Joven cartagenina combina sus pasiones: el arte y sus estudios de pedagogía en Matemática
Katina Aravena entró a la universidad el año pasado, pero con las clases online se abrió la oportunidad de buscar una alternativa para generar recursos con uno de sus pasatiempo s favoritos.
Katina Aravena Velásquez (19) combina en su vida dos cosas que sus pasiones. Su madre es profesora de Artes y esta disciplina siempre ha estado presente en su vivir diario.
"Si bien siempre estuve muy inmersa en el mundo del Arte, creo que nunca lo vi como algo más allá de un pasatiempo, porque también siempre he tenido otros intereses", explica Katina, quien ahora vive en Cartagena, luego de una residencia en San Antonio.
En la comuna puerto tuvo sus primeras incursiones en el mundo artístico y demostró el talento que tiene. "Durante mucho tiempo estuve trabajando como pintacaritas en el carnaval de murgas y comparsas y también en fiestas infantiles. Era algo que me entretenía, daba ingresos y además me entregaba práctica en pintura y dibujo".
-¿Alguna vez pensó dedicarse al arte?
-Diría que no, porque siempre fue un pasatiempo, entonces encontraba distintas cosas para hacer, pero no lo veía como algo para hacer toda la vida, pese a que me gusta.
-¿Aún pinta caritas?
-De alguna forma ese tiempo para mí terminó con el inicio de la pandemia. No se podían realizar eventos y por supuesto, los papás no iban a arriesgar a sus hijos con una fiesta con más niños, entonces no me dediqué más a ese tipo de eventos.
La universidad
Desde el 2020 que Katina comenzó a estudiar otra de sus pasiones, que tiene que ver con la pedagogía, especialmente de las Matemática.
Hoy cursa segundo año y la experiencia no ha sido como ella esperaba, ya que solo ha tenido clases online.
"La semana que partían las clases el año pasado, me fui un domingo desde San Antonio con todas mis cosas a Valparaíso, que es donde iba a vivir, y pensé que iba a ser el momento de independizarme, pero claramente no fue así".
-¿Cómo fue eso?
-Me acuerdo que llegué, me instalé con todas mis cosas y me llegó el correo de que se suspendían las clases presenciales por dos semanas ante la contingencia y que, en ese plazo, se analizaría la situación. No podía creer que algo así estuviera pasando.
-¿Ahí decidió volver?
-Claro, volví por esas dos semanas, pero dejé todo allá, porque creía que de verdad solo serían dos semanas y todo volvería a la normalidad, pero después las cosas empeoraron, pasaban las semanas y no cambiaba nada, así que tuve que ir por todas mis cosas otra vez.
Cuando Katina entendió que la situación no cambiaría y que podía empeorar, dejó el lugar donde pensaba vivir su carrera universitaria y comenzó a estudiar desde casa.
Desde ese momento está con clases en su casa de Cartagena. "La experiencia no ha sido como esperaba. No conozco a mis compañeros y mucho menos a mis profesores, entonces eso es complejo. Entré a estudiar de inmediato cuando salí del colegio y nunca pensé que me enfrentaría a esta situación, que claramente escapa de las manos de todos".
-La experiencia es distinta a lo que esperabas, pero ¿sientes que aprendes como debes?
-Uno de los puntos principales está en que se dan distintos problemas con esto de las clases online, como la conectividad y los profesores, algunos son mayores y no están acostumbrados a esta nueva forma de hacer clases. Además, los primeros tres meses del primer semestre del año pasado fueron de paro y ahí más se complicó todo.
Después de la movilización de los estudiantes "la universidad (Pontificia Universidad Católica de Valparaíso) no corrió el calendario académico y tuvimos que adecuarnos a un tiempo más corto. No me quedaba de otra que adecuarme a toda la situación", añadió.
Custom
Las clases online le permitían estar en su casa, se ahorró los viajes, pero necesitaba generar recursos.
Ya no contaba con los ingresos que conseguía con su trabajo esporádico como pintacaritas en fiestas infantiles. "No podía buscar un trabajo, porque tenía que estudiar y además la situación laboral estaba súper complicada, pero quería generar mi propio dinero, aunque fuera poco. Me puse a pensar y quería hacer algo que me permitiera pintar, más que dibujar, porque sería un pasatiempo", explicó la estudiante.
Así optó por hacer piezas con la técnica del custom, que proviene del inglés y significa personalizado.
Esto consiste en que una pieza cualquiera, puede ser modificada o intervenida y darle un nuevo estilo, ya que además lo diseños son únicos y no hechos en serie.
"Siempre me gustó mucho lo que podía aportar el custom, que es vestirse o usar un accesorio que tomo el mundo puede tener, pero con algo único, como un diseño nuevo y si la pintura puede aportar eso, es aún mejor", detalló.
Katina Aravena comenzó a buscar superficies donde crear. La tela era algo que le aportaba este campo, pero pensó que sería una gran idea intervenir zapatillas.
"No quise lanzar una página de inmediato, porque primero tenía dudas de si a la gente le gustaría mi trabajo, pero también quería tener más cosas para mostrar y abarcar todo lo que podía hacer, por eso partí haciendo cosas en enero", contó Katina.
El verano fue el momento ideal para crear, porque no tenía clases y así, en el momento en que decidió lanzar su página de Instagram @customart.cl, a inicios de febrero, ya tenía varias piezas para ofrecer al público.
-¿Cómo definirías Customart?
-Customart es un emprendimiento que busca a través de la pintura, la intervención de cualquier tela que no sea artificial, me refiero a telas más sintéticas, carcasas de acrílico y cuero, que en verdad no todas las veces es cuero, sino que también es sintético. Esto aporta un estilo propio y les da un sello a las cosas.
Según la joven emprendedora "fui viendo en otras páginas qué estilos de pinturas le gustaban a la gente, como dibujos animados. Internalicé lo que más pude en todo esto y así también comencé a trabajar con los mejores productos, como las pinturas que tuve que encargar a un proveedor chileno".
-¿Cuánto puede demorar realizar un trabajo?
-Todo tiene distintos tiempos y también tiene que ver con mi carga académica. Por ejemplo, las carcasas, para que la pintura no se salga es sellada con resina y el secado puede demorar, pero por lo menos puede ser de tres a cuatro días.
Katina Aravena siente que en estos meses ha podido encontrar el balance entre sus estudios y su emprendimiento que está comenzando a surgir, pese a que dice que puede ser complejo.
"He sabido encontrar el balance entre las cosas, para no colapsar además y tener que dejar algo que me gusta tanto. Siento con todo esto también, que la gente debería valorar más los productos hechos a manos, porque son los que más sentimientos hay detrás de cada uno", puntualizó la joven emprendedora.
"Customart es un emprendimiento que busca a través de la pintura la intervención de cualquier tela que no sea artificial, carcasas de acrílico y cuero",
Katina Aravena