El alcalde (s) de El Quisco, Sergio Pino, hizo un nuevo llamado al Gobierno a "no seguir" entregando los permisos de vacaciones, ya que, a su juicio, el pasado fin de semana algunas comunas del Litoral Central se vieron "sobrepasadas" por la gran cantidad de población flotante.

La autoridad comunal manifestó que "es una petición que en reiteradas ocasiones le hemos solicitado al ministro de Salud que pueda revisar. Creo que no es prudente seguir con estos permisos de vacaciones. Tenemos comunas que ya están totalmente sobrepasadas, mientras que el sistema de salud está colapsado".

"De hecho, se vivió un colapso el fin de semana pasado en el hospital Claudio Vicuña que nos trajo muchos problemas en nuestro Centro de Salud Familiar. (En el hospital) se quedaron sin camas críticas, también tuvieron un stock muy reducido de oxígeno. Nosotros teníamos ambulancias con seis horas de espera con pacientes descompensados", agregó.

Pino informó que "debido a eso anterior, nos vimos en la obligación de mantener a tres pacientes descompensados internados en nuestro Cesfam. Tratamos de comunicarnos con el ministro Enrique Paris, quien finalmente en la tarde nos respondió que las redes asistenciales ya estaban en conocimiento de la situación y que se estaban tomando las medidas para ayudar a los pacientes".

En torno al balance de las fiscalizaciones realizadas en el primer fin de semana de cuarentena en El Quisco, Pino indicó que se inspeccionaron más de 2.000 vehículos, se cursaron 102 sumarios sanitarios y se retornaron alrededor de 300 móviles a sus lugares de origen por no contar con los permisos correspondientes.

Catalina Muñoz Lizama

Hace poco el gremio nacional de Dueños de Botillerías interpuso ante la Fiscalía Nacional Económica una denuncia apuntando a un grave desabastecimiento de parte de las distribuidoras.

Pese a que esta acción legal fue presentada a nivel nacional, las botillerías de San Antonio también enfrentan la misma realidad, la que, según los locatarios, se arrastra hace al menos siete meses.

"La situación (desabastecimiento), aunque no se crea, está ocurriendo y cada vez se pone peor. Al principio se dijo que era un tema con las cervezas, pero va más allá, porque hace meses tenemos problemas también de abastecimiento de licores como el whisky", explicó Ximena Torres, dueña de la botillería Voy y Vuelvo de Tejas Verdes.

Diferencias

Lo que más complica a los botilleros sanantoninos es que la ausencia de algunas bebidas alcohólicas solo los afecta a ellos y no a las grandes cadenas de supermercados que operan en la zona. Y los responsables, aseguran, serían las propias distribuidoras que estarían privilegiando a los "súper" en desmedro de las pequeñas botillerías, muchas de las cuales podrían bajar sus cortinas por la crisis que vive el gremio desde que comenzó la crisis sanitaria.

"Ahora estamos con desabastecimiento de cervezas y licores, pero incluso desde otras distribuidoras se nos está restringiendo la cantidad de otros productos que podemos comprar", reveló la dueña de la Voy y Vuelvo.

Discriminación

Óscar Soiza, de la botillería Javi, en calle 12 Sur, calificó la situación como "una abierta discriminación, porque si fuera un problema real de desabastecimiento, ni nosotros ni los supermercados recibiríamos productos, pero eso no está pasando y los negocios más pequeños somos los que perdemos al final".

"De los pedidos que hacemos, solo llega entre el 60 ó 70% de los productos. Ahí es cuando tenemos que ir a los supermercados a comprar cervezas o licores que hace mucho no llegan y son súper vendidos", agregó Juan Jerez, de la botillería El Semáforo de Barrancas.

Reinventarse

A estas alturas de la pandemia, muchos botilleros se sienten entre la espada y la pared. "Algunos podemos reinventarnos, lo hemos hecho y vendemos otros productos aparte del alcohol, pero otros colegas no han podido correr esa suerte. No queda más que decirles a los clientes que no hay un producto, pero de tanto decirles que no, se aburren y dejan de preferir nuestros locales, y no nos podemos dar ese lujo", sentenció Ximena Torres.

"Nosotros podemos abrir los fines de semana porque hemos incorporado otras cosas, pero no todos los colegas del rubro pueden hacerlo, además que el permiso no se obtiene fácilmente. Entonces, muchos enfrentamos meses con las cortinas abajo y ahora no tener productos agrava la situación", dijo Juan Jerez.

7 meses, al menos, llevarían los botilleros locales con el problema de abastecimiento de algunos productos con alta demanda.