El hombre que hace 40 años creó un negocio con el reciclaje
Luis Agüero se dedica a la compra y venta de fierros y latas, rubro en el que se ha reinventado constantemente en estas cuatro décadas. A sus 71 años, este visionario emprendedor cartagenino sigue activo.
Una vida llena de sacrificios y de constante aprendizaje es la que lleva Luis Agüero Cornejo (71), quien en 1970 se radicó definitivamente en la comuna de Cartagena.
Agüero es un hombre visionario. En los años 80 creó un negocio de reciclaje y, sin darse cuenta en un principio, desde ese tiempo comenzó a contribuir con un granito de arena para disminuir la contaminación, problema que día a día va aumentando en la zona.
"En un comienzo solo lo veía como parte de mi trabajo, pero después me di cuenta de todo el impacto positivo que genera una labor como esta. Es muy importante, sobre todo si vemos cómo está el planeta en temas de contaminación", comenta don Luis.
Desde 1971 está casado con Yolanda Villagrán Quevedo, con quien se convirtió en padre de cuatro hijos y actualmente disfrutan de sus cinco nietos.
Previo al reciclaje
Antes de dedicarse a lo que hasta el día de hoy es su sustento, se desempeñaba en la reparación de refrigeradores y otros electrodomésticos.
Sin embargo, con los avances tecnológicos, la gente comenzó a optar por comprar refrigeradores nuevos en vez de mandarlos a reparar, por lo que su negocio se fue en picada.
"A la gente no le salía a cuenta arreglar los refrigeradores y muchos servicios técnicos comenzaron a decaer, como el mío. Como uno está acostumbrado a trabajar y no parar, vi que había otras posibilidades", recuerda.
Luis Agüero es un hombre de esfuerzo y sacrificio. Comenzó a trabajar a temprana edad. "Mis primeros trabajos estuvieron enfocados en la compra y venta de animales, como caballos, después con los años llegó el tema de la refrigeración", relata sobre su extensa vida laboral.
Botellas
Cuando el rubro de la reparación de refrigeradores estaba en pleno descenso, este emprendedor cartagenino descubrió que distintas viñas y embotelladoras compraban botellas de vidrio para volver a utilizarlas.
Ese se convirtió en el principal negocio de Agüero, que llegaba a vender entre 30 y 40 mil botellas de vidrio a la semana.
"Yo compraba botellas de vidrio a distintas personas, sobre todo en San Antonio, y luego las vendía a las viñas. Antes no se hacía una botella para cada producto, sino que se reutilizaban más y por lo mismo era un negocio muy conveniente al cual me dediqué por muchos años", sostiene.
-¿Trabajaba con empresas fuera de la provincia?
-Exacto, las botellas se vendían en Santiago y con la primera viña más grande que trabajé fue con Concha y Toro, después con la Undurraga y otras más. Era un trabajo bien sacrificado, porque había que recolectar las botellas, limpiarlas, después llevarlas a Santiago y no eran pocas.
En el año 2005 debió abandonar, una vez más de manera obligada, el rubro de la compra y venta de botellas de vidrio, ya que una normativa prohibió su reutilización en el país.
"Ese trabajo no lo hubiese dejado, pero por un tema de contaminación se prohibieron las botellas de vidrio y, claro, una vez más el negocio se vio afectado y tuve que buscar una nueva forma de ganarme la vida, porque no me iba a quedar de brazos cruzados", sostiene.
-¿Por qué se prohibió reutilizar las botellas de vidrio?
-Porque los productos que utilizaban en las viñas para limpiarlas eran muy químicos y contaminaban las aguas. Actualmente, solo se utilizan botellas de vidrio nuevas, labor de la que se encargan distintas cristalerías a lo largo del país. Y por más que algunas empresas sigan comprando vidrio en ocasiones, el precio ha bajado mucho, por lo que ya no es un negocio conveniente.
Plásticos
Cuando las botellas dejaron de generar las utilidades que necesitaba para vivir, Luis Agüero puso sus ojos en otro producto altamente reciclable: el plástico.
"La gente es muy ingeniosa y cuando sabe que la venta de algo genera ingresos, comienza de inmediato a comercializarlo, lo cual está bien, pero se va dando mucha competencia y ahí varios se ven afectados", asegura el eterno emprendedor, quien asegura que el reciclaje es un buen negocio, ya que en muchas ocasiones se cuenta con pagos diarios, por lo que saca de apuros a mucha gente.
"Cuando las personas sabían que yo compraba y después vendía, me llamaban cuando tenían plásticos, que fue con lo que me reinventé luego de las botellas de vidrio. Entonces eso les daba dinero para el almuerzo, para el día a día o sencillamente para poner algo sobre la mesa, cosa que es súper complejo para algunas familias", añade.
-¿Cuánto duró trabajando con el reciclaje de plástico?
-Relativamente poco, porque como contaba, después de un tiempo el negocio se masifica y las ventas comienzan a bajar. Ahí se pusieron de moda los fierros y otros metales, que se convirtieron en el nuevo vidrio, porque es lo que mejor se vende ahora.
Actualmente, con sus 71 años a cuestas, el cartagenino continúa dedicándose a este rubro, aunque él mismo reconoce que los precios han bajado, la competencia ha crecido y además el producto está escaso.
"Antes las personas apenas les tomaban importancia a los fierros, por ejemplo, pero ahora se dan cuenta que tienen harto en la casa y comienzan a venderlo. Eso es algo bueno, pero con la pandemia todo se ha complicado", dice.
-¿Cuánto se paga por este tipo de productos?
-Los precios se han mantenido con el tiempo, lo que cambia es el valor del dinero. Alrededor de 30 pesos se puede ganar por kilo de plástico, por ejemplo, pero antes 30 pesos, valían mucho más que ahora y la gente hacía más plata.
Con la ausencia de turistas, Agüero cuenta que han escaseado algunas cosas, como las latas de bebida y cerveza, otro de los productos que recicla.
"Mis hijos siguieron rubros totalmente distintos al mío, pero yo siempre me he ido reinventando con nuevas ventas que están de moda, por decirlo de alguna forma. Antes de la pandemia claramente nos defendíamos, pero ahora las cosas escasean y la competencia pone más compleja la situación", expone.
-¿Ha pensado en dejar de trabajar?
-La verdad es que no, pese a que debería dejar esto por mi edad, pero estoy muy acostumbrado a trabajar, porque es lo que he hecho toda la vida y en la casa, después de unos días o un rato, me aburro. Ahora, con el paso del tiempo, me he tenido que plantear más esa posibilidad, por mi salud.
Pese a todo, Luis Agüero continúa trabajando y compra fierros y latas a 150 y 100 pesos el kilo, respectivamente. Para ello, hace retiros a domicilio sobre 300 kilos y puede ser contactado al teléfono +56998648256.
"En un comienzo solo lo veía como parte de mi trabajo, pero después me di cuenta de todo el impacto positivo que genera una labor como esta",
Luis Agüero
"Estoy muy acostumbrado a trabajar, porque es lo que he hecho toda la vida y en la casa, después de unos días o un rato, me aburro",
Luis Agüero
"La gente es muy ingeniosa y cuando sabe que la venta de algo genera ingresos, comienza de inmediato a comercializarlo, lo cual está bien, pero se va dando mucha competencia y ahí varios se ven afectados".