La reponedora y el colectivero que se la jugaron con un minimarket y botillería
Andrea López y Juan Eduardo Rodríguez son los protagonistas de una historia de amor, esfuerzo y perseverancia que les ha permitido comenzar una vida independiente y tranquila.
Se conocieron en Antofagasta hace 15 años, cuando Andrea López Valdenegro (42) tenía a su pequeña hija Camila, hoy de 21 y estudiante de auditoría; y Juan Eduardo Rodríguez Malatesta (42), dos hijas, Nathalia y Valentina, ambas universitarias.
Desde que se vieron, no se separaron más. Juntos tuvieron a Antonia, su pequeña de 12 años que cursa sexto básico en el Instituto del Puerto.
Cuando Andrea tenía cinco años, sus padres llegaron a vivir a San Antonio desde Arica. Juan Eduardo conoció esta provincia por ella. Se vinieron juntos al sector de las Viudas en Llolleo alto, donde todavía viven los papás de ella, mientras él se dividía entre trabajar como operador de equipos en la minera Escondida Antofagasta y estar con su familia cada 10 días.
Papá y mamá
Antonia comenzó a crecer y Andrea hacía las veces de papá y mamá cuando Juan Eduardo tenía turno en el norte. Después de un tiempo, los viajes comenzaron a pasarle la cuenta, además sintió que quería ver crecer a su pequeña hija y estar más tiempo con ella.
Se vino en forma definitiva por ellas. Acá comenzó a manejar un colectivo, mientras Andrea trabajaba de reponedora para Wallmart en el supermercado Lider que esta gran cadena tiene en Barrancas.
La oportunidad
La oportunidad para emprender golpeó la puerta de su casa. Frente a su vivienda de la calle Las Loicas, la dueña de una botillería decidió vender el local y la patente. Juan Eduardo vio una opción para crecer, económicamente hablando, y le comentó a su hermana Nelly, que tenía los medios económicos, para que comprara el negocio que estaba a la venta. Ella accedió de inmediato. De eso han pasado cuatro años.
"El local es de mi cuñada, y nosotros le pagamos arriendo. Mi marido dejó el colectivo y yo mi trabajo en el supermercado Lider. El cambio fue increíble. Fue harto trabajo en un comienzo, pero ahora es algo que hacemos con gusto para y por nosotros. Era un proyecto familiar y le pusimos todo el empeño para que funcionara. Nos jugamos la vida en esto", recuerda Andrea.
Juan Eduardo cuenta que "yo trabajaba muy bien en la minería. Con eso pudimos comprar nuestra casa y estar cerca como familia. Las extrañaba tanto y era tanto el sacrifico de viajar cada 10 días que todo el trabajo que pueda tener ahora lo hago con gusto y por amor a ellas".
Trabajo
Juan Eduardo y Andrea se toman la vida con calma. Abren el local a las 11 de la mañana y lo cierran a las 20.30 horas.
"Comenzamos en esto sin saber nada de negocios. Éramos unos novatos, con cero experiencias, pero queremos que esto sea para largo, que no se nos pase el entusiasmo ni queremos cansarnos de este trabajo", comenta Andrea.
"Estamos tranquilos porque nos alcanza para pagar las cuentas y para nuestro bienestar. Agradecemos a los clientes porque siempre resaltan nuestra atención", agrega la emprendedora.
-¿Cómo les ha afectado la pandemia?
-Juan Eduardo: Para abrir el almacén y la botillería nos tuvimos que "encalillar", pedir préstamos y hoy vivimos el día a día; si no trabajamos, no ganamos y no hay cómo pagar las cuentas. Por lo mismo, el primer mes de cuarentena a duras penas nos mantuvimos. Otro mes cerrado no lo hubiésemos podido resistir.
-Andrea: La pandemia y sus cuarentenas obligaron a cerrar todos los negocios, especialmente las botillerías. El primer mes lo resistimos, pero no podíamos seguir así. No sabía qué hacer y fui a hablar con el alcalde, le expliqué que necesitábamos trabajar porque nosotros vivimos del negocio. Él nos recomendó que hiciéramos una ampliación de giro y eso fue lo que nos salvó.
Andrea estaba desesperada y por eso quedó tan agradecida de los consejos que le dio Omar Vera, quien el próximo lunes 28 entregará el cargo de alcalde a Constanza Lizana.
"El alcalde es una persona muy humana, porque entendió lo que estábamos viviendo. Por eso le agradezco infinitamente su ayuda. Ahora somos almacén y botillería Los Álamos, por lo que en cuarentena podemos atender igual, lo que nos ha servido para pagar y cumplir con los compromisos. No fue fácil, pero lo pudimos hacer; si no, no lo estaríamos contando", afirma la exreponedora.
-¿Qué ha sido lo que más les ha costado en su emprendimiento?
-Andrea: Este es un proyecto familiar y de a poco hemos ido avanzando. Al principio fue un poco lento porque no sabíamos cómo manejarnos, pero los mismos vendedores que nos proveen nos fueron guiando, aconsejando y enseñando muchas cosas. Por el camino fuimos conociendo el rubro. A puro esfuerzo y perseverancia hemos logrado mantener a flote esto, que es nuestra vida y nuestro sustento. No aspiramos a tanta ambición, solo queremos que nos alcance para pagar lo que tenemos que pagar, los compromisos, cosas básicas y vivir bien.
-Juan Eduardo: Hemos sido bien ordenados. Yo tenía la costumbre, como trabajaba en la mina, del descanso, de la constancia y saber maximizar los tiempos. En el comercio hay que estar constantemente atento al público, porque vivimos de ellos. Si trabajamos bien, más gente va a querer comprar acá. En un principio cerrábamos los lunes para descansar o hacer trámites, pero luego llegó la pandemia y nos afectó mucho. Cambió todo el itinerario que teníamos antes.
DIARIO El LÍDER
Como una forma de agradecer a sus clientes, en el almacén y botillería Los Álamos (Las Loicas 1774, Llolleo) regalan, todos los días, un ejemplar de Diario El Líder a sus clientes.
"Es una forma de agradecer la preferencia y, además, sabemos que hay personas adultas que no ocupan internet ni tampoco pueden salir a comprar el diario, a ellos queremos agasajar, hacerles un regaloneo y que estén informados. Lo hacemos de corazón", asegura Juan Eduardo, y agrega que atienden de lunes a sábado, entre las 11.00 y las 20.30 horas, y los domingo, entre las 11.00 y las 16 horas.
-¿Cuáles son sus sueños?
-Juan Eduardo: Ojalá el día de mañana tener nuestro propio local, independiente, sin pagar arriendo. Nos gustó el rubro y queremos aspirar a algo propio. Nos sentimos cómodos, somos bien "partner", nos dividimos las tareas, nos apoyamos y a pesar de que estábamos acostumbrados a trabajar cada uno en lo suyo, nos hemos afiatado muy bien, nos ha servido para unirnos más.
-Andrea: Yo espero que sigamos bien para darles un mejor bienestar a nuestras niñas. También seguir teniendo el cariño y la fidelidad de nuestra clientela, todos siempre muy atentos. También nosotros tratamos a todos con humildad y cariño porque sabemos que la vida da muchas vueltas; somos caritativos con quien lo necesita y no porque nos sobre, sino porque nos nace. Mi familia es sencilla y todo lo que tenemos es en base a esfuerzo. Sé que nada ha sido fácil para nadie.
"Mi marido dejó el colectivo y yo mi trabajo en el supermercado Lider. El cambio fue increíble. Fue harto trabajo en un comienzo, pero ahora es algo que hacemos con gusto",
Andrea López
"El primer mes de cuarentena a duras penas nos mantuvimos. Otro mes cerrado no lo hubiésemos podido resistir",
Juan Eduardo Rodríguez
"Nosotros tratamos a todos con humildad y cariño porque sabemos que la vida da muchas vueltas; somos caritativos con quien lo necesita y no porque nos sobre, sino porque nos nace",
Andrea López