Un adinerado tenía un administrador y le llegaron quejas de que éste estaba derrochando sus bienes. El rico le dijo: ¿Qué es lo que me han contado de ti? Dame cuentas de tu administración, porque ya no podrás seguir en tu puesto. El relato es del evangelio de Lucas 16,1-8, donde se refleja al administrador astuto y deshonesto que engaña a su patrón hasta el último momento. Este administrador pillo, utilizó su poder y habilidad para "hacerse de amigos" con el dinero injusto, objeto asegurar su futuro. Desde hace años, la ciudadanía ha sido impactada por actos de corrupción en instituciones públicas, privadas y religiosas. En noviembre 2020, la Contraloría entregó resultado de encuesta, donde el 77% de las personas cree que Chile es un país "corrupto o muy corrupto". El poder del mal corrompe, al no existir: controles internos confiables de la autoridad, mejores leyes de probidad y transparencia. Ante la sensación de impunidad de los hechos, la nueva Constitución debiera contemplar una normativa moderna y eficaz, con sanciones efectivas para involucrados, encubridores y quienes hacen la vista gorda.
Derico Cofré Catril