Alejandro González Avilés
Según los registros oficiales, Luis Escárate Morales, un conocido comerciante sanantonino, se convirtió en el primer caso confirmado de coronavirus en la ciudad puerto. Este locatario del primer Mercado del Mar batalló 42 días contra la cruel enfermedad que finalmente le arrebató la vida hace exactamente un año.
Ricardo Escárate, su hijo mayor, reconoce que este primer aniversario del fallecimiento representa un momento difícil para él y su familia, principalmente por las circunstancias que rodearon la muerte de su padre.
"Es como si fuera ayer. Anoche (antenoche) tuve muchos problemas para dormir, porque me empecé a acordar exactamente de todo lo que hice hace un año, de cada llamada telefónica, hasta que llegó la mañana del 14 de mayo del año pasado cuando me avisaron que mi papá había partido", reconoce el primogénito del comerciante de pescados y mariscos.
Enfermedad atípica
Con la dura experiencia que le tocó vivir, Ricardo afirma que "esta es una enfermedad muy atípica, porque un día tú te encuentras con tu ser querido en buen estado, al día siguiente cae al hospital, al tercer día ya le están dando oxígeno, a los siete días la situación de agrava y te intuban. Luego falleces a los 15 o 20 días. Yo creo que lo peor de todo es la imposibilidad de ver a tu ser querido desde el día que cae enfermo. Eso es lo más impactante y ojalá a nadie le toque vivirlo".
-¿Qué sensaciones le quedan del momento de la partida de su padre?
-Es triste no poder ver a tu familiar, no poder despedirte, no poder hacer una misa. En ese momento, hace un año, dentro del protocolo te daban 30 minutos para despedir a tu familiar. Incluso, cuando nosotros fuimos a la clínica luego del fallecimiento de mi papá, no pudimos traerlo a San Antonio, ya que tuvimos que cremarlo. Todas esas cosas te marcan finalmente.
Ricardo no logra conformarse con el repentino adiós. "Mi papá era muy conocido y muy querido. Si hubiésemos tenido un funeral normal, tal vez la iglesia hubiese estado llena, igual que la sede del Club Atlético Balmaceda, que era el equipo de mi papá. Creo que todos hubiésemos tenido la posibilidad de vivir el duelo y eso también hubiese sido sanador para todos.
-¿Cómo analiza la atención de salud que recibió su padre?
-Al principio yo le tenía un odio terrible al hospital, pero con el tiempo me fui dando cuenta que las cosas no eran como yo pensaba. Agradezco enormemente a las enfermeras y a todo el personal que estaban en ese momento y que aún están. En ese instante estaban luchando contra algo desconocido y simplemente hacían lo que podían.
El hijo mayor de Luis Escárate añade que "durante este año he tenido tiempo para reflexionar sobre lo que pasó en el hospital y cómo estuvieron enfrentando la enfermedad por esos días. Más allá de las críticas o cuestionamientos iniciales que surgieron por el dolor de la muerte de mi papá, hoy entiendo que cada persona hizo su mejor esfuerzo frente a esta cruel enfermedad".
-¿Cuál es la reflexión final que les queda como familia?
-Pese a toda esta difícil experiencia, como familia sabemos que tenemos que recordarlo no cómo murió, sino que cómo vivió. Sus familiares, amigos y cercanos, incluso su clientela, tenemos que recordarlo, tal como decían sus compañeros de trabajo, como "el viejo bueno" que era.
"Yo creo que lo peor de todo es la imposibilidad de ver a tu ser querido desde el día que cae enfermo. Eso es lo más impactante y ojalá a nadie le toque vivirlo",
Ricardo Escárate,, hijo del comerciante fallecido
14 de mayo del año pasado falleció Luis Escárate, el primer caso confirmado de covid-19 en San Antonio.