Desde 2017 pilares del Metro caído generaban inquietud
La identificación de los, al menos, 24 muertos que dejó el derrumbe de un tramo de la Línea 12 del Metro de Ciudad de México avanzaba lentamente ayer, en una tragedia que da cuenta de una posible corrupción y el mal mantenimiento del transporte público en el país norteamericano.
El accidente que dejó 79 heridos ocurrió el lunes a las 22.22 horas cuando cedió una viga de un puente entre la estaciones Olivos y Tezonco, en el sur de la capital, provocando la caída de un tren con pasajeros.
Al lugar se acercaron familiares de usuarios. "Quiero saber si mi hijo está muerto", decía Marisol Tapia, madre de Giovanni Hernández, un niño de 13 años que viajaba en el tren.
La alcaldesa Claudia Sheinbaum anunció un peritaje de una empresa noruega "para llegar al fondo de lo que pasó". No obstante, descartó el cese de la directora del Metro, Florencia Serranía, o de otros funcionarios públicos hasta que concluyan las investigaciones.
Vecinos de la zona accidentada venían denunciado afectaciones en los pilares del puente desde el terremoto de 2017. "Por lo que entiendo no había ninguna alerta de algún problema", dijo Sheinbaum.
La Línea 12 fue la magna obra del actual secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, en su administración como alcalde del entonces Distrito Federal (2006-2012) para conectar las zonas humildes del sur de la capital.