La escuela de Llolleo donde aprendió a leer "Chupete" Suazo cumplió 40 años
Un 25 de junio de 1981 la Cristo del Maipo abrió sus puertas, con el objetivo de brindar educación a las niñas y niños de la población Las Lomas.
Un 25 de junio de 1981 la escuela Cristo del Maipo abrió sus puertas, con el objetivo de brindar educación a las niñas y niños de la población Las Lomas, que recién se formaba en Llolleo.
El establecimiento, ubicada en la calle José Miguel Carrera 1053, vivió una semana especial por este aniversario.
María Dolores Estudillo (66), directora del establecimiento, recordó con emoción como fueron sus primeros pasos por las aulas como profesora de enseñanza básica.
"Yo llegué el mismo año en que fue fundada la escuela. En esos tiempos la única población que existía en los alrededores era Las Lomas. Sin embargo, el tiempo hizo que la población fuera creciendo, a tal grado que en un momento tuvimos un total de mil alumnos. Aproximadamente tres generaciones han pasado por nuestras aulas", explicó la educadora.
La directora prosigue su historia contando que "antes solo era gente del sector de Llolleo, sin embargo, ahora albergamos estudiantes de La Viuda, Las Acacias, La Campiña, Lo Gallardo y Bellavista. Como somos una comunidad pequeñita, aquí hay también un ambiente familiar, ya que los mismos exalumnos han mandado a sus hijos y nietos a estudiar aquí. Es como una especie de tradición".
-¿Hace cuánto tiempo que forma parte de la familia educativa del Cristo del Maipo?
-Llegué aquí el año 1981 como profesora. Sin embargo, por cosas del destino en 1984 me trasladaron a otro establecimiento. Posteriormente, en 1985 retorné como docente e inspectora general y desde ese momento he continuado en este lugar. Serían como unos 36 años aproximadamente. Yo junto con la profesora Mariluz Castro somos consideradas las más antiguas del establecimiento.
María relata que "hay una historia muy divertida de mis años en la escuela. Recuerdo que como hacía falta un profesor de Educación Física decidí asumir esa función ya que tenía también esa mención. Fue en ese tiempo que tuve la suerte de hacerle clase a un pequeñito que se convirtió a futuro en un excelente atleta y futbolista. Yo creo que muchos lo conocen. Humberto Suazo se llama".
-¿Cómo fue esa experiencia?
-Le hice clases de Educación Física para que usted vea. Esto fue como en el año 1990 aproximadamente. Aún recuerdo cuando íbamos a veces al parque DYR y se ponía a correr, ya que destacaba no solo por el fútbol, también era un muy buen atleta. Me acuerdo que llegaba a veces con alguna medalla y lo felicitábamos.
La directora agrega que "para la Educación Física corríamos vueltas a la manzana, subiendo por Constitución y luego bajando por Olegario Henríquez. A veces también hacíamos expediciones por el sector de San Pedro y pasábamos por un túnel. Son muy bonitos los recuerdos que tengo".
-¿Qué sensación le dejan estos 40 años?
-Un enorme orgullo, puesto que a pesar de que ha bajado un poco la cantidad de niños matriculados, en la actualidad tenemos 153 niños, a todos nosotros nos une el espíritu de educar y de formar a los futuros profesionales del mañana.
"Si bien ha sido difícil en los últimos años producto de la pandemia, esto no ha impedido que sigamos impartiendo clases gracias a los dispositivos digitales y las plataformas disponibles. En eso hay que destacar el compromiso que han tenido los profesores, porque lo han dado todo para que la educación continúe. Eso nos ha caracterizado, el seguir luchando día a día", enfatizó.
De estudiante a profesora
Ana María Rubio (48) estudió en la escuela Cristo del Maipo y hoy se desempeña como profesora jefe y de Lenguaje en el establecimiento.
La profesora confiesa que "empecé mi aventura en esta escuela cuando ingresé en primer año básico. Creo que tenía como 6 o 7 años aproximadamente y tengo excelentes recuerdos de los profesores y de la escuela en sí, ya que eso me motivó a estudiar pedagogía en Educación General Básica. Todavía me acuerdo cuando jugábamos con mis compañeras en la Piedra de la Viuda o recorriendo los pasillos. El cariño que tengo es algo que no se puede olvidar".
Ana recordó a "la profesora Mariluz Castro, a la profesora María Dolores Astullidos, al querido profesor Manuel González que por desgracia ya no está en este mundo, al profesor Héctor Cañas que también nos dejó, a la maestra Lucía Jeria y tantos otros que se encargaron de educarnos. Fue por eso que opté por profesionalizarme en educación y ahora llevo 14 años como docente".
-¿Hoy sus profesores son sus colegas?
-En un principio se sentía muy diferente, porque claro uno los conoció como estudiante. Sin embargo, el tiempo me hizo ver el lado humano que cada uno tenía. Si bien son mis colegas, aún mantengo el respeto que les mostraba de niña. Como dije, el cariño que me dieron es algo que se mantiene.
"Le hice clases (a Humberto Suazo) de Educación Física para que usted vea. Esto fue como en el año 1990",
Reina en mi espíritu