"La equidad tributaria permitirá que las ciudades puertos tengan más recursos"
El Premio Nacional de Humanidades afirma que de la nueva Constitución "se puede esperar mucho, pero no todo", pero que sí será un nuevo punto de partida para la calidad de vida de los chilenos.
"Esto es enteramente nuevo para mí, sobre todo en medio de esta abrumadora pandemia, pero la tarea que me he propuesto tiene sentido y eso me ayuda a no sentirme fuera de mi mundo", comenta el abogado, académico y Premio Nacional de Humanidades, Agustín Squella, al explicar por qué decidió competir como candidato a constituyente por el Distrito 7 tras 50 años de trabajo académico en la Universidad de Valparaíso y otros planteles. Desconcentración del poder, Estado Plurinacional, mayor equidad tributaria y dignidad como valor fundamental de la nueva constitución forman parte de su propuesta.
-¿Qué se puede esperar de una Constitución? ¿Qué tanto le va a cambiar la vida a la gente?
-De una nueva Constitución se puede esperar mucho, pero no todo; será un nuevo punto de partida para mejorar progresivamente la calidad de vida y el bienestar de los chilenos.
-Se ha instalado el debate en torno a la necesidad de garantizar los derechos sociales.
-Los derechos sociales estarán en la nueva Constitución y el debate se centrará en la manera de garantizarlos, ya sea por vías administrativas o judiciales, o por una combinación de ambas. Derechos declarados en una Constitución que no sean garantizados por ella corren el riesgo de quedar como letra muerta escrita en el papel.
-Ha mencionado la necesidad de organizar, dividir, limitar y controlar el poder. ¿Sistema presidencial o parlamentario?
-Presidencial atenuado, o semipresidencial, alejado del presidencialismo casi monárquico que tenemos hoy, pero sin adoptar por ello un régimen parlamentario. La ley del péndulo no da buenos resultados en política. Poderes bien divididos, limitados y controlados resisten mejor la fatal tentación de volverse corruptos.
-Se ha instalado un debate en torno al rol del Estado subsidiario versus uno solidario y protector. ¿Cuál es su posición?
-Solidario y protector. Un Estado subsidiario es como un futbolista en la banca: está ahí sin jugar a la espera de que ocurra una emergencia en la cancha. El Estado debe ser siempre titular y estar en la cancha, claro que sin cometer fouls.
-El megapuerto en San Antonio ha generado fuertes críticas por el impacto ambiental que tendría. ¿Se podría resolver con más celeridad este tipo de conflictos si hubiera una institucionalidad medioambiental fuerte que emanara de la Constitución?
-Hay que conciliar el desarrollo de los puertos con las ciudades habitadas que existen en ellos. San Antonio es, ante todo, una ciudad habitada en la que viven personas y sus familias, de manera que su futuro portuario, que es importante para ella y para todo el país, tiene que ajustarse al derecho al buen vivir de los sanantoninos y sanantoninas. Esa conciliación debería producirse directamente entre la ciudadanía, la Empresa Portuaria y las concesionarias, ojalá sin llegar a los tribunales. Una institucionalidad medioambiental más fuerte ayudará a zanjar estos conflictos.
-¿Se puede mejorar la situación económica de las ciudades puertos en la nueva Constitución?
- La nueva Constitución tendrá que establecer un principio tributario equitativo para que determinadas actividades de una región tributen en favor no solo del país, sino de la propia localidad donde se produjeron. La equidad tributaria garantizará mayores recursos para las ciudades puertos.
-¿Cómo trabajará la Convención Constitucional?
- Acompañada, nunca rodeada y menos intimidada. La Convención escuchará a la ciudadanía, pero ésta deberá confiar en los 155 que eligió para que propongan finalmente una Constitución que va a ser plebiscitada. El proceso constitucional es gracias a la ciudadanía y con esta, no de espaldas a ella, pero en el clima de paz, tolerancia y respeto que exige una situación como esta. Las constituciones democráticas se hacen con palabras y no por las armas ni por la fuerza, como pasó con la de 1980.
"San Antonio es, ante todo, una ciudad habitada en la que viven personas y sus familias, de manera que su futuro portuario (...) tiene que ajustarse al derecho al buen vivir de los sanantoninos y sanantoninas. Esa conciliación debería producirse directamente entre la ciudadanía, la Empresa Portuaria y las concesionarias".