La actriz que cambió las tablas por un salón de belleza
Hace siete años Macarena Hidalgo, junto a su pareja y su hijo, inició su aventura en San Antonio, hasta donde llegó buscando una mejor calidad de vida para su familia. Aquí emprendió en el rubro de la estética integral.
Macarena Hidalgo Reyes (32) es una mujer multifacética, persistente, esforzada y emprendedora. Desde muy joven siempre ha buscado nuevas alternativas y rumbos para salir adelante y cumplir sus sueños.
Salió de cuarto medio con un título técnico, pero sus deseos por seguir estudiando la llevaron a escoger una carrera de educación superior. "Soy asistente de párvulos de nivel técnico e incluso realicé mi práctica profesional, pero no es algo a lo que me he dedicado, porque al salir del colegio entré a un preuniversitario y luego empecé a estudiar en el Duoc de Viña del Mar", cuenta.
Estudios
En el Duoc estudió teatro, una carrera que siempre la ha apasionado. Fue allí donde conoció a quien hasta el día de hoy es su compañero de vida, pareja y padre de su hijo.
"Yo soy de Quillota y mi pareja es de San Antonio. Sinceramente, no tenía idea que existía San Antonio hasta que lo conocí a él hace 11 años y ahí fue que pude conocer esta zona, porque la verdad si hubiera venido, ni siquiera hubiera distinguido entre San Antonio y Llolleo, que son sectores distintos", comenta entre risas la quillotana.
-¿Cómo se conocieron con su pareja?
-Podríamos decir que el teatro nos unió, porque los dos estudiamos lo mismo, pese a que, por cosas de la vida, nos hemos ido dedicando a otras áreas, sin dejar de lado nuestras pasiones, solo que complementándolas con otras cosas.
Tras convertirse en actriz profesional, Macarena decidió ir más allá y en Quillota, su ciudad natal, comenzó a estudiar estética integral.
-¿Qué es la estética integral?
-Es el conjunto de la peluquería unisex con la cosmetología. El profesional de la estética integral tiene conocimientos que van más allá de cortar el pelo. Tal como lo dice la palabra, es algo integral, en el que aprendemos de todo, no un solo servicio, es un conjunto.
Viajes
Hace 10 años Macarena y su pareja se convirtieron en padres de León, su único hijo. Por él, confiesa Macarena, comenzaron a buscar nuevas oportunidades para crecer como familia.
Para el nacimiento de su hijo estaban viviendo en Quillota, pero al poco tiempo decidieron iniciar una nueva aventura en San Fernando, en la Región de O'Higgins. "Nos fuimos por una oferta laboral que tuvo mi pareja, pero no fue la mejor de las ideas y, por lo mismo, solo estuvimos allá cerca de un año. León tenía tres años cuando nos fuimos, por lo que tiene pocos recuerdos de allá".
-¿Por qué decidieron no seguir viviendo en San Fernando?
-Estábamos solos allá, no teníamos familiares e incluso no teníamos vecinos cerca. Era bastante solo todo. Nuestras familias estaban en San Antonio y en Quillota, entonces por más que había trabajo, no era lo mejor para nosotros.
-¿Qué hicieron entonces?
-Ahí viene la decisión de darle una oportunidad a San Antonio para vivir como familia. Al principio llegamos a la casa de mi suegra y al poco tiempo mi pareja encontró trabajo en el puerto, que es donde se desempeña. Después de establecernos bien, nos fuimos a vivir solos a nuestro departamento en Llolleo.
Macarena quedó encantada con el clima del Litoral Central, muy distinto al de su tierra natal. Y aunque no conocía más gente que la familia de su pareja, siempre se sintió acogida en San Antonio, lo que la ayudó a acostumbrarse más rápido a su nueva ciudad.
"Antes como que vivía en el mismísimo infierno, porque en Quillota hace mucho calor, y acá es un poquito más húmedo y fresco. Ahora en invierno paso más frío, pero no es tanto tampoco. Esta fue nuestra mejor decisión", manifiesta feliz.
Maternidad
León tenía tres años cuando fue diagnosticado con Trastorno del Espectro Autista (TEA). Macarena recuerda que el día que recibió la noticia se llenó de dudas, principalmente por el desconocimiento que tenía sobre esta condición. "Mi mayor apoyo y pilar fue mi pareja. Uno tiene muchas dudas y muy pocos conocimientos porque nunca había atravesado por algo como esto, pero él me dijo que esta era nuestra vida y teníamos que enfrentarla, porque no era algo como un resfriado que se pasaría", recuerda.
-¿Cómo cambiaron las cosas después del diagnóstico de León?
-Yo creo que, por ejemplo, cuando nos cambiamos a San Antonio no hubo un cambio de rutina para León porque era pequeño. Él siente que este es su hogar, esta es su rutina, y si bien hemos cambiado cosas en nuestra vida por él, tratamos de que sean las menos dentro de lo que se puede.
-¿Por qué?
-León recibe terapias con un terapeuta ocupacional y una fonoaudióloga, pero pese a que nosotros sabemos que tiene características distintas a otros niños respecto a su condición, queremos que pueda adaptarse de la mejor forma al mundo, por lo mismo va a un colegio como cualquier otro niño, pero que tiene un sistema de integración.
Mi espacio
Cuando supo que San Antonio se convertiría en su nuevo hogar, Macarena pensó que era un buen momento para cumplir su sueño profesional. "Siempre, desde que estudié estética, quise tener un salón que fuera más allá de una peluquería y que se convirtiera en un espacio de relajación para las clientas, donde también puedan hacerse una limpieza facial o la manicura", reflexiona con emoción la profesional, que tiene su peluquería en avenida Los Aromos 439, en Llolleo. "Una de mis metas es expandirme y poder darle trabajo a más gente", confiesa esta sanantonina por adopción.
Pese a que el teatro y la estética pueden parecer rubros muy distintos, ella comenta que se unen más de lo que se ve a simple vista. "Cuando los maquilladores o estilistas personifican a uno de los actores, deben estudiar un periodo, inspirarse y plasmar todo eso en un maquillaje o peinado, y ese trabajo tras bambalinas es algo que me atrae mucho junto con ser actriz", sostiene.
Macarena abrió las puertas de su peluquería en julio de 2016 y confiesa que los momentos más complicados los ha vivido a partir de la llegada de la pandemia del coronavirus a la zona. "Tuve cerrado durante tres meses y llegó un punto en que el estrés era tanto que presenté una caspa nerviosa, por lo que tuve que ir a la dermatóloga. Después comencé a vender queques para generar ingresos y posteriormente empecé con la venta de productos estéticos en la peluquería. Tuve que reinventarme varias veces".
-¿Cuáles eran sus mayores miedos?
-No saber si podría concretar mis sueños. Antes de la llegada de la pandemia, yo tenía la peluquería y estaba pensando en expandirme, pero después todo fue incertidumbre. Incluso existió el miedo a perderlo todo.
Por eso, está muy agradecida "de las gestiones que se hicieron para que quienes somos de este rubro pudiéramos volver a atender con tranquilidad en ciertas fases del plan Paso a Paso, porque hacerlo en la ilegalidad, no era una opción para mí".
"Al principio llegamos a la casa de mi suegra y al poco tiempo mi pareja encontró trabajo en el puerto, que es donde se desempeña. Después de establecernos bien, nos fuimos a vivir solos a nuestro departamento",
Macarena Hidalgo
"Antes de la llegada de la pandemia, yo tenía la peluquería y estaba pensando en expandirme, pero después todo fue incertidumbre. Incluso existió el miedo a perderlo todo",
Macarena Hidalgo