La ex ejecutiva bancaria que redescubrió su pasión en la paz de Santo Domingo
Gabriela Muñoz transformó el campo en su hogar y la pintura en su oficio. Hoy los paisajes de la zona rural de la comuna inspiran su obra.
Tras una vida como ejecutiva bancaria en Santiago, Gabriela Muñoz Briones decidió dejar la ajetreada vida de la capital y comenzar un nuevo ciclo en la localidad de Santa Blanca de Santo Domingo, frente a El Convento, un lugar donde se reencontró con su verdadera vocación.
"Mi vida cambió al ciento por ciento. Nunca me imaginé que me iba a acostumbrar acá y ya llevamos 20 años en el campo", comenta.
-¿Cómo era su vida antes?
-Yo era ejecutiva de cuentas en un banco y vivía en Vitacura. Tenía todo cerca, el mall, la farmacia, los bancos, todo a la mano y acá no, estoy en pleno campo, pero cuando vine me gustó mucho, tengo una vista muy bonita de los cerros, una tranquilidad y una paz que no se cambian por nada.
Tallerista
A pesar de disfrutar la calma de su nuevo hogar, el espíritu inquieto de Gabriela decidió buscar nuevos rumbos. "Yo tenía que hacer algo con mi vida. No podía solo quedarme viviendo en el campo, con la tranquilidad, porque no es como yo soy, por eso empecé con el telar, que me sirvió como pasatiempo y trabajo lucrativo".
Por muchos años se dedicó a vender sus telares y, además, a enseñar este arte a otros habitantes de su comuna. "Hice talleres para los centros de madres La Hornilla, Eucaliptus, Taller Madreselva, el club de adultos mayores Los Maitenes y Ruiseñor. En total, enseñé a 15 agrupaciones de la comuna", expresa la pintora, quien también fue presidenta de la junta de vecinos de su sector.
Redescubrimiento
Durante ese periodo, Gabriela jamás abandonó su curiosidad creativa. "Me iba bastante bien vendiendo telares, pero siempre estaba con la inquietud de pintar", comenta la artista, quien se reencontró con este anhelo cuando asistió como espectadora a una Expo Arte de Santo Domingo. "Estar ahí me motivó mucho y me inscribí en cursos de la Casa de la Cultura".
Hace alrededor de tres años se dedica casi exclusivamente a la pintura "de forma más seria, pero siempre he tenido contacto con el arte, con las manualidades". Su vocación artística comenzó "desde que era muy joven, yo estuve haciendo cursos en el Bellas Artes (en Santiago) y lo dejé por un tiempo, después me casé y seguí pintando un poco en mi casa, pero nunca lo hice como ahora. Para mí hoy es una necesidad".
Para ella, este arte se ha vuelto fundamental porque "me brinda tranquilidad espiritual, sobre todo me ha ayudado ahora en tiempos de pandemia. A través de la pintura uno expresa las ideas, las emociones, una visión personal que interpreta lo real o lo imaginario".
Desde entonces, Gabriela ha expuesto su trabajo en el Taller Nosotras, en la Expo Arte Santo Domingo y en diversas instancias comunales. Además, tiene una cuenta de Instagram (Gabrielamunozarte), donde exhibe sus pinturas al óleo y acrílico de estilo impresionista.
-¿Qué consejo le daría a quienes están por jubilarse y están asustados por el cambio en la rutina?
-Que hay que buscar en la vida lo que a uno le agrade y sacar de eso un provecho. Hay gente que le gusta, por ejemplo, tejer a palillo y puede empezar vendiendo sus trabajos a gente conocida. Lo mismo pueden hacer las personas amantes de la cocina, que puede vender sus preparaciones.
Para Gabriela continuar con una vida activa "es importante, sobre todo para la mujer, que no debe quedarse haciendo solamente las labores de la casa. Nosotras tenemos que tener algo que nos ayude en la vida y ser independientes".
"Todas las mujeres tenemos una fuerza interior y una espiritualidad que nos permite buscar nuestras capacidades y mantenernos vigentes en distintos ámbitos, y así lograr una vida que nos haga sentirnos orgullosas. Si no lo intentas, no sabrás si eres capaz", sostiene.
"Mi vida cambió al ciento por ciento. Nunca me imaginé que me iba a acostumbrar acá y ya llevamos 20 años en el campo",
Gabriela Muñoz