La brasileña amante de la cocina que llegó a San Antonio por amor
Angélica es gastrónoma y su pasión son los pasteles, los cuales combina con sabores de ambos países. En su tierra natal se enamoró de un sanantonino que se convirtió en su esposo.
Para la mayoría de las personas, echar a andar un emprendimiento o atreverse a estudiar una carrera puede significar un gran desafío. Pero emprender desde la propia casa es un desafío aún mayor. Es el caso de Angélica Motta Santana (31), quien hace poco más de dos años abandonó su natal Brasil para radicarse en San Antonio.
"Yo nunca pensé que me cambiaría de país, pero no todo ocurre como uno piensa. Ahora ha pasado el tiempo y estoy acostumbrada, pero antes nunca se me pasó por la cabeza que algún día estaría viviendo en Chile", reconoce.
Cambio de país
Tomar la decisión de venirse a Chile no se dio de la noche a la mañana, sobre todo porque Angélica ya tenía una hija, hoy de 15 años.
Ella es oriunda de la ciudad de Santa Catarina, donde conoció al hombre que se convertiría en su esposo: un sanantonino que viajó a Brasil.
"Nos conocimos la primera vez que vino y me enamoré de él. Eso fue en el 2015 y yo ya tenía a mi niña más grande. Él se llevó bien con todos y creímos que nos quedaríamos a vivir en Brasil, pero las cosas cambiaron un poco", recuerda entre risas.
-¿Qué fue lo que cambió?
-Lo que pasa es que él nunca se acostumbró al calor de Brasil, entonces tomamos la decisión de venirnos a Chile. Yo ya había estudiado, entonces pensé que no era una mala idea, aunque creí que quizás a mi niña más grande le costaría, pero tampoco fue así.
Pese a que se conocieron en 2015, recién hace dos años decidieron instalarse en San Antonio.
Acostumbrarse
Así como su marido no se acostumbró nunca a las altas temperaturas en Brasil, por un momento la familia pensó que Angélica y su hija tampoco se acostumbrarían al frío de San Antonio, sobre todo en los duros meses de invierno.
Con esa incertidumbre en sus cabezas, armaron sus maletas de todos modos y emprendieron el viaje a inicios del 2019.
"Tuvimos nuestro primer invierno y no fue como nosotras pensábamos. Nos acostumbramos súper bien al tema del frío, que era como lo que más nos preocupaba, pero estuvo bien y desde ahí no tuvimos problemas", asevera.
-¿Cómo fue en general acostumbrarse a San Antonio?
-No fue complicado, aunque es distinto a Brasil. Pero me gustó cómo es el ambiente, la gente, el sector donde vivimos (Alto Mirador). Mi marido nos ayudó mucho para que nosotras fuéramos entendiendo cómo funcionaban las cosas acá.
-¿Y para su hija cómo fue la adaptación?
-Eso me causa mucha risa. Yo pensé que iba a ser difícil por sus amigos, el colegio y todo lo demás, porque también nos separamos de mi familia al venirnos, pero ella está fascinada, le encanta el colegio y hacer amigas nuevas. De todas maneras, la pandemia nos ha complicado un poco.
-¿San Antonio es como esperaban?
-Yo diría que en parte es más de lo que yo esperaba, porque acá es súper lindo y acogedor. Teníamos planes para conocer un poco más ahora que nació mi hija más pequeña, pero con la pandemia eso se pospuso, así que cuando se pueda, lo haremos sin duda.
Otra carrera
En 2015, cuando conoció a su esposo, Angélica estudiaba Derecho y, en ese tiempo, creó un emprendimiento en Santa Catarina para generar más ingresos para ella y su hija. Lo bautizó "Mamma Ophelia".
"Nunca pensé que estas cosas me iban a quedar bien, pero así fue. Estaban de moda los brownies, entonces los preparaba y los vendía, pero un bichito me empezó a picar como se dice", sostiene.
-¿En qué sentido?
-Me gustaba la carrera de Derecho y hacía los brownies para tener más ingresos, pero me di cuenta que quizás mi destino estaba en otra cosa. Así que lo pensé un poco, dejé Derecho y comencé a estudiar Gastronomía para poder fortalecer mis conocimientos en algo que me apasionaba.
Angélica finalmente se tituló de gastrónoma y se convirtió en una especialista en la preparación de postres.
"No pensé que retomaría lo de los brownies, pero el año pasado, como todos estuvimos con esto del confinamiento, volví a hacerlos con el antiguo nombre de Mamma Ophelia. Me gustó volver a hacer algo con mis toques brasileños", explica.
-¿Qué es básicamente Mamma Ophelia?
-Si buscamos una traducción, es como una comida reconfortante, que trae a la mente los recuerdos de la cocina de la abuela o de nuestra mamá cuando hacían pastelitos o otras cosas dulces. Por lo mismo, es una pastelería.
Actualmente, esta simpática brasileña combina en sus productos las ideas clásicas de la cocina de su país con toques locales.
"A los chilenos no siempre les gustan todas las preparaciones brasileñas, por lo que hay que ir combinando y buscando el punto medio entre ambas cocinas. Sin embargo, hay algunos que buscan algo nuevo y les acomoda mucho lo típico de mi país", afirma.
Angélica ofrece tortas, postres y distintos dulces en "Mamma Ophelia". Tiene un stock diario de productos y recibe pedidos especiales con tres días de anticipación. Estos se pueden realizar vía WhatsApp (+56942776307) o al Instagram @mammaophelia, y efectuar el retiro en su domicilio de Alto Mirador o con delivery.
"Me gustó mucho hacer los dulces típicos de Estados Unidos y publicarlos para la venta. Creo que la buena recepción del público radica mucho en la curiosidad por probar nuevos sabores y cosas así. De hecho, la gente no me preguntaba de dónde era, hasta que hablaba y escuchaban un tono distinto en mi voz", dice riendo.
La maternidad
En agosto de 2019 Angélica se convirtió en madre por segunda vez, en esta oportunidad en San Antonio y sin tener una gran red de apoyo.
"Cuando tuve a la niña, conocía a muy poca gente. Me había dedicado a cuidar mi embarazo y no había hecho amigas en las que me pudiera apoyar. La mayoría de la familia de mi marido está en Suiza, entonces mucho menos podían venir", sostiene.
-¿Quién fue su apoyo además de su marido en este proceso de maternidad?
-Afortunadamente, fui mamá antes de la pandemia, entonces mi madre viajó a Chile para ayudarme. Entre nuestros planes estaba conocer más de este país y viajar a visitar a mi familia, pero con esta situación no es seguro, pero ya podremos hacerlo. Mientras, nos mantenemos firmes y unidos los cuatro.
"Tuvimos nuestro primer invierno y no fue como nosotras pensábamos. Nos acostumbramos súper bien al tema del frío, que era como lo que más nos preocupaba",
Angélica Motta, recordando su llegada a San Antonio junto a su hija
"Me di cuenta que quizás mi destino estaba en otra cosa. Así que lo pensé un poco, dejé Derecho y comencé a estudiar Gastronomía para poder fortalecer mis conocimientos en algo que me apasionaba",
Angélica Motta
"A los chilenos no siempre les gustan todas las preparaciones brasileñas, por lo que hay que ir combinando y buscando el punto medio entre ambas cocinas".