El maestro pizzero que llegó a San Antonio buscando un mejor futuro
Hace cuatro años Alberto Ortiz dejó su natal Buenos Aires y se vino a la comuna puerto, donde encontró una nueva vida. Durante la pandemia perdió el empleo y decidió emprender con su especialidad: las pizzas argentinas.
Hace cuatro años Alberto Ortiz (40) llegó a San Antonio desde Argentina en busca de mejores oportunidades laborales. La situación en su país no era la mejor y al tener dos hijos, sabía que debía encontrar alguna forma de generar ingresos.
"Me vine solo a Chile, sin hijos ni con mi pareja, porque venía sin nada y tenía que afirmarme yo primero, y recién ahí pensar en atreverme a traerlos. Era un país nuevo, por lo que había muchas cosas que considerar", recuerda.
Rumbo a chile
Oriundo de Buenos Aires y padre de un niño de 11 años y una niña de seis, Alberto confiesa que siempre se ha esforzado para sacarlos adelante.
Cuando tomó la dura decisión de emigrar a Chile, lo hizo con una promesa de trabajo en la que tenía cifradas todas sus esperanzas para establecerse en el país y volver a reunirse con los suyos.
"Sabía que era un riesgo el que estaba corriendo, pero como todos saben, la situación económica y laboral en Argentina no está buena. Cuando uno es joven se las puede rebuscar, pero cuando uno tiene una familia detrás hay que luchar mucho más", explica.
Durante seis meses se dedicó a trabajar arduamente y cuando sintió que se había estabilizado, pensó que era el momento de volver a su país a buscar a su familia.
Actualmente, reside en el sector del cerro El Carmen de la comuna de San Antonio, junto a su pareja y su hija Azul, de seis años, mientras que su hijo más grande continúa viviendo en Argentina.
"Fui yo mismo a buscarlas a Argentina y tomamos el desafío de comenzar una nueva vida en este país del que estoy tan agradecido", afirma con emoción.
A San Antonio
Alberto comenta que la decisión de dejar su natal Buenos Aires no fue fácil. En cierta medida siente que se vio obligado a buscar nuevos rumbos lejos de Argentina, porque el país entero estaba sumido en una profunda crisis que estaba golpeando con fuerza especialmente a los sectores medios y bajos.
-¿Usted llegó inmediatamente a San Antonio o estuvo antes en otra ciudad de Chile?
-Sí, me vine directo a San Antonio. Yo aquí tenía una oportunidad laboral en el rubro de la pesca. Fue complejo al principio, por los prejuicios, pero ahora tengo muy buenos amigos entre mis primeros colegas.
-¿Por qué a San Antonio?
-Lo que pasa es que mi pareja es chilena, pero criada en Argentina. Nos conocimos allá, pero ella es oriunda de San Antonio y tiene familia aún aquí, entonces era un terreno un poco más conocido para encontrar trabajo y así fue.
Trabajos y estudios
En Argentina, Alberto estudió gastronomía y después continuó capacitándose para convertirse en maestro pizzero.
Las circunstancias lo llevaron a optar por esta carrera, de la cual se enamoró y así buscó seguir creciendo.
"Tuve un accidente que tomaba mucho tiempo de recuperación para retomar la vida normal. Entonces, pensé que me tenía que poner a estudiar para hacer algo con mi vida. Ahí me convertí en chef y luego en maestro pizzero", sostiene.
-¿Antes no había pensado estudiar algo relacionado con la cocina?
-La verdad casi nada, pero me fue encantando y ahora me apasiona. Por lo mismo, después decidí estudiar otra cosa para seguir creciendo en esto mismo de la gastronomía. De todos modos, reconozco que fue muy complicado dedicarme a esto.
Pese a sus estudios y habilidades, no pudo ejercer la carrera como él hubiese querido, principalmente por los bajos sueldos que se pagan en este rubro en Argentina. Además, durante varios años se dedicó a ser bombero en Buenos Aires, una labor de la cual actualmente está retirado.
"Al igual que en Chile, ser bombero es un trabajo voluntario en Argentina. La diferencia está en que cada municipio puede dar flexibilidad en los trabajos para salir a las emergencias, pero eso depende de cada municipio", detalla.
-¿En qué otros trabajos se desempeñó?
-Nunca estuve trabajando en la cocina, porque no se ganaba tan bien. Distinto era trabajar como bartender, que es preparando tragos, o como garzón, porque esos oficios dejan propinas y uno puede aumentar su sueldo. Me dediqué a eso durante mucho tiempo.
Probar algo nuevo
Cuando ya llevaba un tiempo en San Antonio y había podido traer a su familia, siguió buscando empleo, idealmente en algo relacionado con la gastronomía.
Así consiguió trabajo en un restaurante de Santo Domingo. De forma paralela, quería buscar con su pareja un emprendimiento con el fin de generar más recursos y complementar el sueldo que recibía en su empleo en la comuna parque.
"Cuando pude traer a mi familia a San Antonio, seguía en mi primer trabajo, que no nos daba tanto, por lo que quisimos apuntar a algo más. Hicimos una sociedad con unos familiares para tener una pizzería argentina, pero eso no terminó de la mejor forma y no funcionó como nosotros esperábamos", asegura el chef argentino.
-¿Y no siguieron vendiendo pizzas?
-Al poco tiempo yo encontré el trabajo en el restaurante de Santo Domingo, por lo que seguimos con mi pareja, pero muy ocasionalmente, por un tema de tiempos. Sin embargo, la pandemia hizo que nos reinventáramos.
Con la llegada del coronavirus a la zona, el contrato de Alberto fue suspendido, por lo que tenía más tiempo, pero menos sueldo, así que comenzó a potenciar su emprendimiento de pizzas argentinas, llamado Lokos por las Pizzas.
A mediados del año pasado, la situación se hizo insostenible para su jefe y tuvo que despedir a varios de sus trabajadores. Alberto fue uno de ellos.
"Desde marzo del año pasado con mi pareja nos comenzamos a dedicar a tiempo completo a esto de las pizzas argentinas, porque no podíamos quedarnos en la casa sin hacer nada. Teníamos que seguir pagando nuestras cuentas", asegura.
-¿Fue complicado llegar a la gente con sus pizzas argentinas?
-Un poco, porque la forma como están hechas las pizzas tipo argentinas es distinta a las que venden acá en Chile. Lo que pasa es que las argentinas son más estructuradas y, por ejemplo, no llevan carne como vacuno, pollo o cerdo.
"Acá la gente está acostumbrada a la masa, salsa de tomate, queso y elegir tres ingredientes. Las que yo hago, que son argentinas, tienen la masa, salsa, a veces distintos tipos de queso y con ingredientes ya establecidos", puntualiza.
En Lokos por las Pizzas, reciben pedidos a través de sus redes sociales Facebook e Instagram (Alberto Pizzas Caseras) o al contacto +56962880318. Trabajan de lunes a lunes, con retiro en su domicilio en El Carmen y delivery.
"Fui yo mismo a buscarlas (a su pareja e hija) a Argentina y tomamos el desafío de comenzar una nueva vida en este país del que estoy tan agradecido",
Alberto Ortiz
"La forma como están hechas las pizzas tipo argentinas es distinta a las que venden acá en Chile. Lo que pasa es que las argentinas son más estructuradas y, por ejemplo, no llevan carne",
Alberto Ortiz
"Desde marzo del año pasado con mi pareja nos comenzamos a dedicar a tiempo completo a esto de las pizzas argentinas, porque no podíamos quedarnos en la casa sin hacer nada",
Alberto Ortiz