Establecen que crimen de "Ramoncito" se produjo afuera de un prostíbulo clandestino
En el juicio por el homicidio de Ramón Luengo se revelaron detalles del horrendo asesinato. El acusado, "El Diablo", arriesga cadena perpetua. La sentencia se dictará mañana.
Mañana el sujeto apodado "El Diablo" conocerá cuántos años pasará en la cárcel por matar cruelmente a un vecino de Cartagena. Arriesga cadena perpetua.
El imputado por el crimen de Ramón Enrique Luengo Ortiz (36) fue hallado culpable por el Tribunal Oral en Lo Penal (TOP) de San Antonio del delito de homicidio calificado tras un juicio que se realizó la semana pasada, en el cual se revelaron detalles de uno de los asesinatos más cruentos del último tiempo.
La fiscal Karina Franco expuso ante los jueces las pruebas que acreditaron que el acusado fue quien le propinó múltiples puñaladas al occiso por todo el cuerpo, inclusive en la cara, y con un objeto contundente le provocó severas fracturas, dejándolo botado en la calle moribundo.
Hecho
Se estableció durante el juicio que el día del crimen, el 18 de octubre de 2018, Ramón Luengo, a quien cariñosamente le decían "Ramoncito", fue hasta un prostíbulo clandestino que se ubicaba cerca del terminal de buses de Cartagena.
En el lugar estaban celebrando el cumpleaños número 38 de "El Diablo", con alcohol y drogas de sobra. Algunas de las personas que se encontraban en el local nocturno las y que participaron en el juicio como testigos protegidos por temor a represalias, narraron la dinámica de lo ocurrido.
Contaron que esa noche vieron que el acusado mantenía en su poder un arma blanca y que luego de consumir cocaína comenzó a discutir con Luengo Ortiz motivado por los celos. Le habría gritado "erí patas negras", para luego abalanzarse sobre él y comenzar a agredirlo.
El cumpleaños se acabó cuando echaron a "El Diablo" y a Ramón Luengo del prostíbulo por estar riñendo, pelea que siguió en la calle, donde el acusado siguió golpeando al cartagenino por varios minutos.
Una testigo afirmó que tras el hecho, el imputado le pidió alojamiento para esconderse, puesto que estaba seguro que esa noche había matado a "Ramoncito".
"Los testigos, en conjunto y en forma categórica, reconocieron en estrados al encartado. Ilustrando además las amenazas sufridas por las testigos de cargo que estuvieron en el sitio del suceso, la circunstancia de portar (el acusado) un arma blanca, el móvil del ilícito y el ocultamiento del acusado para eludir la acción de la justicia", se redactó en el veredicto del TOP.
Hallazgo
Ese 18 de octubre Ramón Luengo quedó botado en la calle Ignacio Carrera Pinto gravemente herido y semiinconsciente, a solo dos cuadras de su casa en la población José Arellano de Cartagena.
Cuando ya amanecía, una persona lo encontró tendido en el suelo. Vio que estaba cubierto de sangre y pidió ayuda. Estaba en tan mal estado que creyó que lo había atropellado un camión. Fue trasladado al centro asistencial en estado crítico.
Debido a la gran cantidad de lesiones que tenía la víctima, el tribunal acogió la circunstancia agravante de ensañamiento.
"Las heridas de carácter homicida ocasionaron a la víctima politraumatismo severo, traumatismo cráneo encefálico severo, traumatismo torácico bilateral, traumatismo de la columna vertebral lumbar, traumatismo facial y nasal, heridas punzocortantes de cuero cabelludo, cuello, tronco y extremidades, neumonía bilateral atribuible a aspiración de contenido gástrico en su periodo de inconsciencia, lesiones que le causaron la muerte, pese a recibir cuidados médicos oportunos", detalló el TOP.
Defensa
Desde un comienzo el "El Diablo", quien por orden del tribunal solo podrá ser identificado con sus iniciales R.O.V.N. (41), aseguró que no fue él quien atacó a Ramón Luengo. Dijo al momento de ser detenido que "me están echando la culpa a mí".
Sin embargo, el TOP estimó que había pruebas suficientes para acreditar que sí fue el autor del homicidio y echó por tierra la petición absolutoria de defensa.
Mañana, a las 15.30 horas, se conocerá la sentencia que dictará la terna de jueces, compuesta por los magistrados Sebastián Báez (presidente), Catalina Lagos y Mauricio Aguilar.
"El Ministerio Público está solicitando la pena de presidio perpetuo", dijo la fiscal Karina Franco.
En tanto el defensor pidió el mínimo, que son 10 años de cárcel.
"El Ministerio Público está solicitando la pena de presidio perpetuo",
fiscal Karina Franco