Alejandro González Avilés
El balance del verano en Cartagena es definitivamente negativo. Tanto las autoridades como los comerciantes coinciden en que el periodo estival que está terminando ha sido uno de los más negros en la historia del balneario debido a las restricciones de movilidad que hubo tras el retroceso de la comuna a la fase 2 y la cuarentena que rige los fines de semana.
El alcalde Rodrigo García reconoció ayer que el periodo de confinamiento "se ha extendido más de lo que nosotros pensábamos" y que el comercio local ha sido el más perjudicado con las medidas adoptadas por el Gobierno para controlar la pandemia.
"El daño que ha sufrido el comercio local ha sido enorme, porque ha perdido los mejores fines de semana de febrero, sobre todo sabiendo que se podría haber manejado la situación de mejor manera. El comercio podría haberse mantenido abierto los fines de semana, tal vez con menos gente, con mayor control, pero funcionando", criticó el edil cartagenino.
Añadió que "hemos podido constatar una falta de fiscalización tremenda por parte del Servicio de Salud, sobre todo en puntos como El Ermitaño y Leyda, donde mucha gente ingresó a la zona sin ningún tipo de control".
Notoriamente molesto, García reclamó que "estas son las consecuencias de decisiones que fueron tomadas por el Gobierno de manera improvisada, sin ningún tipo de consulta o de trabajo con los alcaldes de la provincia. En Cartagena estamos de luto porque hace tres días murió un adulto mayor de covid".
La presidenta de la Cámara de Comercio de Cartagena, Adela Córdova, opinó, por su parte, que "desde el día uno que partió la pandemia no lo hemos pasado bien como comerciantes de la comuna de Cartagena. Están todos nuestros locales cerrados y sin poder trabajar".
"Nos quedamos de brazos cruzados todo febrero, que para nosotros los cartageninos es la mejor parte del verano, porque pese a ser corto siempre es bueno, y es en ese momento en el que podemos reunir más dinero para poder guardar para el resto del año y poder ordenarnos con nuestras cuentas. Ha sido un verano negro y muchos comerciantes están pensando en cerrar sus negocios", analizó la dirigenta.