Juan Olivares Meza
¿Se imagina que cada vez que sale de su casa tuviera que cruzar por un basural de desperdicios y botellas llenas de orina?
No, no es un supuesto. Es la dura realidad de los vecinos del caserío de Malvilla, donde las botellas con orina y la basura se acumulan por el trayecto que va desde el cruce Malvilla (en el kilómetro 90 de la Autopista del Sol) hasta el pueblo del mismo nombre, ubicado tres kilómetros al sur del enlace, donde habitan cerca de 300 personas.
Los desechos dejados a un costado del camino por los conductores de camiones que llegan a los almacenes extraportuarios no son retirados por nadie. Por lo tanto, los desperdicios de comida, envases de plumavit, latas y botellas de bebidas y licores, bolsas plásticas y numerosas botellas con orina arrojadas por los mismos camioneros contaminan lo que queda de paisaje.
Aburridos de este insalubre panorama, los propios pobladores de Malvilla han tenido que organizarse para realizar operativos de limpieza, que duran lo mismo que demoran los camiones en volver "porque bien no se ha terminado de limpiar un día, cuando al siguiente el sector nuevamente es un chiquero", aseguran los residentes de la localidad.
Vecinos se organizan
Bernarda Díaz, la "Mami Beña" como le dicen cariñosamente en Malvilla, donde ha vivido por más de 60 años, es quien ha organizado y liderado los operativos vecinales de limpieza. Con desazón relata a Diario El Líder que los pobladores ya han "limpiado al menos cuatro veces este año y es muy triste para nosotros que vivimos aquí porque el camino está todo sucio, inmundo, lleno de basura y botellas de orina que tenemos que recoger porque no queremos vivir en un lugar así".
La histórica habitante de Malvilla cuenta que "da impotencia ver toda la basura que tiran desde los camiones porque si uno mira la entrada a Contopsa está muy bonita, con pastito verde y oficinas muy lindas y limpias, pero ahí mismo afuera hay un verdadero basural".
Osvaldo Soto es otro de los pobladores que quiso sacar la voz. "La problemática radica en el alto volumen de basura que se acumula en el acceso común para entrar a la localidad de Malvilla y para las empresas instaladas en el sector. Los camiones que se aparcan en la vía pública han ido generando microbasurales de los cuales nadie se responsabiliza, ni el municipio, ni las empresas que están aquí instaladas".
Enormes Tacos
Pero ese no es el único problema de los vecinos. Por lo menos una vez al mes, dependiendo del flujo de carga portuaria, deben tolerar interminables tacos con camiones parados a lado y lado del camino.
"Cuando pasa eso no se puede entrar ni salir de Malvilla, es un verdadero caos con los vecinos tratando de pasar por la orilla, o por el medio o por donde se pueda porque queda todo bloqueado. ¿Qué pasa si un vecino tiene una emergencia y se necesita una ambulancia o a los bomberos?", se pregunta Bernarda Díaz.
Osvaldo Soto reclama que "en varias oportunidades en la comunidad de Malvilla nos hemos organizado para limpiar el camino con nuestros propios recursos, lo que resulta impresentable, siendo que nosotros somos los que sufrimos con los camiones".
Según este vecino, "está claro que aquí el municipio y las empresas que se han instalado tienen que hacerse cargo de estos problemas y no solamente lucrar a costa de la calidad de vida de los habitantes de Malvilla".
"Es muy triste para nosotros que vivimos aquí porque el camino está todo sucio, inmundo, lleno de basura y botellas de orina que tenemos que recoger",
Bernarda Díaz
300 personas habitan en la localidad rural de Malvilla, en la comuna de San Antonio.