El tradicional pescado ahumado sigue deleitando los paladares
Beatriz Arraño lleva 35 años dedicada a esta exquisita preparación que no pierde vigencia a pesar del paso del tiempo.
A un costado de mercado pesquero Esfuerzo y Trabajo de San Antonio, en el local 22, se encuentra el "Santa Bárbara", un negocio dedicado a la venta de pescado ahumado. Su dueña, la simpática Beatriz Arraño, oriunda de la localidad La Vega de Pupuya, lleva cerca de 35 años en el rubro.
La emprendedora recuerda sus inicios relatando que "llegué acá a San Antonio en el año 1985 para que mis hijas estudiaran. Al principio empecé vendiendo cochayuyo, pero con el tiempo fui conociendo más sobre el ahumado de pescado, hasta que le propuse a mi esposo que creáramos nuestro propio negocio, y desde ese momento que no hemos parado".
Cumpliendo metas
Beatriz Arraño y su marido han logrado entregar estudios universitarios a sus dos hijas con la venta de este ya tradicional producto, lo que evidentemente llena de orgullo a esta madre emprendedora.
"Llegamos a San Antonio con el fin de entregar una mejor educación a nuestra hijas y ahora ellas son ingenieras. A Dios gracia pudimos darles estudios", asevera con la satisfacción del deber cumplido después de muchos años de esfuerzo y sacrificio.
Así se hace
El proceso del ahumado tiene sus complejidades para lograr el sabor tan característico de este producto. La experta detalla que todo se hace de forma artesanal.
"Esto tiene que estar bien preparado. Primero se compra el pescado y luego se lava. Posteriormente se mete a la cámara de ahumado con un tiempo aproximado de 8 horas, ya que no todos los pescados tienen el mismo tiempo dentro de la cámara", explica Beatriz mientras muestra la vitrina con la que se inició en este rubro.
En su negocio ofrece pescado ahumado de jurel, salmón y sierra, siendo este último el más demandado por el público que llega al sector de la caleta Pacheco Altamirano de San Antonio.
"Muchos de mis clientes ya han fallecido, pero quedan sus hijos, quienes nos siguen comprando por que reconocen la calidad del producto que entregamos acá en el local", comenta esta pionera en el ahumado de pescado.
El valor varía de acuerdo al pescado. El trozo de jurel ahumado cuesta $2.000; el de sierra, $3.000, y el salmón depende del peso.
Este tradicional sector de restaurantes y venta de mariscos y pescados recibe todos los años una gran afluencia de turistas. "Con casi 30 años acá he visto varios cambios para bien. Ahora está más lindo para los visitantes. Aunque faltan cosas por hacer, lo bueno es que en este local he logrado todo lo que tengo", agrega esta amable mujer que aún entrega sus energías para la producción y venta del tradicional pescado ahumado en San Antonio.
"Llegamos a San Antonio con el fin de entregar una mejor educación a nuestra hijas y ahora ellas son ingenieras. A Dios gracia pudimos darles estudios",