Tomas aumentan en San Antonio: casi 6 mil familias viven en campamentos
Según catastro de Techo Chile, en 2019 había cinco asentamientos, y hoy llegan a 15. Familias viviendo en esta condición subieron en 8 mil 497 por ciento. Más público se apreció en el gran comercio durante la jornada previa al fin de semana, donde no se puede salir ni sacar permisos de desplazamiento.
David Muñoz Castillo - David Muñoz Castillo
El mismo 18 de octubre de 2019, cuando se desató el estallido social, poco a poco comenzaron a llegar familias a un terreno del cerro Bellavista. Así se formó la toma Fuerza Guerrera. No fue la única, porque según el último catastro de campamentos en Chile, en la comuna de San Antonio de 5 tomas que había en 2019 aumentaron a 15.
Pero no son solo 15 terrenos ocupados ilegalmente, lo alarmante es que 5 mil 932 familias viven en precarias condiciones. Ninguna tiene acceso a agua potable y se conectan a la energía eléctrica con peligrosas instalaciones. En el informe de 2019 solo eran 69 las familias, es decir crecieron en un 8 mil 497 por ciento.
Otro dato que inquieta es que 321 niños de menos de 14 años viven sin las condiciones mínimas de higiene y servicios básicos, como la luz, en tiempos donde las autoridades promueven la educación a distancia por la pandemia.
El catastro de Techo dice que "podemos observar con relativa claridad que los peaks históricos en los que nacen nuevos campamentos (...) se dan justo de manera posterior al estallido social y anterior a la pandemia".
Lo que pasó en el resto del país se replicó en San Antonio. De esta forma, el porcentaje de grupos familiares viviendo en tomas creció explosivamente en comparación con la investigación de Techo Chile de 2019.
Gissell Mariqueo es dirigenta de la toma Fuerza Guerrera y admite que ocupó un terreno de 10 por 20 metros de forma ilegal en el Camino Viejo a Cartagena con Manuel Bulnes. "La toma comenzó con 20 familias, por la necesidad de tener un espacio para vivir", argumentó.
La decisión de tomar un terreno fue espontánea. Según el relato de Gissell Mariqueo, "partió un vecino, después llegó otro y así empezó a crecer la toma y se corrió la voz". Ahora son 98 las familias que viven en el lugar.
La dirigenta afirmó que los movió "la necesidad de estar en un lugar tranquilo, sin que te echen".
Esa es una de las conclusiones del estudio de Techo Chile sobre las razones que llevan a las personas a tomar un terreno: los arriendos abusivos y la precariedad habitacionales son algunas de las causas del fenómeno, que tiene otras aristas.
Eso le pasó a Gissell Mariqueo. "Me pidieron la casa y tenía en ese tiempo dos hijos de 6 y 8 años. Era complejo quedar en la calle", recordó la dirigente de Fuerza Guerrera.
El acceso al agua es el principal problema que enfrentan los vecinos de las tomas. Según el catastro de Techo, ninguno tiene acceso a la red y en tiempos de pandemia contar con este servicio se vuelve esencial para mantener la higiene de los hogares. "Sabemos que estamos en una situación ilegal, nos tenemos que colgar a la luz y aunque tenemos formas de conseguir agua, a veces estamos dos días completos sin nada, porque no sale. Entonces cómo lo hacemos con los niños, no los podemos tener todo el día encerrados en la casa sin que salgan a jugar", relató la dirigente de la toma.
Los vecinos del sector quieren comprar el terreno para construir sus casas de forma digna. "Solo pedimos que nos ayuden con el agua, la luz y el alcantarillado, que sea todo legal. Estamos dispuestos a pagar, no queremos nada gratis", sentenció.
Villa Las Loicas
La Villa Las Loicas se formó antes del estallido social, en agosto de 2019, "porque desde mucho antes estaba el problema que no teníamos donde vivir, porque no había espacios donde arrendar. Los arriendos están sobrevalorados, cuestan mucho más que un sueldo mínimo y a veces en una familia solo trabaja uno", explicó Gabriela Almuna, dirigenta del campamento.
Al igual que Gissell Mariqueo, Gabriela se enfrentó a quedar sin arriendo en el sector de La Capellanía, en Cartagena, porque el dueño de la casa arrendaba en el verano. "Te quedabas sin dónde vivir, con tus cosas en la calle", recordó.
La toma está en Bellavista-Brasil, en el límite con Cartagena, y mil personas habitan este terreno, según la misma dirigenta. No poseen acceso a agua potable, alcantarillado ni a electricidad.
-¿Y cómo viven en esas condiciones?
-De la luz nos colgamos. Teníamos dos niños electrodependientes y no teníamos otra opción. Fuimos a pedir ayuda al municipio, porque nuestra idea no es tener todo gratis. Solicitamos que nos instalaran un medidor y pagar entre todos los vecinos, pero nos dijeron que no, que tampoco hay agua o ayuda para los campamentos.
Gabriela Almuna relató que los vecinos de la villa están en una situación incierta, porque muchos intentaron postular a subsidios, pero no calificaban, pero tampoco contaban con los recursos para comprar una propiedad al contado o con un crédito bancario. "Nuestros vecinos no viven en la extrema pobreza o vulnerabilidad. La mayoría son matrimonios entre los 25 y 45 años que no encajan para ningún subsidio de vivienda, no tienen el puntaje para postular, porque tienen cuarto medio o un título técnico. Es gente trabajadora, pero sus recursos no alcanzan para un crédito hipotecario".
En esas condiciones están obligados a seguir en una toma, como miles de familias sanantoninas.
El país
Entre el 28 de octubre de 2020 y 8 de febrero de 2021 se realizó el catastro de campamentos en el país que identificó 969 asentamientos irregulares. En 2019 eran 802. Según el documento elaborado por Techo Chile las familias que viven en estas condiciones llegan a 81.643, lo que significa un aumento de 73,52 por ciento en comparación con el informe de 2019. Además se identificó a 57.384 niños, menores de 14 años, que viven en estos lugares.
La provincia
De acuerdo al Catastro de Campamentos 2020-2021, en El Tabo subió la cantidad de tomas de una a dos. Ciento 12 familias viven en las tomas, lo que representa un aumento de 918 por ciento. Además, 170 niños menores de 14 años comparten un hogar en estos espacios. En El Quisco se identificaron tres campamentos, donde viven 66 familias. El aumento de grupos familiares es de un 154 por ciento en comparación con el reporte anterior. 78 niños viven en precarias condiciones. La última comuna analizada en la provincia fue Cartagena, donde se encontraron seis campamentos, 738 familias y 480 pequeños menores de 14 años. El porcentaje de aumento de las familias es de 347 por ciento. En la región existen 225 campamentos y 23.843 familias viven en estos espacios.
"Sabemos que estamos en una situación ilegal, nos tenemos que colgar a la luz y aunque tenemos formas de conseguir agua, a veces estamos dos días completos sin nada",
Gissell Mariqueo
Para no pasar hambre ni sed: sanantoninos salieron a comprar antes del encierro
Los sanantoninos se prepararon para pasar el fin de semana encerrados, luego de la decisión del Gobierno de restringir la movilidad el sábado y domingo. No se pueden sacar permisos de desplazamiento, se cerrará el comercio y solo los negocios esenciales funcionarán con reparto a domicilio.
Para afrontar este confinamiento extremo, que busca disminuir la circulación de personas en las calles y los contagios cuando el país llega a las cifras peaks de la pandemia, los sanantoninos salieron a comprar.
A diferencia del jueves, ayer desde las primeras horas de la tarde se apreciaron filas de compradores esperando por entrar a los negocios.
Cerca de las 14 horas unas 50 personas esperaban su turno en el supermercado Lider de Barros Luco.
"Vine a comprar para no salir el fin de semana, hay que tener de todo, hasta pan, para no pasar hambre ni sed", contó José Muñoz, quien salió desde el supermercado con un carro con productos para afrontar la megacuarentena.
A pesar de la fila, el comprador aseguró que "estaba rápido el ingreso y adentro las cajas estaban funcionando también rápido. Tenían un guardia revisando los permisos y otro tomaba la temperatura, eso agilizó el ingreso. Antes esa pega la hacía una sola persona", analizó el cliente.
Sandra Barraza confirmó que fue a comprar ayer al supermercado porque "me tenía que aperar para el fin de semana. Por suerte no había tanta gente, fue todo rápido. Pensé que iba a andar más gente. Salimos rápido".
De todas formas, si no alcanzó a comprar, Lider tendrá delivery el fin de semana y el pedido se hace en la página web. No se puede ir a la tienda, porque estará cerrada.
Sí atenderán las bombas de bencina. "Trabajaremos igual que todos los otros días. Funcionaremos en el mismo horario", afirmo un bombero de la Copec del Nuevo Acceso.
Cuando el Gobierno anunció la medida, se invitó a la ciudadanía a usar el delivery para abastecerse de productos esenciales el fin de semana; sin embargo, no todos los negocios cuentan con este servicio.
"Mi jefe no tiene página web y prefirió no abrir el sábado, porque como no va a andar nadie, o eso es lo que se espera, no se venderá nada", aseguró la vendedora de la farmacia Farmamed, de Barros Luco con Uno Norte, María Cerón.
La trabajadora cuestionó el efecto y las consecuencias de la estricta medida sanitaria. "¿Servirá esto? Porque ahora la gente se va a juntar en los supermercados. La que se repartía de lunes a domingo ahora lo va a hacer en solo cinco días y eso puede aumentar los contagios", cuestionó la sanantonina.
Solo por este fin de semana, el último de marzo, no se podrá sacar permisos de desplazamiento en los territorios que están en cuarentena o fase 2, situación que afecta a todas las comunas de la provincia de San Antonio.
Otra muerte por covid-19
Otra víctima cobró el covid-19 en San Antonio y el total de fallecidos llegó a 82 en la comuna. De estos decesos 26 se registraron este 2021. En total la provincia suma 124 muertes. Los casos nuevos bajaron ayer y se detectaron 27 contagios. En el detalle 17 corresponden a San Antonio, seis a El Tabo, dos a El Quisco, uno a Cartagena y uno a Algarrobo. La provincia suma 6 mil 14 casos de la enfermedad.