar tanto tiempo juntos los ha convertido en unos "regalones".
"Antes dormían cada uno en su cama, ahora no, quieren pasar la noche conmigo. La verdad es que yo también trato de consentirlos en lo que pueda porque sé que echan de menos a sus compañeros, a sus primos, a su abuelos que viven en el norte", relata Dayana.
Cristina Zúñiga, sicóloga del hospital Claudio Vicuña explica que, sin duda la pandemia ha entregado la oportunidad de estar en familia, "y es en algunas ocasiones los hijos se encuentran más consentidos o ''regalones'' debido al cambio de rutina, el no poder ver a sus amigos y/o compañeros de colegio, salir a jugar a la plaza como era de costumbre antes de la pandemia".
"En algunos casos comienzan a retroceder en conductas que tenían cuando eran más pequeños como el querer dormir con sus padres, entre otras debido a la tensión, inseguridad y ansiedad que presenta el estar en pandemia", comenta la profesional.
Apoyo
Según Cristina Zúñiga lo importante ante este tipo de situaciones tiene que ver con la respuesta que entreguen los adultos a sus hijos "como generar un ambiente familiar seguro, entregar contención emocional, permitirles expresar sus emociones, escuchar activamente a los que manifiestan, demostrarles afecto".
"Además, los padres deben estar receptivos a las preguntas que los niños y niñas realicen, entregando respuestas que tienen que ir siempre con la verdad pero con las palabras que ellos puedan entender acorde a su edad y contexto", añadió la sicóloga.
Asimismo entregó algunas recomendaciones para los padres que continúan trabajando desde sus hogares. "Establecer acuerdos de convivencia familiar y rutinas, realizar rutinas pedagógicas que son primordiales para los procesos de aprendizajes de sus hijos, compartir tareas y responsabilidades equitativamente entre los adultos y niños y niñas según corresponda, organizar de forma realista los tiempos que puedan destinar a los niños y al trabajo, planificar la jornada escribiendo las prioridades del día, marcar horarios y respetarlos, dormir las horas adecuadas y respetar los espacios físicos dentro del hogar".
Pero ojo para que esto funcione, la profesional señala que se debe tener en cuenta que "al tomar decisiones para organizarse y poder complementar ambos escenarios, es fundamental la participación de todos los miembros de la familia, construirlas en conjunto y que exista flexibilidad por parte de los adultos para ajustarse a lo que cada niño necesita".
"Antes dormían cada uno en su cama, ahora no, quieren pasar la noche conmigo",
Dayana de la Cruz.