En 2020 y a raíz de la pandemia, nos tocó asistir a la formación de múltiples ollas comunes a lo largo del país, para paliar la crisis económica, todas, o casi todas, lideradas por mujeres. Si miramos las directivas o vocerías de juntas de vecinos, comités de vivienda, tomas y campamentos también, veremos muy mayoritariamente a mujeres. A su vez, en el hogar las mujeres destinamos casi el doble de horas que los hombres a labores domésticas (en otras para cuidar a niños, niñas y personas mayores) y cuando salimos al trabajo remunerado fuera del hogar ganamos un 21,7% menos de sueldo a igual función y formación que nuestros pares varones (ambas aseveraciones según datos del INE) ¿Coincidencia? No lo creemos, tareas claves para la reproducción de la vida, es decir para la sobrevivencia de todas y todos no tienen paga ni el reconocimiento social y legal que merecen ¿por qué? precisamente porque son tareas realizadas por mujeres, es el desprecio del patriarcado; nos impone tareas que luego son menospreciadas. Dobles y hasta triples jornadas laborales cargan en los hombros de niñas y mujeres.
En un nuevo 8M, donde reivindicamos las luchas que las mujeres hemos dado a lo largo de la historia, decimos con convicción: Trabajadoras somos todas y seguiremos luchando por el reconocimiento social, legal y económico de tal condición.
Gabriela Almuna Contreras
Camila Rojas Valderrama