Futura enfermera cuenta cómo es enfrentarse al covid en su internado
Desde noviembre pasado la sanantonina Valentina Escobar está realizando su práctica profesional en distintos centros de salud de la capital. Confiesa que lo más impactante ha sido ver morir a pacientes completamente solos.
Valentina Escobar Pino (23) acaba de terminar un turno de 24 horas en la unidad de urgencia de la Clínica Vespucio en Santiago. Dice que está agotada, pero a la vez satisfecha por haber cumplido una jornada más de trabajo en medio de la vorágine que se vive en los centros asistenciales del país debido a la pandemia del coronavirus.
Esta joven vecina del sector Alto Mirador está cursando su quinto año de Enfermería en la Universidad Finis Terrae y le quedan apenas un par de semanas para culminar su práctica profesional, que en el área de la salud se conoce como internado.
"El 1 de julio termino el internado y me resta solo el examen de grado, que en mi carrera son dos. El 12 y el 27 de agosto son las fechas de rendición y después de eso me convertiré en una enfermera profesional", cuenta con la evidente alegría y satisfacción que le produce estar cerca de la meta .
Salud
Valentina se define como enfermiza, por lo que recuerda que sus visitas al hospital de San Antonio eran constantes durante su niñez.
Fueron esas circunstancias las que la llevaron a descubrir su verdadera vocación en el área de la salud. "Siempre veía a las enfermeras correr, llevar cosas o que te atendieran con tanto conocimiento. Cuando era pequeña, me imagina haciendo ese trabajo y decía 'algún día voy a ser como ellas', pero no siempre pensé en la enfermería como tal, sino que en el área de la salud", comenta.
La sanantonina estudió siempre en el colegio Sara Cruchaga y recuerda que la primera vez que rindió la PSU (Prueba de Selección Universitaria) no le fue tan bien como para postular a una carrera del área de la salud.
"Me tomé un año para preparar de mejor manera la prueba y obtener los resultados que requería. Me acuerdo que no me fue terrible la primera vez, pero no me alcanzó para lo que yo quería. De todos modos postulé a varias universidades", detalla.
-¿Desde un primer momento postulaste a En enfermería?
-No, la primera vez postulé a muchas carreras del área de la salud, porque la verdad no estaba segura a cuál me quería dedicar. No quedé en ninguna, pero ya sabía que me tomaría el año y buscaría hacerlo mejor, cosa que finalmente me resultó.
Para prepararse de la mejor forma para la PSU, comenzó a ir a un preuniversitario en Melipilla, de lunes a viernes, y además de lunes a sábado trabajaba para generar sus propios ingresos. Así, en marzo de 2017 ingresó a la carrera de Enfermería. Ahora ya sabía lo que quería hacer en el futuro.
Pandemia
La carrera de Enfermería dura cuatro años y medio en su universidad, pero por la pandemia el internado debió aplazarse y a ella la obligó a seguir un año más antes de obtener su título.
Gran parte del 2020 pudo estar en su casa en la comuna puerto junto a sus papás y sus hermanas, ya que no requería viajar a Santiago.
"De alguna forma, como estuve casi todo el año pasado en San Antonio, me llené de energía, porque sabía que en algún momento llegaría la práctica y tendría que volver a Santiago, pero no pensé que pasaría tanto tiempo sin verlos", sostiene.
-¿Tuviste miedo de las prácticas?
-Esta carrera fue lo que yo esperaba, pese a que el primer año no siempre uno se enfrenta a la profesión como tal, pero me gustó siempre y por lo mismo estaba preparada para las prácticas. El tema es que nunca pensé que me tocaría hacer el internado en medio de una pandemia.
Internado
En noviembre pasado Valentina tuvo que comenzar su internado final a pesar de sus aprensiones de su círculo más cercano.
La práctica la hizo volver a Santiago, donde vive con sus tíos, en medio de un panorama de incertidumbre y miedo. "Meses antes del internado me ofrecieron trabajar como asistente de enfermería, porque faltaba personal, pero mi familia prefirió, sobre todo por el riesgo y lo poco que se sabía de la enfermedad, que no aceptara".
-¿Había mucho miedo en tu familia?
-Por supuesto, mucho. Estaba el riesgo que me contagiara o que contagiara a uno de mis tíos. Eso da miedo, porque no quería ser yo la que pusiera en riesgo a alguien solo por cumplir con algo que se requiere para convertirme en profesional.
-¿Pasaste susto por los contagios?
-Varias veces, aunque la verdad muchas veces fue sugestión. Me dolía la cabeza y creía que estaba contagiada. La primera semana de junio empecé con muchos síntomas en un turno y me tuvieron que hacer la PCR. Afortunadamente fue negativo, pero tuve miedo en ese instante.
Los tíos con los que vive se contagiaron, lo que implicó que, para no correr riesgos, ella tuviera que volver a San Antonio. "Viajaba todos los días a las cinco de la mañana y volvía cerca de las ocho de la noche para poder cumplir", afirma.
La muerte
Durante su internado se ha desempeñado en distintos centros de salud y en diversas áreas, como UCI (Unidad de Cuidados Intensivos), UTI (Unidad de Tratamiento Intensivo), trazabilidad y campaña de vacunación contra el coronavirus.
Actualmente está en la unidad de urgencias, pero asegura que lo más complejo de todos estos meses ha sido ver cómo la gente muere sin la compañía de un ser querido.
"Me acuerdo que cuando estaba en la UCI y en la UTI mucha gente se estaba muriendo y en su mayoría eran personas jóvenes. Éramos las últimas personas a las que veían y eso igual toca una fibra sensible, porque yo me ponía en el caso de que fuera mi mamá, mi papá o una de mis hermanas", expone con emoción.
-¿Cómo se aprecia la muerte en un trabajo como el tuyo?
-La cercanía con la muerte siempre está latente y es algo que ocurre todos los días, eso fue nuevo para mí. Nunca me imaginé que me iba a enfrentar a algo como esto. Ver el cansancio de todo el personal también es terrible.
El duro impacto con la realidad la hizo cuestionarse muchas cosas, incluso su futuro profesional. "Al final me di cuenta que esto es lo que quiero hacer, porque estamos realizando todo lo posible por salvar vidas y dar la pelea".
Valentina aún tiene grabado en su memoria el momento en que murió el primero de sus pacientes. "Era una mujer y lo último que vio fue a un desconocido. Salí del box casi llorando, porque no quieres que nadie muera de covid. Eso es lo complejo y a lo que nos enfrentamos todos los días con este virus".
Conciencia
Esta futura enfermera piensa que todavía hay mucha gente que no le tome el peso a la emergencia sanitaria. "Los más jóvenes, sobre todo los menores de 40 años, son los que menos conciencia tienen. En redes sociales veo gente carreteando, con la clásica excusa de que están chatos del encierro y, la verdad, deberían preguntarse cómo está el personal de salud", reclama.
-¿Qué les dirías a esos jóvenes?
-Muchos dicen que al ser jóvenes puede que no les pase nada, y puede ser verdad, pero nadie está libre del virus y siento que en ocasiones solo le toman el peso cuando alguien cercano a ellos es intubado o muere, y lo ideal es que no fuera así. .
"No siento que la pandemia vaya a terminar pronto, menos como están las cosas con los servicios colapsados. La gente que no está cumpliendo las normas debería recapacitar porque yo todos los días veo cómo la gente se muere sola", puntualiza.
"De alguna forma, como estuve casi todo el año pasado en San Antonio, me llené de energía, porque sabía que en algún momento llegaría la práctica y tendría que volver a Santiago",
Valentina Escobar
"Me acuerdo que cuando estaba en la UCI y en la UTI mucha gente se estaba muriendo y en su mayoría eran personas jóvenes",
Valentina Escobar
"Nunca me imaginé que me iba a enfrentar a algo como esto. Ver el cansancio de todo el personal también es terrible".