El vendedor ambulante más antiguo de El Quisco recorre las playas a los 93 años
Víctor Manuel Mella Carrasco llegó muy joven a vivir a la comuna y hoy sigue ofreciendo sus productos a los turistas.
Víctor Manuel Mella Carrasco es el socio más antiguo del Sindicato de Vendedores Ambulantes de El Quisco. En estos días de verano es frecuente verlo caminar por las playas de la comuna, vestido de blanco, ofreciendo palmeras, charqui y manís a los turistas que llegan al litoral.
Sus 93 años no han sido un impedimento para seguir trabajando, por el contrario, asegura sentirse "capacitado" para seguir adelante con este agotador trabajo.
"Toda la vida he trabajado en la playa además me siento muy bien y mi organismo está bueno. El único problema que tengo es la artrosis de la rodilla izquierda pero ando con un bastón y todo bien", contó sobre la fórmula que tiene para afrontar su actividad laboral.
Lontué
Este vecino de calle Los Aromos nació en la localidad de Lontué, en la Región del Maule.
Cuando tenía 18 años se trasladó hasta la casa de unos familiares en la comuna de Lo Espejo, en Santiago y años después se fue a vivir a Melipilla. Pero por motivos de trabajo llegó hasta El Quisco.
"Unos maestros me pidieron que los acompañara y al final nunca me fui. Cuando era joven también me dediqué a la construcción haciendo pozos de agua", rememoró sobre su arribo a la zona.
A los 22 años dio sus primeros pasos como vendedor ambulante y asegura que ya en esos años era un trabajo muy difícil. "Antes andábamos de manera ilegal. Sin permisos, ni nada. Teníamos que andar escondiéndonos. Después se formó el sindicato y ahí cambió todo, pero igual todos los veranos llega mucha gente a vender y sin permiso", explicó sobre las dificultades que tiene su trabajo.
-¿Fue difícil formar el sindicato?
-No, porque todos queríamos trabajar tranquilos y para eso debíamos organizarnos. El sindicato nos sirvió para que nos reconocieran y pudiéramos andar en la playa sin problemas y con el permiso necesario.
El nonagenario vendedor ambulante precisó que "los que pertenecemos al sindicato andamos de blanco y yo soy el más antiguo. Al principio fue muy difícil porque andaba todo el día caminando y sin saber qué podía pasar, pero al final supe convivir y hasta ahora sigo vendiendo en la playa", agregó.
-¿Cómo lo ha hecho durante la pandemia, ha seguido trabajando a pasar de las restricciones?
-Sí, pero con todas las normas y con mascarilla siempre. Los del sindicato llegamos entre las 10 y las 12 a la playa, y nos vamos como a las 6 de la tarde para la casa. Entre medio también descansamos y comemos alguna cosita.
-¿Y cómo han estado las ventas este verano?
-Más o menos. Anda mucho comerciante ilegal y eso no está bien para nosotros, pero igual yo vendo mis cositas además que toda mi vida ha sido en la playa así que igual me gusta.
Cuando no está en la playa trabajando Víctor Manuel Mella comparte su hogar con sus familiares. "Yo tengo un hijo y vivo con mi nieta. Ella cuidó a mi viejita y ahora me cuida a mí, sobre todo con esto de la pandemia", relató.
Sobre esto y por su edad, el vendedor ambulante ya recibió su dosis del medicamento. "Fui uno de los primeros que llegó a vacunarse por el covid-19. Necesito estar protegido por mi trabajo como vendedor en la playa y la vacuna es la solución para no enfermarme", explica mientras muestra su carné de identidad para dar fe de sus 93 años.
Bicicleta
Más de algún quisqueño se ha topado con Víctor Manuel Mella andando en su bicicleta. La artrosis en su pierna izquierda jamás ha sido un impedimento para que este comerciante siga recorriendo las calles del balneario en su querida "bici".
"Anduve mucho en bicicleta cuando era más joven, si hasta teníamos un club acá en El Quisco. Gané en Curacaví dos veces y competimos con unos de San Antonio que eran rebuenos. Siempre iba para todos lados en la bici y lo sigo haciendo porque no tengo problemas y me gusta mucho", aseguró.
-¿Andar en bicicleta ha sido muy bueno para su salud entonces?
-Sí, porque me lleva a todos lados y como muchos me conocen me la guardan para que no me la vayan a robar. Desde joven que me ha gustado andar en bicicleta, por eso creo que me siento tan bien a mi edad. Siempre tuve una vida sana y eso me ayudó.
El comerciante ambulante asegura que le queda pila para rato y que por nada del mundo piensa dejar su trabajo en las playas quisqueñas.
"Me gusta lo que hago, sobre todo caminar por la playa. Además mi nieta se preocupa mucho por mí y eso también le sirve a uno para estar bien", aseguró el comerciante ambulante más antiguo de El Quisco, que a los 93 años sigue en las playas.
"Desde joven que me ha gustado andar en bicicleta, por eso creo que me siento tan bien a mi edad. Siempre tuve una vida sana y eso me ayudó
Víctor Manuel Mella