David Muñoz Castillo
Pasar a la fase 2 no solo tiene consecuencias sanitarias, también las secuelas son económicas, principalmente para los restaurantes que no pueden funcionar los fines de semana, pues en la Transición se decreta cuarentena los sábado, domingo y festivos.
El retroceso por primera vez en lo que va de la pandemia para El Tabo y El Quisco, desde las 5 de la madrugada de mañana, generó un incierto panorama en los rubros gastronómico y hotelero.
Efraín Jeria, dueño del tradicional restaurante Puesta del Sol de Las Cruces, balneario de la comuna de El Tabo, está desolado con la medida decretada por el Ministerio de Salud. "Esto a uno lo tira para abajo. Cuando va subiendo, le pegan en la cabeza y lo tiran al suelo", aseguró.
El comerciante contó que la afluencia de público en los últimos días alcanzó niveles similares a los días de verano sin pandemia. "Mucha gente el sábado y domingo, especialmente en San Valentín. Fue superior a un fin de semana normal", relató.
Por eso se aprontaba para un nuevo fin de semana, uno de los últimos del verano. "Me estaba preparando con las compras para este fin de semana. Había comprado bastante, muchas cosas se pierden, las perecibles. La inversión se va, además uno le da trabajo a la gente y hay que pagar los gastos básicos".
Bajo este incierto futuro, Efraín Jeria dijo que tendrá que "disminuir a la gente que trabaja, quedarse con el mínimo, porque los fines de semana son el fuerte. Teníamos a 15 personas".
El presidente de la Cámara de Comercio de El Tabo, Héctor Valladares, admitió que el retroceso "fue un golpe duro".
El dirigente dijo que "estamos un poco molestos con el alcalde, porque estaba pidiendo hace dos semanas que nos aislaran de los santiaguinos y son ellos quienes nos proveen del dinero para vivir en el año".
El dueño del Café Parra de Las Cruces anunció un desmedro para las finanzas de los comerciantes. "Lo que se tenía guardado para este fin de semana, porque se suponía que se iba a vender mucho, se perdió ya que son productos con fecha de vencimiento. Son millones de pesos en pérdidas. Eso nos afectará bastante".
Además, los trabajadores se verán damnificados. "Dejaron a mucha gente sin pega, como a los garzones, que no trabajarán los fines de semana cuando llegaba más gente a consumir", analizó.
A pesar de los pronósticos que hace, espera que sea un periodo corto para "salir adelante sí o sí , porque el comercio crucino y tabino está integrado por gente de empeño y sacrificio, gente que trabaja 24/7, previsores. Nos afectará, pero nos levantaremos", anunció.
El presidente de la Cámara de Comercio de El Quisco y dueño de la residencial La Flor, Héctor Urbano, contó su experiencia para graficar las consecuencias de la medida sanitaria. "Una persona que reservó hasta el domingo me llamó para decirme que se quedaba hasta el viernes. Uno lo entiende, porque viene a la playa. Otra persona, que tenía una reserva hasta el martes, me dijo que no tenía problemas y que se quedaba".
El dirigente dijo que "no sabremos qué pasará el fin de semana".
Más allá de las secuelas económicas, el dirigente del comercio cree que este retroceso se pudo evitar. "La dirección de Turismo de la municipalidad se esmeró por hacer una buena pega y nos certificó con el Sernatur, pero por otro lado faltó control al comercio ambulante ilegal, a los espectáculos callejeros, como payasos, comediantes y otros, la gente repletaba los lugares, sin distancia física. Se relajaron los cuidados y quizás eso permitió que los contagios aumentaran", explicó.
El dirigente recordó que propusieron como exigencia para viajar a la provincia contar con reservas en hoteles o residenciales para evitar la movilidad.
Con la medida ya decretada, el presidente del comercio quisqueño espera que pronto se levante para trabajar en el mes de marzo.