La atareada vida de una madre que se la juega por su única hija
Desde el año pasado, Carolina Catalán elabora cremas y otros productos para proteger la piel y el cuerpo. Además, trabaja cuidando niños y estudia enfermería. Todo para demostrarle a Emely, de 10 años, que las metas se pueden cumplir.
Cada mañana antes de empezar oficialmente su jornada, Carolina Catalán Veloz se aplica crema en el rostro y en el cuerpo, una rutina sagrada para ella. La joven de Santo Domingo desde siempre ha estado preocupada de cuidar su piel, por eso cuando su hija Emely aprendió a realizar cremas se entusiasmó tanto como ella.
"El año antepasado mi hija participó en un taller de verano para niños donde aprendió a hacer jabones, cremas y bombas de baño. Ella nos enseñaba a mí y a mis hermanas. Me llamó la atención y tomé unos cursos online para seguir aprendiendo", comenta.
Tras descubrir diversas preparaciones de cremas, el año pasado decidió lanzar su propia línea orgánica y natural para el cuidado de la piel, a la que denominó "Caremes Essence". "Quería usar ingredientes que estuviesen disponibles y a mi alcance, por eso uso productos naturales, que les hacen bien a todo tipo de piel. Eso lo diferencia a otro tipo de marcas que usan alcohol o parabenos y que no a todo el mundo les hacen bien, por ejemplo, a las personas que tienen rosácea o son alérgicas", detalla.
Amor por los animales
Las cremas que Carolina fabrica desde la parcela familiar en Santo Domingo, además, son "cruelty free", es decir, los ingredientes que usa para elaborarlas no fueron testeados en animales. Para ella esto es fundamental debido a la relación que tiene con ellos.
"Tengo 15 gatos, ahora son más porque mi gatita tuvo cachorros. También tenemos perro y caballos. Siempre hemos tenido animales y por eso uso productos que no sean testeados en ellos, ya que la idea es que en algún minuto ningún cosmético en el mundo se use en animales, porque a uno no le hace daño, pero a ellos sí, y son seres vivos y sintientes", declara.
Esta sensibilidad surgió cuando era niña. "Empecé a rescatar gatitos como a los 12 ó 13 años. Ahí encontré a mi primer gato: lo escuché gritando en un árbol y lo rescaté. Todos los gatos que hay en mi casa los traje yo. Mi familia los rechazaba al principio y me decían siempre 'otro gato que traigái, te vai con los gatos y todo'", cuenta riendo y añade: "pero después veía a otro en la calle y llegaba diciendo 'ay, es que encontré un gatito'. Obviamente mi papá se enojaba, pero después no les quedaba otra".
Por Emely
El negocio de Carolina se llama así por dos motivos: Care es una palabra en inglés que significa cuidado y también por la combinación de su nombre y el de su hija Emely, de 10 años. "El emprendimiento es para complementar mis rentas, pero la idea es que algún día este sea mi ingreso. Yo me hago cargo ciento por ciento de mi hija, entonces un trabajo no me alcanza, por lo que siempre estoy haciendo más cosas para cubrir nuestros gastos", comenta.
-¿Es muy difícil asumir sola la crianza?
-No lo tomo como un peso. Es mi obligación y siento que la tengo que cumplir como sea. Si estoy cansada no importa, porque debo cumplir igual con el colegio, con las necesidades básicas, con la comida. Siento que cuando supe que había quedado embarazada asumí muy rápido eso. De hecho, cuando le conté a mi papá, él me quería ayudar, pero yo le dije que tenía que hacerlo sola.
-Al parecer ahora las madres solteras no deben enfrentar tantos prejuicios...
-Siento que aún hay un poco de prejuicio, no sé si tan fuerte y notorio, pero lo vi en el colegio, donde todos le preguntaban por qué iba solo yo a buscarla, porque en ese colegio van ambos padres, y ella tenía que estar explicando que no tenía papá.
Carolina quedó embarazada cuando tenía 22 años y aunque, según ella, "no era tan joven, era muy niña, demasiado inocente para la edad que tenía. Había muchas cosas que no sabía o no sé si no las sabía, pero nunca presté atención a muchas cosas, entonces cuando quedé embarazada fue heavy, porque decidí asumir desde el día uno que tenía que trabajar y todo, pero no sabía mucho de la maternidad, ni del embarazo, ni de lo que era ser un adulto responsable, porque en el fondo nadie me explicó y yo vivía mi vida muy relajada porque mis papás me daban todo. Después de eso fue un cambio para mí".
100% trabajo
Cuando supo que estaba embarazada, congeló sus estudios de Diseño de Ambientes en Valparaíso para dedicarse a los cuidados de su hija y en cuanto pudo regresó al mundo laboral. "No quise volver a estudiar, mis papás me ofrecieron cuidar a la niña, pero no acepté que me siguieran ayudando económicamente ni en sus cuidados, porque era mi responsabilidad", cuenta.
"He trabajado en muchas cosas, haciendo aseo en casas, de promotora, cuidando niños, vendiendo cloro, de garzona, en eventos, atendiendo en tiendas, ya ni recuerdo todos mis trabajos", dice.
En estos 10 años de maternidad, la emprendedora afirma que "he hecho de todo porque de algún lado tenía que sacar la plata".
Nuevo rumbo
En 2018, Carolina decidió continuar sus estudios superiores, aunque en una carrera muy distinta. "Estoy estudiando enfermería, mi idea es dedicarme a esto y que en algún minuto (en un par de años, porque sé que nada es en el minuto) el emprendimiento genere un ingreso que se dé solo y yo no tenga que dedicarle tantas horas como en este momento".
-¿Siempre quisiste ser enfermera?
-Antes yo odiaba todo lo relacionado con el área de la salud, inconscientemente me cargaba, consideraba terrible sacar sangre o ir a un hospital. Pero también hago biomagnetismo, que es terapia con imanes, y por eso todo el tiempo estaba investigando el origen y síntomas de las enfermedades; si una persona en mi consulta decía que tenía un problema en el pulmón, yo buscaba las causas de la enfermedad, porque el biomagnetismo tiene que ver con eso.
Carolina tenía claro que "quería estudiar, pensaba cómo voy a pasar mi vida y no voy a hacer nada, hasta que una expareja me sugirió estudiar enfermería. Le contesté 'no, es lo último que estudiaría en mi vida, me carga'. Pero al final hablé con una excompañera del colegio que es enfermera y me explicó que no se trata solo de eso. Me di cuenta que, de cierto modo, era lo que había estado haciendo con biomagnetismo, entender las enfermedades, sus causas, explicarle a la gente. Entonces ahí dije voy a estudiarlo y ahora me gusta".
Su sueño es "complementar la enfermería con la medicina natural y terapias alternativas. Mi idea es que la persona no esté toda la vida drogándose con medicamentos para tener controlada una enfermedad o que mientras esté controlando su enfermedad se ayude con algo más natural".
Actualmente, le quedan dos años y medio de estudio aproximadamente. Paralelamente a su vida de estudiante, trabaja cuidando a unos niños y levanta este nuevo emprendimiento (disponible en el Instagram @ce.caremesessence). Carolina no para de moverse y sostiene que toda esa energía proviene de "tener claro que no me puedo quedar tranquila, porque tengo una hija a quien debo mostrarle y enseñarle que puede lograr todo en la vida si trabaja para ello".
"Quería usar ingredientes que estuviesen disponibles y a mi alcance, por eso uso productos naturales, que les hacen bien a todo tipo de piel",
Carolina Catalán
"El emprendimiento es para complementar mis rentas, pero la idea es que algún día este sea mi ingreso".
"Mi idea es que la persona no esté toda la vida drogándose con medicamentos para tener controlada una enfermedad o que mientras esté controlando su enfermedad se ayude con algo más natural".