El hockey, familia y amigos lloraron a "Pokita" en su triste despedida
Rodeada de sus padres y sus hermanas, Karina Zamorano Hernández hizo su último viaje. La muerte de la joven madre causó consternación en San Antonio.
El sol se abrió paso entre las nubes frías de junio para iluminar el último trayecto de Karina Zamorano Hernández, desde su casa de toda la vida en el cerro Bellavista hasta el cementerio Parque del Sendero, donde finalmente fue despedida.
Rodeada de cariño, la joven madre de apenas 35 años, le dijo adiós a los mismos cerros que la vieron crecer, arriba en la parcela, corriendo entre los primos y las primas con esa sonrisa grande que la distinguía. La más morena de las hermanas, la más rebelde de la familia, la de los tatuajes y el pelo azul, desenfadada, intensa. Intensa como fue su propia vida.
Parece que era ayer cuando la "Chela" corría por la cancha de la Nana, su abuela. Corría detrás de la Evelyn, la Caro, la Susana, la Katy, el Lucho, el Dany, el "Rober" y el "Tito Chico". El otro primo, el "Juan Chico", los perseguía disfrazado de algún monstruo hasta que caía la noche y las tías empezaban a salir de la casa de la Nana guardando con gritos a todos los cabros chicos.
Fatal accidente
Esa crianza sencilla, de gente sencilla, abrazó los primeros años de Karina Graciela Zamorano Hernández, cuya vida se apagó a sus tempranos 35 años luego de haber sido atropellada por un camión la fatídica tarde del miércoles 9 de junio, cuando se dirigía a entrenar hockey sobre césped en la cancha junto a la Subcomisaría de Carabineros de Santo Domingo.
Las lesiones que sufrió Karina fueron de tal magnitud que su cuerpo no resistió y una semana más tarde, el jueves 17, falleció en el Hospital Naval en Viña del Mar, hasta donde había sido trasladada en busca del milagro que le salvara la vida. Pero el milagro no llegó.
Consternación
El fallecimiento de Karina, que era conocida como "Pokita", (un diminutivo de "Pocahontas" como ella se llamaba a sí misma) causó consternación en el mundo del deporte local donde representantes de clubes de distintas disciplinas manifestaron su solidaridad con sentidos mensajes a través de las redes sociales.
Pero, sin duda, donde el golpe dolió más fue en el hockey sobre césped, ya que "Pokita" era arquera del club de Hockey Rocas de Santo Domingo. Su presidenta, Anita Rodríguez, manifestó que "todo el mundo del hockey llora su partida. Ella era la fans número uno de este deporte y todos sabíamos de su fanatismo, por eso queremos que todos sepan de su esfuerzo para no faltar a los entrenamientos y lo comprometida que ella era con su equipo".
A nombre de este deporte, Anita Rodríguez comentó que "desde muchos lugares del país te abrazan y te acompañan a ti y a tu familia en este momento. Incluyendo la selección nacional de hockey femenina y masculina, sus entrenadores y todos los equipos de norte a sur, e incluso desde el extranjero enviaron mensajes para estar contigo".
Según la dirigenta, la "alegría mágica" de Karina "nos invadía el corazón y siempre será nuestro ángel que nos acompañará con su inmensa sonrisa que quedará grabada en cada persona que conoció su manera entusiasta y luchadora de vivir la vida".
Su vida
Karina Zamorano se crió en el cerro Bellavista de San Antonio y fue la segunda de las tres hijas del matrimonio de José Zamorano con Cecilia Hernández.
Esta última proviene de una numerosa familia de nueve hermanos, hijos de la matriarca Sara Plaza y Gilberto Hernández, que fueron dueños de las parcelas desde el frontis de la feria mayorista hasta donde actualmente se ubica el estadio de Estrella de Chile.
De ahí que Karina creció entre las primas, los primos y los tíos, antes que la muerte del viejo Gilberto derivara en la venta y loteo de todos esos terrenos. Estudió la enseñanza básica en el Colegio Sara Cruchaga, la media en el Dante Parraguez y en el Instituto Profesional Los lagos.
Sicopedagoga
Karina Zamorano fue sicopedagoga del liceo Pablo Neruda de Navidad, en la Sexta Región, donde trabajó durante varios años, por lo que su deceso también causó hondo pesar en esa comunidad educativa del establecimiento.
El triste adiós
Además del hockey sobre césped, la sanantonina hacía clases de vestuario y confección. Una de sus primas, Carolina Maldonado, dijo que "quizás mañana lo asuma porque hoy aún estoy choqueada. No puedo convencerme de que faltará una prima, porque hay miles de recuerdos, tantas tonterías y risas, yo no puedo creer que esto sea cierto. La extrañaré con sus bolsos cargados de viaje a trabajar en Navidad, con sus costuras que demoraban mucho en terminarse, siempre hacíamos bromas con eso. Qué difícil es todo esto".
A modo de despedida y también muy golpeada por la trágica partida de su prima "Pokita", Susana Hernández dijo que ahora entiende "por qué nos sacamos tantas fotos, no tengo favoritas, me gustan todas. Agradezco a la pandemia por habernos juntado más y por compartir tantas risas; te llevo conmigo para toda la vida y seguiré tus consejos: viviré, seguiré tatuándome, cortando y tiñéndome de colores. Sé que algún día nos encontramos y nos colgaremos de la luna".
Agradecimientos
En representación de la familia de Karina, su hermana Evelyn Zamorano Hernández dijo que en el entorno más cercano de la hockysta "estamos muy agradecidos por todo el cariño de tanta gente que se ha acercado a nosotros para despedirla. De hecho, hay muchas personas que ni siquiera la alcanzaron a conocer pero estuvieron con nosotros en estas horas tan duras, en estos momentos tan terribles".
Evelyn también tuvo sinceras y cariñosas palabras de agradecimiento para "el hockey chileno que se unió para despedir a mi hermana, sus compañeras de equipo del Club Santo Domingo y muchos deportistas y clubes que nos mandaron sus condolencias y que nos hicieron sentir todo el cariño que le tenían a mi hermana. Todas estas personas, toda esta gente que ha estado en estos momentos nos reconforta porque hemos visto, hemos comprobado que mi hermana se fue llena de amor. Eso es lo más lindo porque nunca lo olvidaremos, como tampoco olvidaremos a nuestra hermana que fue una mujer extraordinaria".
Y cuando los rayos tímidos del sol de invierno comenzaron a perderse en el horizonte, el cortejo enfiló rumbo a la última morada de Karina Zamorano Hernández, "Pokita", cuyo adiós inundó los ojos y llenó de lágrimas las mejillas. Su pequeño hijo Fernando, de apenas 8 años, fue abrazado por el amor de tantos la tarde que fueron a despedirla.
Pero ella ya no estaba ahí.
La "Chela", "Pokahontas hasta las doce de la noche", "Pokita", la "Negra Linda", rebelde con su pelo azul al viento, ya estaba otra vez corriendo por los cerros de Bellavista, allá en la cancha con los primos y las primas, iluminando con su sonrisa el camino de todos los que ahora corren tras ella.
"Todo el mundo del hockey llora su partida. Ella era la fans número uno de este deporte y todos sabíamos de su fanatismo",
Anita Rodríguez,, presidenta del club de hockey Rocas de Santo Domingo
"Siempre será nuestro ángel que nos acompañará con su inmensa sonrisa que quedará grabada en cada persona que conoció su manera entusiasta y luchadora de vivir la vida",
Anita Rodríguez
"No puedo convencerme de que faltará una prima, porque hay miles de recuerdos, tantas tonterías y risas, yo no puedo creer que esto sea cierto",
Carolina Maldonado,, prima de Karina