La lucha contra la pandemia de un médico boliviano en el Litoral Central
Hace dos años, Sergio Valdivia llegó a Chile motivado por vivir nuevas experiencias, sin saber que en estas tierras enfrentaría la gran batalla del covid-19.
Tras titularse como médico en la Universidad Privada Abierta Latinoamericana de Cochabamba (Bolivia), su tierra natal, Sergio Valdivia Crespo tenía claro su próximo paso: prepararse para rendir el Eunacom, el examen nacional que deben rendir médicos chilenos y extranjeros, y que le permitiría cumplir su sueño de ejercer la medicina en tierras chilenas.
"Buscaba una experiencia nueva, nuevas culturas, formas de vivir y pensamientos; quería conocer el mundo. Entonces se dio la oportunidad de venir a Chile y me pareció ideal empezar por un país cercano al mío y abrir mis horizontes acá", cuenta el joven de 28 años.
Luego de estudiar intensamente para el examen, lo rindió con éxito en 2019. "Gracias a Dios lo pude pasar a la primera, aprobé el examen teórico y el práctico inmediatamente, entonces fue como si las puertas se abrieran para mí. Estoy agradecido de la vida por brindarme una oportunidad magnífica".
-¿Siempre pensó en ser médico?
-Sí, fue por una gran influencia de mi mamá, gracias a ella me fui por este rubro. No tengo familia médica, yo soy el primero del área de la salud, pero mi mamá soñaba con tener un hijo de esta área y me terminó encantando. Ella tiene pasión por ayudar a la gente y me encanta compartir sus ideas a través de la medicina.
En la Urgencia
Tras ejercer en la región Metropolitana y en la de O'Higgins, arribó en mayo del 2020 a El Tabo para trabajar en las visitas domiciliarias a los pacientes del Cesfam. Luego de eso, se sumó a otros programas del consultorio y hoy se desempeña en estos centros de salud y en el Servicio de Urgencia Rural de El Tabo, donde atiende distintos tipos de emergencias, incluidos pacientes con covid-19.
"Cómo vio usted, los casos fueron aumentando y a diario se ve a muchos pacientes que llegan a nuestra urgencia muy complicados. Nosotros tratamos de compensarlos, porque algunos dan positivo y tienen la mala fortuna de descompensarse. Intentamos brindarles todo el apoyo para que puedan sobresalir, pero es muy complicado. Esa , quizás, es la parte más triste de la experiencia", sostiene.
-¿Qué es lo más difícil de enfrentarse a esta situación de emergencia sanitaria?
-Lo más difícil es cuando uno intenta dar más y no puede hacerlo. Muchas veces es muy corto el recurso que tenemos como atención primaria, y hay cosas en las que como Cesfam y Servicio de Atención Primaria de Urgencia estamos limitados. Lo más duro es decirle al paciente que acá ya no podemos hacer más y que necesitamos derivarlo a un servicio de atención secundaria o terciario, y a veces en la provincia es difícil conseguir eso.
-En este contexto se ponen a prueba los conocimientos y también la vocación...
-Uno como médico siempre quiere dar todo lo mejor para tratar que los pacientes estén bien y saludables, el problema de la pandemia es que al ser un nuevo virus, batallamos contra algo muy desconocido y nunca sabemos el desenlace del paciente. Damos todo para que estén bien, a veces es mucha la exigencia debido a la cantidad de pacientes que hay, y ahora más que nunca por los contagiados de covid. Muchas veces no logramos nuestros objetivos y eso no es gratificante, pero damos lo mejor. Personalmente me toca ver cómo con mis colegas damos todo por esos pacientes, realmente es una lucha diaria.
-Llevamos más de un año de pandemia, ¿cómo es la vida del médico en este ritmo?
-Es muy agotador. Fue todo de un día para otro, el estilo de vida del médico en esta zona era tranquilo, se brindaba el apoyo diario y estábamos acostumbrados a cierto tipo de patologías, pero con el covid todo cambió, fue un duro impacto tanto en la vida personal como en la profesional.
Sergio reconoce que "existe cierto desgaste físico y mental debido a las exigencias, a la carga de darle todo a todos. A veces se vuelve muy corto el tiempo y la capacidad para darlo todo, tenemos que dividirnos y eso desgasta, hay estrés pero, sin embargo, la lucha continúa y aún sacamos fuerza para seguir, que es lo que importa".
Tomar conciencia
Luego de casi un año enfrentado a la pandemia desde la urgencia rural, el médico afirma que "diría que es una bendición y le doy gracias a Dios que al día de hoy no tuve covid y ni siquiera la sospecha de ser paciente positivo".
El joven médico expresa que en su labor diaria "siempre trato de aconsejar a los pacientes como si fueran mi familia. Yo tengo a mi familia lejos, en Bolivia, entonces siempre pienso como si les estuviera diciendo a ellos y creo que el mejor consejo es que se cuiden como si no hubiera un mañana".
Sergio Valdivia recomienda las medidas que ya se han popularizado en este periodo: lavado de manos, uso de mascarilla y el cumplimiento del distanciamiento social, recalcando que "les pido a todos mucha conciencia, conciencia de adónde vamos, con quién vamos, para qué vamos. Cada una de estas decisiones es importante para cuidarnos".
También reflexiona sobre lo impredecible de este momento y la relevancia del autocuidado. "El covid no discrimina, le puede dar a cualquier persona y uno tiene que cuidar al prójimo, al colega, a la familia como si fuera lo más importante que hay. Hay muchas personas que no toman la conciencia debida y eso es frustrante. Necesitamos más conciencia".
Lejos de casa
Sergio ha tenido que enterarse a través de la prensa y por sus cercanos de lo que ocurre en su país con el covid-19 y confiesa que enfrenta todo esto "con mucho temor de no saber qué va a pasar. Al día de hoy la situación en Bolivia es como en cualquier parte del mundo, donde la gente necesita salir para ganarse el pan de cada día, entonces las personas se ven en la necesidad de exponerse al virus y muchas veces lo hacen hasta sin medidas de protección. En Bolivia tampoco le toman la seriedad necesaria".
-¿Cómo ha sido enfrentar esta situación lejos de su familia?
-Cada día es un estrés pensar que estén bien, que estén sanos. Cada día pregunto por ellos y gracias a Dios hasta el día de hoy están sanos. Yo lo veo con mucha preocupación, mucho estrés, pero también con mucho optimismo de que esto pueda terminar pronto.
Para él, "la familia es lo más importante que tengo en mi vida. Es muy difícil estar día a día lejos de ellos, de su cariño, pero yo creo que el estar en contacto con ellos gracias a la nueva tecnología me ayuda a salir adelante. Extraño mucho a mi familia, pero el motor para seguir es darlo todo por la salud".
Su otra familia
Sus compañeros también se han transformado en una pieza fundamental para sobrellevar la preocupación y nostalgia por los suyos. "Gracias a Dios conseguí una familia en el Cesfam que me brinda su apoyo y cariño como si fuera mi propia familia. Me siento muy querido y creo que gracias a ellos puedo seguir", manifiesta el médico.
Sergio sabe que aún queda mucho camino por recorrer en esta dura pandemia y es por eso que entrega palabras de aliento, especialmente, a su nueva comunidad. "Mucho ánimo a todas las personas, a no bajar la cabeza, a no rendirse, esto es todavía una lucha y es una lucha que no es solo del médico, sino de todos. Para salir adelante debemos todos trabajar juntos y esa es la esperanza que queda".
"El covid no discrimina, le puede dar a cualquier persona y uno tiene que cuidar al prójimo, al colega, a la familia como si fuera lo más importante que hay",
Sergio Valdivia
"Los casos fueron aumentando y a diario se ve a muchos pacientes que llegan a nuestra urgencia muy complicados. Nosotros tratamos de compensarlos, porque algunos dan positivo y tienen la mala fortuna de descompensarse".