Elección popular de gobernadores: ¿descentralización?
por Belén Jara Leyton, administradora pública.
Luego de las elecciones realizadas el pasado 15 y 16 de mayo, el foco de la discusión ciudadana, de la academia y de los medios de comunicación se ha centrado en el proceso constituyente que, sin lugar a dudas, posee gran envergadura. Sin embargo, no menos importante ha sido la elección popular de gobernadores regionales, establecida en la Ley Nº 20.990, publicada en D.O. el 5 de enero de 2017. Las expectativas tras su formulación, estimaron una cascada creciente de acciones que permitirían concretar la agenda de descentralización de los gobiernos de la Concertación. Sin embargo, pese a la declaración de intenciones que supone la eliminación del cargo de intendente, y la inauguración del sufragio de la autoridad regional, se conserva un centralismo político evidente en la figura "delegados presenciales regionales", nominados por el Presidente, para cada región.
La presencia de un representante del ejecutivo implicará un gran desafío de coordinación entre autoridades, ya que si bien, pudiesen concordar en tendencias políticas, puede que, por el contrario, existan grandes conflictos de interés entre ambas figuras. Este hecho, inmediatamente traslada el cuestionamiento a la búsqueda de razones de una descentralización de esta forma. Aquí, por lo tanto, cabe el análisis politológico que plantea Cristian Von Haldenwang (1990). El autor hace referencia a que el proceso puede ser utilizado como un instrumento de estabilización del sistema político en crisis, debido a que ostenta una herramienta: legitimidad. Permite nuevas arenas de participación local, donde de todas maneras el Estado intervendrá. También, plantea, puede ser una búsqueda de una adecuación del modelo político a necesidades meramente económicas de desarrollo, pues avala la privatización como solución a la cobertura de servicios básicos, por lo que apunta al modelo liberal de crecimiento.
La mención del concepto en sí, parece estar citado siempre como una destrucción del modelo centro-periferia, quizás desde el romanticismo. También puede ser una estrategia inocente de derivaciones analíticas de fondo. Mas, al parecer la elección popular de los gobernadores, sólo apunta a un velo de políticas de participación ciudadana de poco impacto.
En vísperas de nuestra nueva Constitución, quisiera instar a la reflexión del concepto, para que "descentralizar" no sea sólo un discurso y se acerque a la realidad de quienes no vivimos en Santiago.
"La presencia de un representante del ejecutivo implicará un gran desafío de coordinación entre autoridades, ya que si bien pudiesen concordar en tendencias políticas, existen grandes conflictos de interés entre ambas figuras".