La historia de la bailarina que pasó de aprendiz a difusora de la cultura mapuche
Gladys Núñez realiza en el litoral diversas actividades para dar a conocer la cosmovisión mapuche y este año continúa esta labor enseñando las danzas de este pueblo, las mismas que la deslumbraron en su juventud.
A principios de los '80, cuando era una joven estudiante de danza, Gladys Núñez Martínez tomó un camino sin retorno. "Estaba buscando algo más profundo. Desde mi infancia tuve una conexión con la historia de los pueblos originarios, por tíos que fueron profesores y sabían el mapudungun. Había una cosa que me pulsaba y me encontré con la maestra Quinturray Raypan en un taller de danzas mapuche", recuerda Laly, como la conocen en su círculo más cercano.
Quinturray, una destacada ceremoniante del pueblo mapuche, introdujo a Laly y a decenas de mujeres en las danzas y música mapuche, develándoles en cada paso y ritmo la tradición de este pueblo. "Empezamos a aprender qué significa cada danza y el vocabulario de cada cosa, por ejemplo, de cada prenda. Y fuimos entrando cada vez más en este mundo de una manera muy bella. Aprendimos también a hacer la música y a tocar instrumentos y en esta búsqueda de la danza entramos en la cosmovisión", cuenta.
Laly se transformó entonces en una aprendiz de Quinturray, quien falleció en 2012, dejándole un importante legado. "Ella no pudo tener hijos y nos decía 'ustedes son mis hijas', y la verdad para nosotros la Quintu era como la mamá, porque sabía tanto de hierbas, de comidas. Ella nos transformó en personas de buen vivir, solidarias, los principios del küme mongen, que significa buen vivir, küme es bueno y mongen vida".
Corazón mapuche
Gladys afirma que no tiene un linaje mapuche, al menos no en su ascendencia directa, pero los casi 30 años junto a Quinturray la transformaron. "Yo me siento muy mapuche en mi vida cotidiana. Uno se va involucrando de tal manera, imagínate, la Quinturray nos bautizó a todas cinco años después de que nos conocimos. Todos los años ella hacía un ngillatún (ceremonia rogativa mapuche) con nosotras y luego con nuestras familias, porque fuimos creciendo en el tiempo, teniendo hijos, y ella bautizó a todos nuestros hijos. Pasamos a ser como una gran familia".
"Hablábamos de cómo el mapuche ve el mundo, de cómo respeta la naturaleza. La Quinturray nos decía que todo tenía vida y que todos éramos hermanos, nos inculcó ese respeto a todo lo que te rodea, y que uno no es dueño de las tierras, que uno no es dueño de nada, uno es uno más, un hijo de la tierra. Me siento mapuche, porque mi corazón late de esa manera, ella nos hizo ver que somos así de frágiles, como una hormiguita o una mariposa, y somos así de importantes también", afirma.
Difusora
Con todos esos conocimientos y ese sentir, Laly se trasladó a vivir a El Quisco en 2008, donde de inmediato redactó un proyecto de cultura mapuche, que presentó en el municipio local sin éxito. Pero no se dejó abatir y se unió a otras mujeres interesadas en esta cultura originaria.
"Junto a Quinturray también prendí el tejido a telar y la orfebrería y armamos acá una agrupación de tejedoras, con la que empezamos a hacer actividades", señala.
Uno de los primeros eventos que organizaron fue un We tripantu, la celebración del año nuevo mapuche que se realiza cada solsticio de invierno. "Lo hicimos en la plaza de El Quisco el 2009 o 2010, y en ese tiempo nadie sabía lo que era", expresa sobre esta ceremonia que durante los últimos años ha alcanzado popularidad a nivel nacional.
Tratado de Quilín
Otra actividad que realizó durante siete años es la conmemoración del Tratado de Quilín. Cada 6 de enero, con sus compañeras hacía un encuentro cultural en la plaza Yungay, difundiendo la importancia de este hecho histórico de la nación mapuche.
"Este tratado no se conoce y lo hacíamos para que la gente se informara. Este tratado es de 1641 y es muy importante, porque en este la Corona Española reconoce la independencia y autonomía al Pueblo Nación Mapuche. Saber esto a muchas personas les cambia su visión y paradigma con respecto a la situación de los conflictos que están ocurriendo hasta el día de hoy en relación a los territorios. Cuando se instaura el Estado chileno, no reconoce este tratado", explica.
Nuevo taller
Actualmente, Laly continúa el camino de enseñar las costumbres mapuches, pero esta vez, al igual que su maestra, haciéndolo a través de las danzas y cantos tradicionales. Desde el mes pasado, cada martes, junto a Katherine Barra Osorio, enseña en un taller online distintas danzas, como la del trabajo, de las canastas, de los pájaros y de las parejas.
"Las danzas de los pueblos no son una coreografía abstracta, los gestos están muy vinculados con lo que está alrededor: la naturaleza y los elementos, el agua, la tierra, el aire, el sol, los planetas, la luna, las estrellas, los animales".
Para ella, es una danza que "no busca un cuerpo estético, como suele ocurrir en otras danzas, como el ballet que exige tener un cuerpo espigado, no va por ahí esta danza, va por el gesto, por la actitud, por evocar lo cotidiano".
En estas clases online, a las que se puede asistir inscribiéndose en asuntosindigenas@eltabo.cl o al +56984541654, también enseñan la confección de instrumentos y cómo tocarlos.
- ¿Cómo ha sido pasar de aprendiz a difusora de la cultura?
-Es una experiencia muy gratificante, porque a nosotras la Quinturray nos dejó el mandato, nos dijo: 'ustedes tienen que seguir después que yo me vaya' (...). La recepción siempre ha sido muy favorable, ha sido muy bonito, me he encontrado con varias lamien (mujeres que son de origen mapuche) que están encantadas, porque se han sentido valoradas y hermanadas. Además, me ha llevado a tener más vínculos y a generar más actividades vinculadas a la cultura.
Reacciones
Durante estas últimas semanas, los mapuches han estado en la prensa por diversas noticias, como el asesinato del integrante de la CAM (Coordinadora Arauco Malleco) Pablo Marchant por parte de carabineros en el fundo Santa Ana de Forestal Mininco, en un hecho que aún no ha sido esclarecido por la Fiscalía.
Al respecto, Laly expresa que es "una muestra más de que jamás el Estado de Chile ha tenido la intención de arreglar ningún asunto. Tiene ese doble estándar, un discurso de hacer instituciones como la Conadi y los departamentos de asuntos indígenas en las municipalidades, pero cuando se producen líderes, porque este era un líder, o personas destacadas dentro de la comunidad, simplemente los matan. Si te fijas, toda la gente que han asesinado han sido líderes. Entonces esto es para volver a retroceder el movimiento. Voluntades sinceras no hay".
-La semana anterior el pueblo mapuche fue noticia por la elección de Elisa Loncon como presidenta de la Convención Constitucional, ¿cómo recibió esta decisión?
-Yo no lo podía creer, fue una felicidad que no cabía en mí. Yo voté por ella como constituyente. Cuando salió como constituyente ya fue algo maravilloso y después fue nombrada presidenta de la convención, fue una sorpresa. Nunca me lo imaginé y encontré maravillosa la postura de los constituyentes de apoyarla de forma casi unánime, fueron 96 votos, mucho más de la mitad.
Para la vecina de El Quisco la decisión de los constituyentes "fue de una claridad, y la confianza de nombrarla a ella devela la actitud que tienen porque este trabajo sea honesto, verdadero".
Aunque su desconfianza en las instituciones del Estado chileno se mantiene a la luz de los últimos hechos ocurridos en La Araucanía, considera que el rol asumido por Elisa Loncon "va a traer más valoración a la cultura y a todas las temáticas que se han hablado siempre de forma muy superficial. Por ejemplo, para el año nuevo, el We tripantu, todo el mundo se acuerda que es mapuche, pero pasa el año y ya se olvida. Esto va a producir algo más permanente en el tiempo, un trabajo más cotidiano, que es a lo que queremos llegar".
Según Laly, "lo que ha hecho que hasta el día de hoy el pueblo mapuche sea un pueblo digno es su visión de la humanidad, del ser. El mapuche tiene que ser un ser impecable, la palabra del mapuche es su palabra. Este küme mungen, esta formación de las personas es la que ha prevalecido en el tiempo y la que se ha difundido".
"Me siento mapuche, porque mi corazón late de esa manera, ella (Quinturray Raypan) nos hizo ver que somos así de frágiles, como una hormiguita o una mariposa (...),"
Gladys Núñez
"Lo que ha hecho que hasta el día de hoy el pueblo mapuche sea un pueblo digno es su visión de la humanidad, del ser",
Gladys Núñez